Minutos antes del despegue, se suspendió el lanzamiento del Falcon 9 de la empresa SpaceX, el cohete que prometía cambiar la historia espacial por ser el primero vuelo tripulado impulsado por una compañía privada en intentar llevar fuera de la atmósfera a dos astronautas de la NASA mediante la novedosa cápsula de carga Crew Dragon. Sin embargo, el mal tiempo que se registró por la mañana y por la tarde en el lugar de despegue, el Centro Espacial Kennedy ubicado en la costa de Florida, obligó a postergar la misión.
El Centro Nacional de Huracanes anunció la formación de una tormenta tropical en Carolina del Sur, al norte de Florida, la cual podía representar un riesgo para los astronautas en caso de requerir un amerizaje de emergencia en el Atlántico tras el despegue. Los responsables de la NASA y de SpaceX se reunieron para analizar la situación y confirmaron finalmente que el histórico evento se pospondrá para este sábado.
El lanzamiento estaba previsto para las 17:33 (hora argentina) desde la plataforma 39A, donde despegaron en 1969 Neil Armstrong y sus compañeros de la misión Apolo 11, pero nunca ocurrió.
El 30 de mayo, la NASA y SpaceX volverán a retomar la fallida misión. El objetivo es lograr que el cohete Falcon 9 junto con la nueva cápsula Crew Dragon enganchada partan hacia la Estación Espacial Internacional (EEI), un centro de investigación en la órbita terrestre cuya administración, gestión y desarrollo están a cargo de la cooperación internacional.
Los dos hombres que fueron elegidos por la NASA para esta misión son Robert Behnken y Douglas Hurley, quienes liderarán la misión a pesar de haber estado durante dos semanas en cuarentena. En tanto, Elon Musk, CEO de SpaceX, afirmó que ha estado esperando este momento desde la fundación de la empresa en 2002. Pero tendrá que esperar tres días más.
La historia de la novedosa misión Demo-2
La firma Space Exploration Technologies Corp. plantea que fue creada con el objetivo de cambiar las reglas del juego de la industria aeroespacial. En 2012 se convirtió en la primera empresa privada en acoplar una cápsula de carga a la EEI y dos años después la NASA le pidió que adaptara la cápsula Dragon para poder transportar astronautas. “SpaceX no estaría aquí sin la NASA”, sostuvo Elon Musk en 2019, luego de un ensayo general del viaje a la EEI sin tripulación.
De esta manera, la agencia espacial estadounidense invirtió más de 3.000 millones de dólares en SpaceX para diseñar, construir, probar y operar su cápsula y hacer seis viajes espaciales de ida y vuelta. Si bien el desarrollo experimentó retrasos, explosiones y problemas de paracaídas, SpaceX logró vencer al gigante Boeing, que también recibió una inversión de la NASA para hacer una cápsula, la Starliner, que aún no está lista.
La misión se enmarca en una decisión impulsada durante las presidencias de George W. Bush para el envío de carga. Luego, durante el gobierno de Barack Obama se continuó con la iniciativa pero con el traslado de astronautas. Se la considera fructífera en comparación con las decenas de miles de millones que costaron los sistemas anteriores desarrollados por la NASA. “Algunos han dicho que es inviable o imprudente trabajar con el sector privado de esta manera. No estoy de acuerdo", afirmó Obama en 2010. En aquel momento, la decisión del expresidente se encontró con la hostilidad del Congreso y de la propia agencia espacial estadounidense.
Diez años después, el centro Kennedy se encuentra con la presencia del presidente Donald Trump, quien trata de reafirmar la dominación estadounidense del espacio al haber ordenado el regreso a la Luna para 2024. La Crew Dragon es una cápsula como la Apolo, pero del siglo XXI. Las pantallas táctiles han reemplazado los botones y los joysticks. A su vez, el interior está diseñado con una iluminación más sutil, distinta a los enormes transbordadores que funcionaron entre 1981 y 2011.
“¡Seguro que todos los pilotos del mundo tendrán más confianza si les das un joystick que si les das un iPad!”, bromeó Thomas Pesquet, el astronauta francés que podría ser el primer europeo en viajar a bordo de la Dragon en 2021. “Esperamos un vuelo más suave pero más ruidoso”, indicó Bob Behken, quien al igual que su compañero de misión viajó dos veces en estos transbordadores.
A diferencia de otros transbordadores, uno de los cuales -el Challenger- explotó en 1986 después del despegue, la Crew Dragon puede separarse del cohete en caso de emergencia. La cápsula llegará a la estación espacial, situada a 400 kilómetros sobre el nivel del mar, el jueves y probablemente permanecerá acoplada allí hasta agosto. Si cumple su misión, los estadounidenses ya no dependerán de los rusos para llegar al espacio, como ha ocurrido desde 2011, ya que las Soyuz rusas son los únicos vehículos espaciales que pueden hacer este recorrido al despegar del cosmódromo de Baikonur en Kazajistán.
Si todo sale bien, las rutas desde Florida volverán a ser regulares, con cuatro astronautas a bordo y SpaceX será libre de organizar viajes espaciales para turistas con la cápsula, por un boleto que probablemente costará decenas de millones de dólares.