El presidente de Palestina Mahmud Abbas decidió poner fin a todos los acuerdos con Israel y Estados Unidos. Sus declaraciones tienen lugar en un momento de tensión, con el avance de los planes israelíes de anexionar parte del territorio ocupado de Cisjordania. El plan de paz propuesto por Washington el pasado enero avala el avance israelí. Abbas manifestó que Israel no está respetando los acuerdos de paz de Oslo de 1993, y por tanto los palestinos tampoco lo harán. Hace algunos días asumió el nuevo gobierno de coalición israelí entre el primer ministro Benjamin Netanyahu y su ex rival electoral Benny Gantz.
La decisión del gobierno palestino fue publicada por la agencia estatal Wafa. "La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el Estado de Palestina quedan desde hoy absueltos de todos los acuerdos y entendimientos con los gobiernos americano e israelí y todas las obligaciones contempladas en estos, incluyendo las de seguridad", sostuvo el ejecutivo palestino. Abbas pidió que Israel cumpla con lo pactado en la legislación internacional. "Con todas las consecuencias y repercusiones en base a la ley internacional y humanitaria, en particular la Cuarta Convención de Ginebra", sostuvo el gobierno palestino. La misma establece responsabilidades sobre la seguridad de la población civil ocupada y sus propiedades, prohíbe el castigo colectivo, el robo de recursos, la anexión de tierras y transferencias de población del ocupante al ocupado, ya que suponen graves violaciones y crímenes de guerra.
El presidente palestino ya había adelantado la ruptura de relaciones con ambos países después del anuncio del plan de paz de Washington para Medio Oriente. En este caso Abbas reiteró su rechazo a la propuesta norteamericana. También condenó la decisión de la administración Trump de trasladar su embajada a Jerusalén y reconocer la ciudad como capital israelí. El mandatario insistió en la necesidad de apoyar a un estado palestino independiente, contiguo y soberano en las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como su capital. "Una paz justa y completa basada en la solución de dos estados”, sostuvo el presidente. En Cisjordania viven 2,7 millones de palestinos. En tanto que 450 mil israelíes residen allí en colonias consideradas ilegales por el derecho internacional.
Por su parte, el emisario de Naciones Unidas para el conflicto de Oriente Próximo, Nickolay Mladenov, dijo que Israel debe abandonar sus amenazas de anexiones. También pidió a los dirigentes palestinos retomar conversaciones con los países implicados en el proceso de paz en la región. Se espera que el nuevo gobierno israelí se pronuncie sobre la estrategia para llevar a cabo el plan de Trump a partir del 1 de julio.