El coronavirus se propaga en el penal de Devoto. Con cuatro nuevos contagios confirmados, ya son 13 los presos con covid-19 en esa cárcel, que fue epicentro de protestas el mes pasado por la falta de condiciones sanitarias, el hacinamiento y las demoras en el otorgamiento de prisiones domiciliarias u otras morigeraciones como forma de descomprimir el lugar, como ocurre en la mayor parte de los países. Desde que se firmó un acuerdo que dio por finalizado el reclamo se agravó la situación. Todos los contagios corresponden a personas alojadas en el mismo piso, en el módulo dos. Hasta ahora se testea a quienes tienen síntomas, pero habría modificaciones el protocolo de salud que se viene aplicando.
Los primeros contagios que se conocieron en Devoto correspondían a personal de salud y celadores. Luego de la protesta, se supo que el preso que había caído de un techo y que había sido internado en el hospital Fernández, Nicolás Cardozo, se había contagiado covid-19. Más adelante se confirmó también que otros dos que resultaron heridos con balas de plomo aquel día (24 de abril) y que fueron internados en el hospital Pirovano, donde continúan, también tenían coronavirus. Uno de ellos difícilmente vuelva a caminar. Fueron 36 los internos heridos en total y hay una causa abierta donde se investiga la violencia institucional y la tentativa de homicidio, a cargo del juzgado de instrucción 7. El resto de los covid-19 positivo se encuentran alojados en la Unidad 21 del Hospital Muñiz.
La noticia sobre cuatro nuevos contagios impactó ayer en el encuentro de la mesa de diálogo que se hace de manera periódica para analizar la situación en el penal, donde participan el Servicio Penitenciario y Ministerio de Justicia, defensores, la Procuración Penitenciara y el Comité para la Prevención de la Tortura. Estos dos últimos vienen pidiendo la intervención específica del Ministerio de Salud frente al agravamiento de los contagios. Por el momento se aplican tests a quienes tienen síntomas. Desde hace poco toman como parámetro la fiebre o dos síntomas juntos, pero los organismos apuntan a que se lleve allí el operativo Detectar (que se viene usando en barrios vulnerables). Es posible que haya modificaciones en los protocolos de salud. Al menos en el penal de Devoto, en uno de los pisos, es evidente que el virus está instalado.
La alarma por la posible expansión del coronavirus en las cárceles no es tema que atañe solo a la Argentina, y como ha motivado pedidos y recomendaciones expresos de la Organización Mundial de la Salud, Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Cruz Roja, entre otros, para que se tomen medidas para descomprimir los penales, donde el aislamiento para evitar los contagios es de imposible cumplimiento. Son muchos los países donde se han otorgado miles de arrestos domiciliarios y libertades.
En Argentina la posición de los poderes ejecutivos, nacional y de la provincia de Buenos Aires (donde se concentra la mayor cantidad de población y superpoblación carcelaria) ha sido delegar el tema en el Poder Judicial. Contra lo que intentó instalar una campaña fogoneada por la oposición política, no hubo liberaciones ni domiciliarias masivas. Incluso después del escándalo público, hubo tribunales como la Suprema Corte bonaerense, que impusieron mayores restricciones al otorgamiento de domiciliarias y morigeraciones. Devoto empieza a dejar en evidencia que el problema se acrecienta.