El ex titular de la Unidad de Investigación del atentado a la AMIA, el ex senador radical Mario Cimadevilla, ratificó ante la comisión de Justicia del Senado que el gobierno del ex presidente Mauricio Macri y su ministro de Justicia, Germán Garavano, obstaculizaron el accionar de los fiscales del Estado como querellantes en la causa por el encubrimiento de la voladura de la mutual judía para encubrir a sus amigos acusados. “No había ningún interés en aportar a la investigación del atentado y sí un interés muy marcado en que algunos responsables del encubrimiento fueran absueltos”, expresó Cimadevilla.
La citación al ex titular de la Unidad AMIA y el tratamiento de su denuncia desató un duro cruce entre oficialistas y opositores. El jefe de la bancada de senadores de Juntos por el Cambio, el radical Luis Naidenoff, volvió a invocar una cuestión reglamentaria para argumentar que no había en discusión algún proyecto que justificara la presencia de Cimadevilla, y acusó al oficialismo de establecer “una hoja de ruta” que propone una “actitud revanchista y de persecución a mansalva” de la gestión macrista.
Por su parte, el presidente de la comisión, Oscar Parrilli, del Frente de Todos, replicó que trabajará para que a los ahora opositores no le suceda “ni el 10 por ciento de lo que me sucedió a mi con el espionaje y persecución política y judicial” desatada por el gobierno de Cambiemos: Además, negó que la comisión no tuviera competencia y tomó la sugerencia de Naidenoff: “voy a presentar un proyecto para crear una comisión investigadora sobre al denuncia de Cimadevilla” y la intromisión de la mesa judicial del macrismo en la justicia, afirmó.
“A medida que avanzaba la querella comenzaron los inconvenientes con Garavano y con algunos funcionarios”, comenzó Cimadevilla y agregó: “colaboradores de Garavano concurrían a las audiencias y le sugerían cosas a los abogados de la querella” que representaban al Estado. El dirigente radical también contó que “se hizo tan insostenible que los abogados de la querella terminaron renunciando a representar al Estado”.
“No había que tener un criterio activo, no había que preguntar algunas cosas y había algunos testigos a los que no había que interrogar”, insistió Cimadevilla para explicar la intromisión del macrismo en el juicio por el encubrimiento del atentado. Luego relató que eso provocó la renuncia a la querella de la doctora Mariana Stilman, que ahora es diputada nacional del ARI en JpC.
“Esto motivó una denuncia de la ex diputada Elisa Carrió a la Oficina Anticorrupción para que se investigara la acción de funcionarios del Ministerio de Justicia” y que terminó en un “pedido de juicio político” contra Garavano, recordó Cimadevilla.
“Cuando preguntamos por qué había interés en pedir la absolución de los imputados nos daban razones de que eran amigos del Presidente o amigos del ministro”, describió el ex titular de la Unidad AMIA, lo que produjo su renuncia al cargo que ocupó entre 2016 y 2018.
“En los alegatos los abogados puestos por Garavano piden la absolución de tres de los acusados por encubrimiento”: los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia y Jorge “Fino” Palacios, ex jefe de la policía Metropolitana cuando Macri era jefe de Gobierno porteño. “Ahí es cuando se produce la pelea total con la unidad y nos vamos”, remarcó. Pero también afirmó que las acusaciones que llevaron adelante varias de las querellas (entre ellos los familiares de las victimas del atentado) fueron tan contundentes que la justicia terminó por condenarlos.
Cimavedilla también se refirió al audio en el que la ex vicepresidenta Gabriela Michetti le reclama explicaciones sobre la actitud de la Unidad AMIA en la causa por encubrimiento. “Sí, reconozco que es un WhatsApp que me mandó la vicepresidenta Michetti, que tenía interés en saber, tenía algún tipo de amistad con alguno de los imputados y quería saber cómo marchaba la querella”, dijo el ex funcionario y agregó: “El audio, inapropiado, quizás, no es el hecho más grave de lo que ocurrió. Es el interés que muestra por una determinada causa. Acá hubo actos de obstrucción a la querella: decretos del Poder Ejecutivo y disposiciones del ministerio que apuntaban a obstruir la labor de investigación”.
El ex funcionario también contestó los cuestionamientos y criticas de correligionarios y macristas. El cordobés Ernesto Martínez lo interrogó por el reclamo que Cimavedilla había de incorporar tecnología a la Unidad AMIA para seguir todas las hipótesis sobre el atentado y no solo una, y que finalmente no se contrató porque las empresas sugeridas por el Tribunal Internacional de la Haya le solicitaban información sobre otras causas emblemáticas que podrían estar vinculadas con el atentado. Lejos de escuchar su respuesta, Martínez le recriminó a Cimadevilla que intentaba sustituir la decisión de los jueces “con una maquinita maravillosa que le diría la verdad”.
Pero el momento más tenso lo provocó Esteban Bullrich. El senador PRO sostuvo que Cimadevilla “se tiñe de radical para hacer consideraciones políticas y no judiciales” y le reclamó que hiciera “una valoración política de la actuación de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner” en la investigación de la AMIA. “Soy radical, no quiero que me tiñan de amarillo”, respondió Cimavedevilla y sostuvo que “la investigación no avanzó en 20 años” y que el Estado nunca se comprometió en conocer la verdad del atentado, que “averguenza a la Argentina”.