Vuelve Zamba y hay mucho para festejar. Ese “maestro de historia” que todos hubiéramos querido tener, inquieto y juguetón, está de regreso. El dibujo animado que desde su Clorinda natal explicó fácil lo complejo, volvió entretenido lo aburrido y le permitió a toda una generación acercarse a temas tabú -la dictadura militar, por caso- que de otra manera no hubieran conocido hasta quién sabe cuándo, está de vuelta. Y lo hace cuando justo cumple 10 años, y después de haber sido condenado al ostracismo por Hernán Lombardi, que lo acusó de ser un “fánatico” kirchnerista, un “niño objeto de propaganda”, y hasta justificó la imagen rota del dibujo abandonada en Tecnópolis afirmando que estaba “podrido por dentro”. Nunca en la historia argentina un dibujo animado fue objeto de tal absurdo ataque de parte de un funcionario. Probablemente, por suerte, nunca habrá otro.

Creado en 2010 con motivo de los festejos del Bicentenario, La asombrosa excursión de Zamba se emitió por primera vez en la pantalla de Canal Encuentro. En formato de serie animada, el programa producido por El Perro en la Luna se propuso acercar a la historia argentina y a sus próceres a los más pequeños. Su “revolución” no fue otra que la de hacerlo a través de un dibujo animado, el lenguaje audiovisual que los niños y niñas más y mejor reconocen. La elección del formato y de que el protagonista fuera un niño escolarizado formoseño lograron la identificación inmediata de los chicos. Así, el tiempo hizo que el largo título original de La asombrosa excursión... se reconociera por todos simplemente como Zamba, y que el dibujo trascendiera la pantalla televisiva para entrar a las aulas como material de apoyo educativo. Zamba viajó en el tiempo a diferentes procesos de nuestra historia y hasta recorrió el cuerpo humano. Abrió mundos pensando a los chicos, sin subestimarlos.

Didáctico y divertido, acompañado por sus inseparables amigos Niña y El Niño Que Lo Sabe Todo, Zamba logró lo que las estampitas de la Billiken nunca pudieron ni se propusieron: que los próceres pasaran a ser parte del lenguaje cotidiano infantil. Así, San Martín abandonó el frío del bronce para ser un “superhéroe” que los chicos citaban en sus aventuras en los recreos o simplemente elegían para decorar sus tortas de cumpleaños. Icono de la historia explicada a los niños, símbolo de contenido audiovisual infantil pedagógico, Zamba está de vuelta en la pantalla chica. Un lugar del que nunca debió irse. Nadie puede matar su curiosidad.