Los entretelones sobre un supuesto espionaje de Barack Obama contra Donald Trump y potenciales vínculos del actual mandatario norteamericano con Rusia comenzarán a ventilarse hoy en la Justicia de Estados Unidos. El director del FBI, James Comey, se sentará en el banquillo para comparecer ante legisladores que lo acusan de obstruir al Congreso y le exigirán respuestas sobre un posible acercamiento entre el actual presidente y Moscú, y también le pedirán que dé explicaciones sobre la denuncia acerca de que Obama ordenó espiar al magnate republicano.
En la víspera de la primera audiencia pública sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones norteamericanas, el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes no arribó a ninguna certeza sobre un complot entre la campaña de Trump y MoscÚ, ni tampoco de que el mandatario fuera espiado. El presidente del comité, el legislador republicano Devin Nunes, señaló al canal Fox News que “creemos que no hubo pinchaduras de teléfonos en la Torre Trump: la información que obtuvimos el viernes va en esa dirección”.
Nunes además aseguró que todavía no vio evidencia de la conspiración supuestamente orquestada por la campaña de Trump y Rusia durante la campaña electoral del año pasado. El legislador acusó a miembros de los servicios de inteligencia y del FBI de permitir la fuga de informaciones a la prensa para perjudicar a la administración Trump. “Esto me parece muy claro. Es muy claro que fue eso lo que pasó”, dijo.
Durante semanas, ambos temas preocuparon por igual a republicanos y demócratas, y despertaron incluso incómodos interrogantes sobre una presunta relación entre Trump y el Kremlin cuyos coletazos perturbaron el comienzo del nuevo gobierno. Comey debe presentarse ante la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes en una audiencia abierta donde se investigará la presunta injerencia de Rusia en la campaña electoral estadounidense de 2016. También se prevé que declare ante los legisladores el director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Mike Rogers. La comunidad de inteligencia de Estados Unidos culpó públicamente a Moscú de haber pirateado servidores del Comité Nacional Demócrata el año pasado, acusación que Rusia ha negado enfáticamente. Varias comisiones del Congreso iniciaron investigaciones sobre la presunta interferencia de Moscú, incluyendo los comités de Inteligencia de Diputados y del Senado, con jurisdicción sobre 17 agencias de inteligencia de la nación, así como las comisiones de Justicia de ambas cámaras.
Numerosos legisladores manifestaron su frustración por la falta de cooperación del FBI en las investigaciones sobre la plausible intervención rusa. El presidente de la comisión de Justicia del Senado, el republicano Chuck Grassley, expresó su enojo ante el Departamento de Justicia, que supervisa al FBI, y amenazó con no votar la designación del candidato de Trump para fiscal general adjunto hasta tanto no existan respuestas satisfactorias de parte del director del FBI.