"¡Este no es el momento de la fiesta ni de la movida, porque la curva puede volver a subir!", advirtió indignado el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, al ver la vuelta de los italianos a los bares a partir del levantamiento de las restricciones impuestas en la cuarentena. Después de registrar más de 32.000 decesos por coronavirus en dos meses, las autoridades temen un posible nuevo brote de la pandemia.
"Durante esta fase, más que nunca es necesario respetar las distancias de seguridad y usar mascarilla cuando sea necesario", explicó Conte, tras anunciar severidad y multas para impedir que la curva de contagios y de muertes vuelvan a subir.
Los italianos pueden desde el 4 de mayo salir del encierro y saborear un poco de libertad, así como reanudar gradualmente la vida social. El gobierno anticipó la reapertura de tiendas, cafeterías y restaurantes, lo que ha dado al país una apariencia de normalidad .
En toda la península, desde Turín, al norte hasta Palermo, en el sur, pasando por Bolonia, en el centro, muchos jóvenes han salido a festejar con la copa de vino o el vaso de cerveza en la mano en las terrazas sombreadas y las plazas con fuentes. Los medios locales y las redes sociales han transmitido las imágenes de las reuniones y festejos nocturnos.
"Esta es la Fase 2, se reanuda la vida nocturna, multitudes de jóvenes sin mascarilla durante el aperitivo", tituló este jueves el diario La Repubblica, tras publicar un catálogo de instantáneas y videos de jóvenes abarrotando las plazas emblemáticas de toda la península.
En Padua, Véneto, las fotos de docenas de jóvenes sin mascarilla festejando suscitaron la ira del presidente de la región, Luca Zaia. "En diez días es posible que las tasas de contagio aumenten. Si ese es el caso, ordeno el cierre de todos los bares, restaurantes y playas, y tendremos que volver a estar encerrados", advirtió Zaia. "Nadie quiere prohibir el spritz (cóctel típico de esa región) pero hay que evitar las aglomeraciones y usar mascarilla, al menos hasta el 2 de junio", agregó.