Franco David Cuéllar, un estudiante avanzado de ingeniería en la Universidad Nacional de Salta, estaba desaparecido desde el 10 de mayo pasado, cuando había salido de la casa de su tía, donde residía, sin especificar su destino. Ayer por la tarde su cuerpo fue encontrado en un descampado cerca del río Arenales, en la sudeste de la ciudad de Salta.
La desaparición del joven había motivado una movilización de sus familiares desde la ciudad de Tartagal, de donde era oriundo, a esta ciudad, y de fuerzas de seguridad, que realizaron un importante operativo durante estos trece días, que incluyó rastrillajes en la zona sur, con perros amaestrados, el uso de drones y hasta la participación de Gendarmería Nacional y la Policía Federal.
La búsqueda se centraba en los adyacencias del Arenales porque se orientaba por las cámaras de seguridad, que tomaron la imagen de Franco caminando hacia ese lado, y por datos de su teléfono celular, que lo ubicaban también en esas inmediaciones.
El hallazgo del cuerpo, producido alrededor de las 16, fue confirmado por el Ministerio Público Fiscal y la Policía de Salta, que detallaron que fue encontrado en en terrenos donde prácticamente no hay viviendas, con pasto bastante alto, arbustos y árboles, ya cerca del río, que cruza a la ciudad.
El Ministerio Público añadió que los familiares del joven están siendo asistidos por el Equipo Interdisciplinario del Ministerio Público.
El fiscal penal 3 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas en turno, Gustavo Torres Rubelt, dispuso la realización de la autopsia para determinar la data y la causa de la muerte. Sin embargo, el fiscal adelantó que de los primeros indicios recogidos, el deceso se habría producido por asfixia mecánica por ahorcamiento.
El fiscal también convocó a integrantes del Cuerpo de Investigaciones Fiscales para realizar las tareas de rigor en el lugar de hallazgo y que el cuerpo sea trasladado al Servicio de Tanatología Forense del CIF, donde se le realizará la autopsia.
Aunque no hay todavía información oficial, se especula con que el joven pudo haberse suicidado, dado que, luego de la denuncia por la desaparición, se supo que había dejado una carta en la que al parecer se culpaba por ser una carga económica para su familia.
El operativo de búsqueda desplegado en la zona aledaña a los últimos lugares donde se registró la presencia de Franco, estuvo coordinado por personal de la Unidad Especial de Investigadores del Ministerio Público y contó con la colaboración de la División Canes y Lacustre, efectivos de distintas áreas operativas, también de Gendarmería Nacional, Policía Federal Argentina y del Grupo de Búsqueda y Rescate Salta con sus perros adiestrados Brandon, Chaise y Draco, a cargo del sargento del Servicio Penitenciario Juan Abán.
Durante los 13 días que estuvo desaparecido, se organizaron además campañas de difusión para tratar de obtener información del paradero del joven.