Las efemérides, que en esta pandemia sirven para ordenar una dimensión temporal que se ha vuelto indefinida, también permiten recordar a aquellos seres humanos cuyas hazañas han burlado al tiempo. Hace 70 años ocurría un hito imposible de olvidar: sobre el circuito de Mónaco, en un día fresco y de a ratos soleado, Juan Manuel Fangio, el mito argentino de la Fórmula Uno y cinco veces campeón mundial, conquistaba su primer triunfo en el Gran Circo y estrenaba una emoción que su habilidad le regalaría en casi la mitad de las 51 carreras que corrió.
Son días de de oro en polvo para el automovilismo mundial: aquel 21 de mayo de 1950, el Gran Premio de Mónaco fue la segunda fecha de la primera temporada de la Fórmula Uno. El Chueco venía de un debut trunco en la categoría: tan sólo ocho días antes, en Silverstone, le había tocado abandonar a sólo siete vueltas del final, cuando marchaba pegado al italiano Giuseppe Farina, su compañero de equipo y ganador de esa primera fecha en el GP de Gran Bretaña.
El circuito del principado europeo significaba una nueva oportunidad. Y allí, el oriundo de Balcarce mostró esa destreza en el manejo que lo caracterizaría a lo largo de su trayectoria. Ya en la clasificación, el argentino se aseguró un registro que sería clave en la carrera: a bordo de su Alfa Romeo, finalizó con un tiempo de 1m50s2/10, sacándole 2.6 segundos a Farina.
En los videos de Youtube, que vuelven las hazañas del inolvidable Fangio al tiempo presente, se puede apreciar algo de quizás la escena más importante de aquel día en Mónaco. Antes de completar la primera vuelta, mientras el balcarceño se mantenía firme como líder, el viento arrojó desde el mar una ola que inundó con fuerza parte del trazado a la altura de la curva de Tabac. Fangio salió indemne del mojado asfalto. Farina fue el primero en perder el control. Detrás suyo, el argentino Froilán González no logró esquivar el auto del italiano. Y allí la curva se convirtió en un nudo dentro del difícil trazado: en total, fueron nueve autos (de los 18 que corrían aquella prueba) los que quedaron fuera de carrera en ese giro inaugural.
Una imagen increíble de Fangio todavía recorre la web, 70 años después de aquel primer gran golpazo en Mónaco: el Chueco, luego de haber esquivado el sector apiñado de autos, mira en dirección al auto de Farina. Quien sabe si allí, el argentino no vislumbró ese primer triunfo en la Fórmula Uno, ese que abriría la llave de los 24 que llegaron después y ese que, aquel día, le permitiría igualar al italiano en la cima del campeonato.
Lo que ni las imágenes en blanco y negro ni la imaginación pueden reponer lo aportan los propios protagonistas. El propio Stirling Moss, histórico rival del Chueco, recordó un gesto del argentino de aquel día, cuando se enteró del accidente aún sin verlo, antes del segundo giro.
"Cuando Fangio llegó a Europa, en 1949, asombró a todo el mundo con su excepcional habilidad para saber cuándo atacar y cuándo evitar el peligro en las pistas -recordó alguna vez el piloto inglés-. En 1950, en Mónaco, llevaba la delantera cuando un competidor salió girando en una curva y provocó la colisión de otros nueve autos. La curva era cerrada, y Fangio se acercaba a ella a gran velocidad, sin percatarse del peligro. Sin embargo, notó algo raro en el público: en vez del mar de rostros vueltos hacia él, la multitud miraba en dirección opuesta. Frenó en el acto y se detuvo rechinando a escasos centímetros de la maraña de metales retorcidos".
Fangio también recordó aquella épica maniobra, milimétrica y veloz a la vez, que le permitió escabullirse hacia su primer triunfo de la Fórmula Uno, tras completar las 100 vueltas en un tiempo de 3h13m18s7/10, sacándole un giro entero al italiano Alberto Ascari y dos, al monegasco Louis Chiron. Hay quienes dicen que empujó una rueda hacia atrás como parte de la artesanal artimaña. "Bajé los cambios e hice todo lo posible para parar el coche a tiempo. Un segundo más tarde y no lo habría logrado", recordó el Chueco tiempo después.
Las curiosidades atraviesan la historia, al igual que las efemérides. Y quiso el azar que este 2020, el año que se cumpliría el 70ª aniversario de su primera victoria en la Fórmula Uno, el histórico circuito del principado europeo diera de baja su carrera del calendario, algo que no ocurre desde 1955, cuando el trazado volvió y pasó a ser un clásico de cada año en la categoría.
Después de aquel triunfo del Chueco en 1950, el circuito pasó cuatro años sin ser parte del Campeonato Mundial, eternizando en el tiempo, sin querer, aquella victoria del argentino. Desde aquel momento a este año que no se ausentaba: quizás fue el coronavirus, con sus protocolos y trastornos de pandemia, o quizás fue el deseo de Mónaco de honrar aquella primera alegría de Fangio, haciendo que sólo su recuerdo recorriera este año sus calles.