Al finalizar la primera jornada de estricta cuarentena comunitaria en Villa Azul, el número de casos confirmados ya ascendía a 85. Sobre los 50 sospechosos analizados ayer, 32 fueron positivos.
En tanto, durante el desarrollo de la tercera jornada del programa DeTecTAr (Dispositivo Estratégico de Testeo para Coronavirus en Terreno de Argentina) en el barrio, se identificaron cien personas con síntomas de coronavirus. Todas fueron hisopadas y trasladadas a los centros de aislamiento.
En ese marco, el municipio de Quilmes anunció que la entrega de “módulos alimentarios para cada familia” ya fue puesta en funcionamiento. Además, las autoridades confirmaron que tanto la asistencia alimentaria, como la entrega de productos de limpieza, también se realizará casa por casa.
“Están todos asustados y con mucho miedo”, sentenció una de las referentes de los movimientos sociales en Quilmes ante la consulta de Página/12, y agregó: “Hasta hoy no había conciencia, la gente salía sin barbijo, los chicos iban a jugar al fútbol en patas y los pibes se juntaban en la esquina a tomar la cerveza”.
En el centro de asistencia montado en la sede de la Universidad Nacional de Quilmes, donde fueron trasladados muchos de los casos positivos de Villa Azul, la sorpresa tiene que ver con que la mayoría de los infectados son jóvenes. “Esto es la muestra de que muchos pensaban que esto no iba a llegar al barrio”, explicó una de las militantes del Movimiento Evita que se encarga de repartir la comida en el centro de aislamiento.
Por su parte, el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, indicó que la decisión de "cerrar la circulación hacia afuera y tratar de minimizar la circulación interna" tuvo que ver con la detección de “un número alto de positivos” y con la necesidad de “tomar medidas urgentes”.
"Hay muchos pasillos, hay mucha aglomeración, y eso hace que el potencial de contagio sea muy rápido y, en función de esta situación, se ha planteado cerrar la circulación hacia afuera y tratar de minimizar la circulación interna, reforzando la asistencia de todo tipo, alimentaria, y otro tipo de recursos que la gente del barrio necesite", sostuvo Larroque en declaraciones radiales.
En tanto, el ministro de Desarrollo de la Nación, Daniel Arroyo, también se refirió al aislamiento de Villa Azul y aseguró: "Otra medida que no nos agrada, pero tiene que ver con frenar este foco y no expandirlo reduciendo al mínimo la salida de personas del barrio. Es una medida que a nadie le gusta, pero la verdad es que no hay otra alternativa".
Desde el gobierno provincial no descartan la posibilidad de replicar la medida en otros barrios populares del conurbano bonaerense. Según pudo saber Página/12 los operativos de testeos masivos se podrían extender a San Isidro, La Matanza y Merlo, entre otras localidades. Al respecto, el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni, explicó que "lo que pasó en Villa Azul puede llegar a repetirse en otros barrios", y advirtió: "Sería lo esperado, lo raro sería que no se repita".
En cuanto a decisiones similares que deban tomarse en otros barrios, Berni evaluó que "son definiciones que se toman cuando se ven los resultados de los testeos”, y se puede dar “en cualquier barrio que comience con la misma velocidad epidemiológica que tuvo Villa Azul". "Hay que trabajar fuertemente en todo el territorio porque Buenos Aires tiene más de 10.000 asentamientos, por eso hay que tener una mirada especial para poder cuidar a los que van y vienen y son una fuente de contagio", agregó el ministro, quien durante la tarde recorrió Villa Azul para monitorear el trabajo de asistencia.