Representantes de 18 comunidades indígenas de la jurisdicción de Tartagal realizaron ayer una protesta en la ruta nacional 34, con un corte del tránsito que duró hasta cerca de las 15, en reclamo de merenderos, trabajo, la entrega de mercadería y que las incluyan en obras de viviendas y núcleos húmedos.
Gabriel Espinoza, cacique de la comunidad toba Com Lhaje (Mujer Toba), ubicada a 3 kilómetros de la ciudad de Tartagal, consideró que en el municipio de Tartagal hay un trato discriminatorio para con los habitantes indígenas.
Dijo que se está llevando a cabo una operatoria de construcción de núcleos húmedos (baño, ducha y lavadero), pero que la obra prevista es distinta según sea para los barrios de habitantes criollos o para comunidades. En el primer caso, la obra tiene un costo total de $240 mil, en cambio, cuando es para habitantes de las comunidades el costo se reduce a $140 mil, y el núcleo húmedo ya "no tiene lavadero, no tiene bidet, no tiene ducha, tiene únicamente el inodoro y nada más", y es de 1,20 x 1,20. "A nosotros nomás nos han hecho eso y a los barrios les están dando lo que les habían prometido. Yo no entiendo qué diferencia tenemos nosotros entre los barrios y las comunidades. Tanta va a ser la discriminación hacia nosotros, que nos traten de minimizar todo, nos han quitado los merenderos y en los barrios siguen funcionando", aseguró.
Añadió que también hay una operatoria de construcción de módulos habitacionales con dos habitaciones, comedor, con baño y lavadero, pero que no incluye a las comunidades. "Entonces como que nosotros nos sentimos ofendidos" por el municipio.
"El intendente (Mario Mimessi, UCR) se comprometió con nosotros a darnos una mano con el tema merendero", en una reunión con el secretario de Gobierno, Santiago Vargas, contó el cacique, quien aseguró que les dijeron que solo habría merendero una vez por semana, lo cual consideró poco, teniendo en cuenta que tampoco abren los comedores escolares, y las familias tampoco tienen ingresos porque por la pandemia no pueden salir a hacer changas.
La cacica de la comunidad wichí Lapacho 2, Alejandra Morales, destacó que la protesta se hizo sobre todo por los merenderos, aunque añadió una lista de reclamos. El cacique Domingo Pérez, de la comunidad wichí La Mora 2, donde residen 30 familias, hizo hincapié en el pedido de trabajo a la Municipalidad, pero también destacó el reclamo de un merendero: "Hace un año que ando pechando que me den un merendero", aseguró antes de contar que se lo suspendieron hace tres años con el macrismo.
Consultado por este medio, Vargas informó que los merenderos comenzarán a funcionar el 5 de junio. "Ayer aprobamos una ordenanza para generar una ayuda a los merenderos", indicó. El funcionario se excusó de dar mayores declaraciones por encontrarse en reunión, pero reconoció: "todo lo que podamos sacar es poco" en el marco de la situación de crisis particular que se vive. Añadió que la Municipalidad tiene "toda la intención" de llevar adelante esta ayuda.
Viviendas para todos
Espinoza contó que justo antes de que se declarara la cuarentena por el coronavirus, participó en Buenos Aires, junto a otros referentes indígenas, de una reunión con el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, a quien le presentaron un proyecto de obras de viviendas. "Teníamos proyectos lindos, el tema del agua también, que estamos sufriendo, de la luz, estamos pidiendo un salón comunitario pero amplio para que el tiempo de inundación sirva para albergar, para que pesen los chicos porque aquí en la comunidad tenemos salita pero la salita tiene un horario y se cierra".
Esa reunión se hizo con el acompañamiento de Norita Cortiñas y el premio Nobel de la Paz, Adolfo Esquivel. Se había acordado que habría otras reuniones, pero se dictó la cuarentena y quedó todo trunco. Aunque Espinoza dijo que en lo inmediato se habían comprometido a enviarles mercadería para "nos vayamos manteniendo las comunidades". "Y resulta que hasta ahora no se cumplió nada de lo que ellos nos prometieron a nosotros", lamentó.
Y destacó que por el aislamiento "no se puede hacer nada, no se puede salir" y cuando lo hacen, quedan expuestos a maltratos de parte de la Policía. "Los policías no se cuidan de su boca, de maltratarte, después nos dicen a nosotros ignorantes".
Espinoza dijo que ayer recibió una llamada de la ministra de Desarrollo Social de la provincia, Verónica Figueroa, a quien le entregó la lista de las comunidades "que están necesitando los módulos", las que participaron de esta protesta: Lapacho 1, Algarrobal Viejo, Lapacho 3, La Mora 2, Takai, Kilómetro 4, Nueva Esperanza,Talar 1, Talar 2, El Crespín, Quebrachal, La Arca, Misión Chorote 1, El Mistolar, Kilómetro 16 La Curva, Sachapera 3, Lapacho 2 y Com Lhaje.
Espinoza tiene censadas a las familias de su comunidad, Com Lhaje, integrada por habitantes tobas y wichí. En total, hay 84 familias, algunas muy numerosas, con 26 integrantes, porque el grupo familiar sigue unido, a pesar de que se constituyan nuevas parejas. Viven sobre todo de changas, algunos reciben beneficios sociales, como la Asignación Universal por Hijo. "Nos dábamos vuelta, dentro de todo", contó Espinoza. Pero con la cuarentena se terminaron las changas.
La comunidad Lapacho 2, de Alejandra Morales, está ubicada sobre la ruta nacional 86, muy cerca de la ciudad de Tartagal, y la integran 75 familias. La cacica dijo que la protesta se hizo "principalmente" por el merendero, pero que también reclaman por "el tema del beneficio (enviado por la Nación) que baja al municipio que no lo está dando, hay donaciones en Gendarmería, un depósito lleno de cosas pero no las están dando, bolsones de emergencia tampoco nos dan. Estamos protestando para que nos den a las comunidades, porque esa ayuda ha sido para nosotros. La ruta 86 es olvidada, estamos cerca del pueblo pero somos olvidados", aseguró.
Añadió que tampoco fueron incluidas nunca en un plan habitacional, a pesar de que residen en "viviendas así, con nylon", y que por esto presentó muchas notas al municipio para que el área de Desarrollo Social haga informes ambientales y llegue ayuda "pero nunca han venido. El intendente desde que asumió no nos atendió", se quejó. La cacica destacó que en su comunidad hay "mayoría de madres solas" y particularmente destacó el caso de una joven que tiene tres hijos pequeños, dos "mellicitos de un año" y están en una situación de vulnerabilidad extrema porque la madre cobra la AUH pero no le alcanza para el sustento.
La Nación manda mercadería, colchones, "todo lo que es para ayuda de emergencia, pero no nos han entregado", destacó Morales. También ella lamentó que por la cuarentena "ya no se puede salir" a hacer changas, y en estas circunstancias, "seguramente cuando pase toda esta pandemia ya va a haber chicos desnutridos, ya va a haber mucho chicos enfermos". Pérez también aseguró que en su comunidad "son casas de carpas", en referencia a los plásticos que se colocan a modo de techo y pared.