Al menos 50 personas fueron puestas en aislamiento en la ciudad de Lobos, provincia de Buenos Aires, por haber asistido a un velatorio clandestino al cual también asistió una mujer que días más tarde fue diagnosticada con coronavirus.
La mujer tiene 82 años, vive en el Barrio República y permanece internada en el hospital de esa ciudad del interior bonaerense, donde hasta el momento se había registrado un solo caso de covid-19 detectado a principios de la cuarentena obligatoria por la pandemia.
La confirmación de que el test de coronavirus dio positivo fue informada a la familia de la paciente el martes pasado, luego de que la mujer presentara síntomas de la enfermedad.
Al enterarse de esto, sus allegados informaron a las autoridades que diez días antes ella había asistido al velatorio de su nieto, de 19 años, quien había fallecido el 16 de este mes.
La despedida al joven se había concretado en un domicilio particular y de manera “clandestina”, ya que ese tipo de actividades que no pueden realizarse desde que rige en todo el país el aislamiento social obligatorio para prevenir el avance de la pandemia.
Según informaron los medios locales, al velatorio al joven habían asistido también familiares de las localidades bonaerenses de Merlo y San Vicente, que sortearon los accesos a Lobos de una manera que hasta el momento nadie sabe, puesto que las rutas de entrada a esa ciudad tiene controles que piden permisos de circulación.
Para peor, el ritual de homenaje luego continuó con un paso por una iglesia del lugar, donde se realizó una breve pero multitudinaria ceremonia, con una caravana de motos incluida.
Enterados de que la mujer con covid-19 positivo había participado de esas actividades, las autoridades sanitarias intentaron contactarse con las 50 personas que participaron de esa ceremonia, quienes quedaron en aislamiento preventivo para frenar una posible expansión de los contagios.
Los próximos pasos serán la realización de controles y test para determinar si alguien se contagió de la enfermedad o presenta síntomas que ameriten un posterior seguimiento sanitario.
A esto se le sumarán intentos de rastrear los contactos estrechos y las personas que participaron de la ceremonia fúnebre, a fin de cortar una eventual cadena de contagios.