El gobernador Omar Perotti aplicó por decreto un disciplinamiento a intendentes y presidentes comunales, y se ganó la contrariedad de estos últimos, que lo interpretaron como una amenaza desde la Casa Gris de cortarles el flujo de fondos si se cortan solos con decisiones inconsultas en la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus. Los aludidos entendieron el decreto 420/20 -publicado ayer en el Boletín Oficial- como un reto por haber autorizado actividades recreativas en sus localidades. En Rosario, no obstante, esa posibilidad sigue en pie según cómo evolucione el covid19 en la ciudad durante esta semana. No obstante, afirmaron en el Palacio de los Leones, lo consensuarán con la provincia, llegado el caso.
El decreto que firmó Perotti apunta a recordarles a intendentes y presidentes comunales que no son ellos sino él -y el Presidente de la Nación- quienes deciden cuándo, cómo y cuánto ir regulando el aislamiento social obligatorio. Condición sine qua non para asignarles a comunas y municipios los fondos del programa de atención a gobiernos locales en la emergencia covid 19. Entre los considerandos del decreto, se recuerda que "en relación con las salidas breves para caminatas de esparcimiento, este Poder Ejecutivo se reservó la competencia para decidir al respecto en todas las localidades del territorio provincial". Y agrega que acerca de la prohibición de circular "las autoridades municipales y comunales, junto con las autoridades provinciales competentes, coordinarán lo procedimientos de fiscalización para garantizar el cumplimiento del aislamiento social, preventivo y obligatorio, los protocolos y normas de la emergencia sanitaria". Asimismo, los intendentes solo "quedan facultados para proponer restricciones, requisitos y definir modalidades particulares en sus distritos para el desarrollo de las actividades exceptuadas". Pasado en limpio: Perotti los conminó a que no se corten solos.
En algunos pueblos como Wheelwright, Pueblo Muñoz, Fuentes, Pujato y Bigand esas actividades ya se habían liberado, pero sus autoridades debieron dar marcha atrás y prohibirlas de nuevo ante la advertencia de Perotti.
¿Cuál sería el costo para los desobedientes? Que ya no califiquen para seguir recibiendo dinero de aquel fondo de 3000 millones de pesos que Perotti consiguió por ley de Legislatura para atender las necesidades de la emergencia sanitaria. Hasta ahora el criterio de reparto lo determinaba el riesgo sanitario de cada localidad, su densidad demográfica y extensión. Pero con el decreto 420/20, Perotti agregó dos requisitos más: que los intendentes no tomen decisiones sobre la administración de la emergencia sanitaria de manera inconsulta, y que ejerzan verdadero control sobre el cumplimiento del aislamiento social obligatorio y de los protocolos en las actividades económicas exceptuadas.
En rigor, el gobierno provincial solo distribuyó de ese fondo específico el 10 por ciento de lo autorizado por ley: entregó al principio unos 300 millones de pesos entre los municipios y comunas -a Rosario le giró 65 millones- y después ya no repartió más.
Desde Santa Fe ayer deducían que lo que motivó a Perotti a decretar esa conminación fue la autorización de caminatas y paseos en algunas comunas, y la incipiente presencia de personas, familias incluso, en algunos espacios públicos de la ciudad capital y de Rosario. La versión de una alta fuente orientó la inquina del gobernador a una medida sanitaria adoptada en el hospital de Rufino, donde se habría habilitado un área para atención de covid-19 sin consulta previa al ministerio de Salud. "Seremos severos", dijo una fuente.
El secretario provincial de Regiones, Municipios y Comunas, José Luis Freyre explicó: "Hay comunas y municipios que presentaron protocolos para actividades de recreación y esparcimiento, pero no hay reclamos. Seguramente habrá alguna medida general de la provincia en eso. El decreto 420 trata de aflojar un poco la tensión y mantener unido el acatamiento de las normas. La idea es que sigamos manteniendo en unidad esta fortaleza conseguida y que se sostenga en consenso. Trae muchas complicaciones con el resto cuando una localidad se corta sola y toma decisiones unilaterales", dijo a Rosario/12
Mientras tanto en Rosario, el intendente Pablo Javkin continúa en su plan de observar hasta el viernes la evolución de la pandemia en la ciudad, que se amesetó durante 20 días y que esta semana registró 4 casos nuevos. Si concluye que las condiciones se lo permiten, le pedirá al gobernador que tramite ante el gobierno nacional que se pueda comenzar con algún grado de actividades recreativas y de ejercicio físico. "Pero siempre en consenso con provincia", aclararon ayer desde la municipalidad. En ese sentido, hoy puede haber anuncios para Rosario.
La posición de Perotti cayó mal entre los presidentes comunales, quienes habían entendido en la última comunicación con el gobernador que podían autorizar caminatas con los recaudos del caso. En algunos pueblos se fijaron horarios, lugares y límites para el esparcimiento. Pero no hubo caso. El presidente comunal de Wheelwright, Benjamín Gianetti, mostró su enojo por el decreto de Perotti. "La mayoría de las comunas habíamos organizado las salidas recreativas de manera muy responsable y con respeto de las medidas de seguridad. Ese fin de semana, de repente, el secretario de Trabajo Pusineri dijo que estaban prohibidas las salidas. Enseguida tuvimos que presentar un protocolo y presentarlo a Provincia para no quedar en falta", explicó ayer por Radio Dos.
Gianetti, de filiación radical, repudió "la falta de diálogo político y la imposición de algo por la fuerza y amenazando con no enviar fondos". También acusó a Casa Gris de doble discurso en el control: "Dijeron que iban a blindar la provincia, y acá somos límite con provincia de Buenos Aires por ruta 8 y el control casi no existe, es intermitente", fustigó.