En Gerli, son muy conocidas las profecías del Gordo “Noslafumamus”. Un tipo al que apodan así por su capacidad de predecir el futuro y por su costumbre de buscar por sus bolsillos esas colillas de cigarrillo de marihuana denominadas “Tucas”. Las encuentra y dice “Nos la fumamos”. Después de una seca empieza a proclamar sus profecías.
Un día, hace diez años, profetizó y acertó el esguince de tobillo de un centroforward de Arsenal, la visita de Joaquín Morales Solá a un Garbarino para comprarse un Kohinoor y las modificaciones en el presupuesto y tasas de recuperación 2012 del BID. Sin embargo, la que causó mayor impacto fue la que dijo al final:
--”En una década, todo seremos Romay”.
SER ROMAY
Coincidente con esto, hace una semana, la señora Teresa M. de Birnatti, vio cómo su esposo se había convertido en Alejandro Romay (un legendario dueño y programador de canal 9 de televisión) durante 2 horas 15 minutos.
Ella nos cuenta:
“De repente lo veo, y no puedo creerlo.
--Roberto estas hecho Romay!- le dije
--Uy… si -me dijo él mirándose al espejo- estoy igual al popular Alejandro. Que habrá sido?
--Para mí es porque te la pasás mandando videítos a tus amigos.
--Te parece?
--Claro. Estas meta mandar videítos con chistes de loros y monjas, mujeres desnudas que te saludan, Los Beatles cantando folclore o la marcha peronista. Dele que te dele repartir entretenimiento.
--Claro --dijo él. Yo soy como el Gerente de Programación de los demás y de mí mismo. Entretengo y me entretengo con videos bobos, con noticias, comentarios, etc. etc. Me he convertido en una especie de canal de televisión persona a persona. Un Teleroberto o un Robertofé. –me dijo.
Imagínese usted entrar a la pieza y ver a su marido hecho Romay. Sin embargo, me lo tomé con calma y le pedí que parara de enviar y compartir videos. A las dos horas, volvió a su aspecto normal, que no tiene nada que ver con Romay. Pero a la noche no se aguantó, y empezó de nuevo con los videítos. Se trasformó de nuevo. Pero esta vez tomó el aspecto de Yankelevich. Enseguida aflojó y al rato ya estaba con su habitual aspecto de Roberto.
EL ENCUENTRO
“Como un pan esperando un chorizo, la tecnología y la enfermedad se encontrarán para ser el choripán de una nueva cotidianeidad” dijo el Gordo en el Buffet del club CIDECO, cuando se quedó observando cómo, por su nivel de fuméz, había armado un sándwich con un chorizo en medio de dos celulares, casualmente, dos Motorolas de funda beigecito, lo que ayudaba a la imagen. Todos vieron entonces en el chorizo la enfermedad, si había que seguir la metáfora.
-“Je suis el chorizo…nous sommes la enfermedad“, dijo cerrando la idea, para después profetizar que los bonos 2021 del Banco de Bélgica perderían porcentualidad nominal interanual, Beatriz Sarlo descubriría el gusto por la sandia en octubre del 2019, El Porvenir estaría peleando otra vez el descenso y por un fenómeno de salud mundial aparecerían delfines en la Plaza Alsina de Avellaneda. Todos tomaron nota.
TECNOLOGIA Y PANDEMIA: DOS POTENCIAS SE SALUDAN
Teresa M. de Birnatti entendió que las cosas habían cambiado cuando vio que su marido se transformaba en distintas personas en solo segundos.
--Así como se transformaba en Romay, desde que estamos en aislamiento empezó a transformarse en Fantino. Pero por ahí, te das vuelta y es el Gato Silvestre. A veces veo la transformación misma: es un Nelson Castro y de pronto empieza un efecto especial como el del video de Michael Jackson y…tuc! Se hace Polino.
La señora entendió que esto que sucede porque Roberto no para de hacer reuniones por zoom, Jitsi Meets, etc.
--Es uno más de ellos, por eso se convierte en ellos -deduce.
Trabaja, va al médico, hace gimnasia, hace reuniones de la comisión del club, y hasta se junta con los amigos, donde goza de usar la aplicación de Zoom para cambiarse de fondos.
--Un boludo. Se pone una Casa Rosada de fondo y hace que baila como Macri o pone una vagina, se hace una línea con marcador en la pelada y bueno… igual siempre fue así de idiota. Pero ahora televisado.
“Todos seremos la Susana Giménez del otro. Y el otro será nuestra Susana Gimenez”, dijo alguna vez el Gordo ”Noslafumamus”. El sueño de aparecer en tele ahora es para todos. No sabíamos que a sería con este costo.
--No hace falta ya más que nos entretengan y nos empelotudizen. Ahora nos lo hacemos gratis unos a otros --concluye la señora Teresa, antes de cerrar su relato.
--Roberto a veces en las transformaciones se queda a mitad de camino entre un famoso y otro. Ayer se quedó mitad Horacio Pagani, mitad Darío Sztajnszrajber. Estuvo una hora enojado y cagándome a gritos explicándome “Fenomenología del espíritu” de Hegel. Aprendí mucho. Además por suerte Roberto últimamente se puede transformar a pedido “Haceme un poco de Claudio María Domínguez que estoy angustiada” le digo. Y se transforma y me calma. Está bueno. Roberto ahora es on-demand. La verdad es que estoy contenta que se haya convertido en televisión.