“La peor pandemia silenciosa para nosotros es la discriminación”. Es la expresión de Dalmiro Acosta en el final de una denuncia pública en su red social. Con fotos, detalló su presencia en un funeral, dado que es pariente de la familia que perdió a una de sus integrantes. El cortejo fúnebre del viernes 22 de mayo es de una nena de dos años. La denuncia pública denota que habrían existido demoras en el Hospital de la localidad de Rivadavia Banda Sur para internar a la niña, que falleció la madrugada del jueves 21 de mayo.
El viernes 15 de mayo una maestra de Misión La Esperanza, ubicada a 30 kilómetros de Rivadavia Banda Sur, del departamento Rivadavia, se comunicó con el Hospital local. La ambulancia llegó y trasladó a la nena con su mamá. Al llegar, el médico que evaluó a la pequeña paciente entendió que no precisaba internación.
En el informe médico manuscrito que firmó Ariel Pérez Palma y que fue entregado a Acosta en el Hospital se detalló que el viernes, cuando recibió la atención en consultorio, la niña fue medicada con amoxicilina e ibuprofeno. También se pidió un hemograma completo. Se afirmó que la niña estaba estable y por eso se decidió no internarla. Del informe surge que tenía antecedentes de consulta previa por “diarrea, nutrición por falta de progreso de peso, anemia, parásito”, y también se indicó que era una paciente con “riesgo de bajo peso”.
La subsecretaria de Medicina Social, Gabriela Dorigato, negó demoras en la internación. Y si bien reconoció que la nena estaba en riesgo de bajo peso por talla, sostuvo que estaba en peso normal al momento de ser atendida. “No es así”, rechazó cuando se le refirió el informe firmado por Pérez Palma que indicaba el bajo peso.
“Hablé con la nutricionista, el director del hospital de Rivadavia Banda Sur y el médico que atendió”, dijo la funcionaria a Salta/12. Sostuvo que la niña al ser atendida y auscultada no presentaba ningún signo de gravedad en su salud, sino más bien síntomas de “catarro”.
El lunes, tras hacérsele estudios de laboratorio, se detectó en la nena “una leve anemia” y “queda internada” pese a estar sin fiebre. En principio, también se habría tomado esa decisión tras sospechar que los medicamentos recetados no estaban siendo bien administrados. “Ella venía recuperada de riesgo nutricional”, afirmó Dorigato al explicar que no estaba en talla óptima, pero no era desnutrida.
La funcionaria dijo que el miércoles la nena iba a ser dada de alta. Pero al mediodía empezó con taquicardia y respiración agitada. Ante la descompensación la trasladaron al Hospital San Vicente de Paul, de Orán. Según el informe de Pérez Palma, la niña salió a las 14. Tras recorrer 240 kilómetros, llegó a Orán entre las 19 y las 20, según Dorigato. Se le hicieron nuevos estudios de laboratorio y rayos x, y se le diagnosticó neumonía multifocal. “Me refieren que la llevan a la UTI (Unidad de Terapia Intensiva), pero que allí ingresa sin estar grave”, sostuvo la funcionaria. A la 1 de la madrugada del jueves la nena sufrió un paro cardiorrespiratorio y falleció. “Cuando le hacen la radiografía en Orán impresiona una cardiomegalia por eso se sospecha cardiopatía congénita”, dijo Dorigato. Según los datos que pudo recabar Salta/12, esa presunta cardiopatía no había sido diagnosticada en anteriores controles.
“Llama mucho la atención el desenlace porque no estaba mal”, reconoció Dorigato. Afirmó que de todas maneras harán un análisis causa-raíz de este caso “y lo ideal sería hacerle una autopsia”.
Alojada en una vivienda precaria
Acosta contó que tras la consulta del viernes la madre debió recurrir a algunos familiares en la comunidad wichí de Rivadavia Banda Sur, dado que no tenía adónde quedarse. Debía esperar hasta el lunes cuando la nena iba a acceder a un análisis de laboratorio. Volver a su comunidad no era una opción. No solamente por la falta de recursos económicos para concretar la vuelta, sino también porque, según Acosta, no hay transporte público desde Rivadavia Banda Sur a La Esperanza.
“La nena estaba mal de salud”, dijo Acosta. A su entender, no haberla internado fue exponerla a una situación de riesgo. Su mamá y ella fueron alojadas en casas que “son una choza y que perjudica mucho” porque hacía frío. Al igual que Dorigato, el médico le explicó a Acosta que la nena estaba bien la primera vez que la atendieron y por eso “la mandan para que se quede en alguna parte”.
Acosta, referente de la comunidad wichí San Felipe, afirmó que en el Hospital “apenas hay dos médicos”, agregó que se dan entre seis y siete turnos por día para atender “cuando hay entre 20 o 25 personas que vienen de lejos y se quedan sin ser atendidos. Y a veces llevás al chico y no hay prioridad”. Recordó que en este Hospital (ni en ninguno del departamento Rivadavia), hay “un médico pediatra”.
Dorigato aclaró que con la pandemia impuesta por la Covid-19 se redujo la cantidad de médicos residentes que había en la zona y es verdad que son escasos los recursos humanos con los que cuentan. De hecho, afirmó que el contar con más personal fue uno de los pedidos del gerente del Hospital, Luis Santillán.