Con el testimonio de Lorena y Flavia Battistiol Colayago, hijas de desaprecidos y quienes buscan a un hermane nacido en cautiverio, retomará audiencias este miércoles el juicio por los crímenes comprendidos en la Megacausa Campo de Mayo. Es el primer debate por crímenes de lesa humanidad de la jurisdicción federal de San Martín que reanuda su ritmo, por la vía remota, tras el parate de más de dos meses que provocó la cuarentena por el coronavirus.
Con el testimonio de las hermanas Battistiol Colayago y el de Roberto y María Esther Landaburu, que declararán sobre el secuestro y la desaparición de su hermana y su cuñado, el Tribunal Oral federal número 1 de San Martín inaugura la etapa del megadebate oral que repasará lo ocurrido a un grupo de obreros ferroviarios de la empresa Ferrocarriles Argentinos, en su mayoría militantes de base de los ramales Mitre y Belgrano, y algunos de ellos integrantes de la Juventud de Trabajadores Peronistas (JTP). Y también a algunas de sus compañeras, tres de ellas estaban embarazadas, y familiares. Los secuestros de estas víctimas, comprendidos en una causa identificada como “Ferroviarios”, sucedieron entre el 31 de agosto y el 5 de septiembre de 1977.
Será la primera vez que Lorena (integrante de la comisión directiva de Abuelas de Plaza de Mayo) y Flavia ofrecerán testimonio ante un tribunal. Desde la casa de una de ellas y a través de una plataforma digital, los magistrados que integran el Tribunal Oral Federal número 1 de San Martín, Daniel Omar Gutiérrez, Silvina Mayorga y Nada Flores Vega, las oirán contar sobre el secuestro y desaparición de su mamá, Juana Colayago, embarazada de 6 meses, y su papá, Egidio Battistiol, trabajador ferroviario de la Línea Mitre.
A él fue a buscar un grupo de tareas, la noche del 30 de agosto de 1977, a la casa que compartía con Juana, embarazada de seis meses, y sus dos hijas, Lorena y Flavia, en Bulogne. Estaba trabajando Egidio, pero la patota decidió esperarlo. Esa noche, en esa casa, también Ema, hermana de Egidio, con su hija Sandra Missori, de 13 años. De allí se llevaron a todes menos a las dos hermanas, que entonces tenían 3 años y 11 meses. Fueron dejadas con una vecina que se contactó con su abuela materna, María Ángela Lescano, quien se hizo cargo de las niñas. Sandra y Ema fueron liberadas a los cinco días y por su testimonio se pudo reconstruir que Juana, Egidio y el grupo de ferroviarios fueron llevados a Campo de Mayo. Egidio, Juana y el bebé por nacer continúan desaparecidos.
Roberto y María Esther declararán por la desaparición de su hermana, Leonor Rosario Landaburu, y su cuñado, Juan Carlos Catnich. A Juan Carlos lo secuestraron el 31 de agosto al mediodía de los galpones ferroviarios de José León Suárez, junto a Enrique Montarcé. A las horas se llevaron de su domicilio a Iris Beatriz Pereyra, esposa de Enrique, y, por la noche, a Leonor, quien estaba de reposo absoluto por su embarazo de ocho meses. Todos ellos fueron traslados al CCD de Campo de Mayo. Leonor, Juan Carlos y el bebé que debió nacer en octubre de 1977 permanecen desaparecidos.
Por estos hechos, están imputados los represores Carlos Javier Tamini, Carlos Eduardo José Somoza, Hugo Miguel Castagno Monge, Carlos Francisco Villanova, Luis Sadí Pepa y Santiago Omar Riveros. Integran la lista de 22 acusados en el megajuicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar contra más de 323 víctimas alojadas entre los años 1976 y 1978 en en Campo de Mayo. 13 de ellos no tienen condena previa.