La flexibilización de la cuarentena en los comercios de la Ciudad de Buenos Aires y el consiguiente desplazamiento de trabajadores desde el conurbano pusieron en alerta a intendentes y funcionarios bonaerenses. “El aumento de casos en la provincia tiene mucha correlación con ir a CABA a trabajar, vender, comprar y luego volver”, alertó el viceministro de Salud provincial Nicolás Kreplak. El intendente de Ensenada, Mario Secco, señaló que la apertura en el distrito que gobierna Horacio Rodríguez Larreta “es una locura” y que si se implementa en la provincia “terminamos con un montón de muertos”. La ministra de gobierno María Teresa García, por su parte, remarcó que “el punto a resolver es el del transporte porque es la centralidad del problema” y aseguró que hay una decisión de “trabajar intensamente” con la Ciudad para restringirlo.
Los jefes comunales “están pidiendo que no se sigan flexibilizando actividades que impacten en el conurbano”, declaró García. Puntualizó que desde “hace diez días” notan “un aumento del flujo de personas” en el área metropolitana y consideró que si bien “hay algunos intendentes que tienen otras posibilidades, como el corredor norte”, es necesaria "una mirada regional" del conurbano. “Las aperturas comerciales en Capital complican al conurbano”, remarcó. “Los intendentes están muy preocupados y redoblando la vigilancia” y “se está empezando a actuar en las barriadas más humildes, que no son el único lugar de contacto”, añadió. “Nosotros tenemos puesta la energía en reactivar empresas industriales más que lo comercial”, completó la funcionaria del gobierno de Axel Kicillof.
Kreplak coincidió en que en la provincia se evitará habilitar comercios no esenciales para desalentar el transporte y por ende el contagio. El viceministro de Salud destacó que si en la capital se permitieran sólo actividades esenciales disminuiría la circulación y la transmisión del virus. El traslado de trabajadores derivó en que “tengamos muchos pequeños brotecitos en cada uno de los distritos del conurbano, que pueden generar un brote comunitario”, alertó. De todas formas, aclaró que “de ninguna manera” se prohibirá que los bonaerenses viajen a la capital, y recordó que “mucha gente debe hacerlo de manera esencial”, como médicos y enfermeros. El objetivo es lograr “una racionalidad y tener un control más lógico”, remarcó.
“Sabemos que si cambiamos el rumbo terminamos con un montón de muertos y no quiero andar contando muertos sino festejando vidas”, declaró Secco. El intendente de Ensenada consideró que “no podemos hacer esa locura de ir todos a la plaza” y aseguró que la capital “va a pagar muy caro” las salidas recreativas. “En Ensenada hace 28 días que, por hacer lo que hacemos, no tenemos ningún caso positivo. Pero si van un par de infectados en un barrio humilde, me mandan 500 al hospital de un toque. Esto es lo que estamos evitando”, remarcó en diálogo con Futurock. Destacó que todos los intendentes reciben “presiones” pero se mantienen “unidos” y aseguró que la mayoría tiene una postura “contraria a la que plantea (Rodríguez) Larreta”. “Nosotros queremos seguir fuerte con la cuarentena, ahora viene la peor parte”, aseveró.
Martín Insaurralde, por su parte, criticó con dureza a quienes cuestionan la continuidad del aislamiento obligatorio. El intendente de Lomas de Zamora salió al cruce de las declaraciones del diputado Alfredo Cornejo, titular de la UCR, quien cuestionó la cuarentena y sugirió que Rodríguez Larreta “no tiene otra alternativa que cuadrarse en la estrategia sanitaria (nacional) teniendo la bomba del conurbano”. “Hay que ser muy cínico o muy canalla, o las dos cosas, para criticar el aislamiento, que es la única vacuna que tenemos para minimizar el contagio”, dijo Insaurralde. “¿En serio hablás de 'la bomba del conurbano bonaerense'? Una bomba fue lo que nos encontramos el 10 de diciembre de 2019”, le respondió al radical. “Dios nos libre de lo que hubiera pasado si (Mauricio) Macri, Cornejo y compañía dirigieran hoy el destino de nuestro país”, concluyó Insaurralde.