La cumbre de ministros de Finanzas del G20, que reúne a las economías más desarrolladas del planeta, cerró el fin de semana sin alcanzar un consenso sobre el futuro de las relaciones de libre comercio. “Hubo un amplio consenso entre los líderes financieros del G-20 en que la apertura comercial es clave para fortalecer la solidez económica”, dijo el ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble, intentando minimizar la falta de un rechazo claro al proteccionismo en el encuentro llevado adelante en la ciudad alemana de Baden Baden. 

En su reunión del año pasado en China, el G-20 se había comprometido a resistir todas las formas de proteccionismo, lo que no pudo ser reafirmado. Luego de diez años en esa dirección, la causa principal del cambio fue el giro que dio Estados Unidos luego de la asunción de Donald Trump como presidente. Al ser consultado sobre por qué en el texto final no hubo un rechazo abierto al proteccionismo, Schäuble dijo que “no es que no estuviéramos unidos. Es totalmente indiscutible que estamos contra el proteccionismo. Pero no está muy claro qué implica (el proteccionismo) para cada uno (de los ministros)”.

El funcionario agregó que en algunos países la responsabilidad de negociar las políticas comerciales no la tienen los ministerios de Finanzas, por lo que ciertas delegaciones no tenían la facultad de apoyar compromisos amplios en materia de comercio. No obstante, el funcionario alemán puntualizó que en la reunión “hubo consenso en que la recuperación de la economía mundial avanza, pero el crecimiento global es menor que el que se desearía”.

Respecto a quienes creen que el comunicado del encuentro es una decepción por ser demasiado vago, Schäuble opinó que “a veces hay que considerar que en estos encuentros no se le puede pedir demasiado a algún socio”. Al respecto, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, dijo que “lo que estaba en anteriores comunicados del G20 no es necesariamente importante ahora” y pidió que no se lea demasiado en el lenguaje del comunicado. Mnuchin también señaló que es necesario corregir los desequilibrios globales en el comercio en los casos que se produzcan, en una referencia al superávit comercial de Alemania. Pese a que sus dichos ratificaban que el principal escollo para un acuerdo más amplio y preciso respondió a la nueva postura de Estados Unidos, Mnuchin calificó la reunión de “increíblemente productiva” y afirmó que su país “cree en el comercio; en el comercio libre, justo y equilibrado”.

“Queremos una situación de ganar a ganar, en la que lo que es bueno para nosotros es bueno para otros”, añadió el secretario del Tesoro estadounidense. Los problemas actuales, desde las discusiones sobre la política comercial del nuevo gobierno de los Estados Unidos, hasta las tensiones que genera en las relaciones internacionales la situación en países como Turquía o Rusia, se anticipaba que interferirían en la agenda. Así, los grandes temas como el desarrollo de una nueva arquitectura financiera internacional o la cooperación en materia fiscal para cerrar vacíos legales que son aprovechados por grandes consorcios, se enfrentaron a las turbulencias políticas que hicieron difícil la búsqueda de coincidencias.