La dirección médica del Hospital Rivadavia, ubicado en el barrio porteño de Recoleta, cerró la Unidad Coronaria, que funcionaba como terapia intensiva para pacientes que no tuvieran coronavirus, tras el diagnóstico positivo de uno de los pacientes que, por error, estaba internado allí. “Fue un mal manejo administrativo y sanitario de la situación”, señaló Mauricio Salvatore, jefe de Neurocirugía del Hospital Rivadavia, uno de los 35 profesionales de la salud que fueron aislados por haber estado en contacto con el paciente contagiado de coronavirus, sin los elementos pertinentes.
“La desprotección médica que hay en los hospitales de la Ciudad es un descontrol”, señaló Salvatore, y advirtió que, cuando pidió realizarse el testeo para saber si se había contagiado, le dijeron que tendrá que esperar 72 horas para comprobar si desarrolla síntomas. “Uno ya ni se preocupa por uno mismo pero tenemos familias a quienes cuidar”, afirmó Salvatore. Según pudo saber este diario, el Ministerio de Salud porteño ordenó testear a todo el personal médico y de enfermería que trabaja en el Hospital Rivadavia y que ahora se encuentra en cuarentena.
El Hospital Rivadavia tiene una estructura de pabellones, edificios separados donde funciona cada servicio. Hace una semana, la dirección médica había decidido trasladar a los pacientes que requerían terapia intensiva pero no tenían coronavirus, a la Unidad Coronaria. “Si les hubieran hecho el hisopado antes de trasladarlos, no pasaba nada de todo esto. Ahora cinco de los pacientes que estaban en la sala son sospechosos y una ya es positivo”, señaló Salvatore. La paciente que dio positivo, una mujer de 23 años, fue trasladada al Hospital Álvarez pero tuvo que volver porque allí no cuentan con servicio de neurología. “La operé de un tumor cerebral y se estaba recuperando de una meningitis, que es algo común cuando un paciente está mucho tiempo en terapia intensiva. Ahora, además de la meningitis tiene coronavirus”, explicó Salvatore, preocupado por la situación de la paciente, a quien no puede tratar porque tiene que permanecer aislado.
"Desde hace al menos un mes estamos exigiendo que se testee al personal de salud, que ingresen más trabajadores a los equipos, y que se incorporen termómetros en las entradas para poder controlarnos antes de ingresar", señaló Gastón Salega, enfermero del Hospital Rivadavia y delegado de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), y explicó que "gran parte de quienes ingresaron a trabajar en el último tiempo se fueron. No pueden poner en riesgo sus vidas por contratos inestables de trabajo y sueldos bajísimos". Por su ubicación, el hospital es el primero al que acuden los vecinos y vecinas del Barrio Mugica --exvilla 31--, uno de los focos principales de contagio de coronavirus en la Ciudad.
"Los pacientes positivos están repartidos, mezclados. Hace varias semanas que las autoridades vienen dando vueltas sobre dónde se internará cada caso. Si se hubieran tomado las decisiones a tiempo se podrían haber evitado estos contagios", afirmó Salvatore. El problema de la Unidad Coronaria se desató porque, al ser pacientes que supuestamente no tenían coronavirus, no se puso en práctica el protocolo sanitario y de distanciamiento. Después de varios días de internación en aquella sala, la dirección de infectología del Hospital informó sobre el diagnóstico positivo de uno de ellos. “Los insumos que necesitamos para atender a los pacientes con coronavirus te los dan a cuentagotas. No tenemos, como debería ser, barbijos, antiparras y camisolines en la entrada de cada sala de internación", relató el jefe de Neurocirugía.
Mientras que los 6 pacientes que compartían esa sala fueron trasladados --algunos a hospitales, otros a distintas salas del mismo centro de salud--, los 35 trabajadores, entre médicos especialistas, enfermeras y enfermeros, están aislados en sus casas, esperando el testeo para comprobar si se contagiaron. Una de las enfermeras, que había pedido el hisopado, ya dio positivo. "A medida que van aumentando los casos se nota el deterioro que hace más de 10 años sufre la Ciudad en cuanto a salud pública", advirtió Salega y se preguntó: "con 35 médicos en cuarentena, ¿quién va a atender a los pacientes que llegan?".
Informe: Lorena Bermejo.