Así como primero habían buscado poner como ejemplo al Reino Unido y luego a Chile, hoy dos países con graves problemas de infectados y fallecidos, ahora los sectores opositores y partidarios de una cuarentena flexible tomaron como nuevo estandarte a Uruguay. "Tanto el Presidente (Luis Lacalle Pou) como yo formamos un partido político donde la libertad individual es un muy importante y la priorizamos, hay que tomar en cuenta siempre al momento de adoptar una medida cómo van a reaccionar los ciudadanos. El tema era cómo se acompañaba esa libertad con esta pandemia", sostuvo la vicepresidenta uruguaya, Beatriz Argimón.
Uruguay es un país pequeño, de poco más de 3 millones de habitantes. Tuvo menos de 800 casos de contagios y 20 fallecidos. Con la curva aplanada va rumbo al levantamiento total de la cuarentena y la vuelta de las clases. "Nosotros tratamos de nutrirnos de las experiencias de otros países que ya habían tenido situaciones con el Covid-19 como España, Italia y Francia. Lo habían enfrentado con distintas modalidades y el Presidente se acercó a esas experiencias con un grupo de expertos para decidir qué hacer", explicó la vicepresidenta Argimón, consultada ayer por medios argentinos.
La propia Argimón se encargó de resaltar que, aunque vecinos, los países son muy diferentes. "Las realidades sociales son distintas entre Uruguay y Argentina. Ustedes tienen un país muy grande. Suponemos que su presidente tomó también las medidas como nosotros en el marco de asesoramiento científico", comparó. Agregó que "nosotros también tuvimos que tomar medidas con respecto a las fronteras, como ustedes. En ese sentido la preocupación existe".