El 93 por ciento de los beneficiarios de la seguridad social obtuvo aumentos mayores a la inflación estimada, durante el primer semestre de 2020. Se trata de 5,6 millones de jubilados, 4,8 millones de receptores de asignaciones familiares y 4,3 millones de titulares de la asignación universal por hijo y por embarazo. El otro 7 por ciento perderá contra la suba de precios. Se trata de 1,06 millones de jubilados. Así se desprende del informe sobre el aumento de las prestaciones que elaboró el observatorio de políticas económicas de la Universidad de Avellaneda, El coordinador del módulo es el economista Santiago Fraschina, quien a su vez es el secretario general de Anses.
Sin embargo, esto no mejora las pérdidas que tuvieron durante los últimos dos años. Los haberes jubilatorios vienen de perder un 19,5 por ciento de su poder adquisitivo desde que se cambió la fórmula de movilidad, en diciembre de 2017, dado que la actualización era por inflación, y corrían de atrás. En el periodo 2008-2016, habían aumentado un 23 por ciento por encima de los precios, con una fórmula que actualizaba por ingresos y por recaudación.
Con el congelamiento de la movilidad en diciembre de 2019, los dos aumentos de este año se otorgaron por decreto. En marzo fueron de 2,3 por ciento más una suma fija de 1500 pesos y en junio de 6,12 por ciento. Así, 5,6 millones de jubilados le ganarán a la inflación en este primer semestre. Aunque todavía no están los datos del Indec de mayo y junio, el Gobierno estima que la inflación será de 13,5 por ciento.
Las jubilaciones que la ganaron a la inflación fueron: hasta una mínima de 16.864 pesos, que cobran 4,3 millones de personas (62 por ciento del total), hasta una mínima y media, son 567 mil personas (8 por ciento del total), hasta dos mínimas, son 812 mil jubilados (12 por ciento del total). Dos jubilaciones mínimas equivalen a 33.728 pesos. Desde ese monto, las jubilaciones perdieron contra la suba de precios. Son 643 mil jubilados que cobran hasta 3 mínimas (9 por ciento del total) y 645 mil que cobran hasta la máxima, de 113.418 pesos (9 por ciento del total).
Los aumentos de marzo y junio implicaron subas distintas. Si bien el de junio se dio en forma generalizada, el de marzo tuvo un componente de suma fija, que implicó una mayor suba para las jubilaciones de menor monto, y en contrapartida, una pérdida para las de mayor monto. Las jubilaciones mínimas y un poco más que las mínimas recibieron dos bonos de 5000 pesos en diciembre y enero, y uno de 3000 en abril. Entre los bonos y los aumentos por decreto, los haberes mínimos los jubilados de la mínima recibieron un 12,7 por ciento más que con la fórmula suspendida, según el informe de la Undav.
El centro de economía política (Cepa) coincidió en uno de sus informes: “El poder adquisitivo del haber mínimo, considerando la evolución de los aumentos y los bonos correspondientes, experimenta una recuperación que suma 7 puntos porcentuales adicionales respecto del promedio de 2019. Pero la brecha con el poder adquisitivo que existía en 2015 se mantiene en torno de 12 puntos menos".
El Gobierno aseguró que suspender la movilidad y aplicar aumentos por decreto tuvo dos objetivos: uno fiscal, dado que la mitad del gasto primario se destina a la seguridad social, y otro redistributivo, para “achatar” la pirámide de las jubilaciones. En la práctica, no se cumplió el primero. Entre diciembre y agosto la erogación total de Anses fue de 1673 millones de pesos, 3 mil millones más de lo que hubiera sido con la fórmula suspendida, según Cepa . En tanto, el segundo objetivo de redistribución implica una discrecionalidad que, mantenida en el tiempo, podría derivar en litigiosidad.