Después de 18 días de paro, y tras el fracaso de las negociaciones para cobrar la totalidad de los sueldos de abril, los colectiveros rosarinos nucleados en UTA realizaron ayer una masiva movilización que partió de la sede del gremio y pasó por las puertas de la Municipalidad y por la sede local de la Gobernación. Con críticas a los gobiernos nacional, provincial y municipal, y a los empresarios del transporte, cientos de choferes desafiaron el aislamiento obligatorio para visibilizar el reclamo, por lo que la Unidad Especializada en delitos relacionados con la covid-19 abrió una causa. La audiencia con las autoridades del Ministerio de Trabajo de la Nación y los empresarios del transporte para tratar de destrabar el conflicto laboral se retomará hoy a las 13. "Nunca nos ofrecieron una forma de pago, por eso llegamos hasta donde llegamos. Esperamos que algo propongan mañana (por hoy) porque la sociedad no lo aguanta, necesitamos una solución", señaló el titular de UTA Rosario, Sergio Copello. "Hay empresarios que aprovechan la pandemia para pedir una rebaja salarial", planteó el dirigente gremial.
"¿Te gustó la marcha?", le preguntó Copello a este cronista mientras acordaba hablar más tarde para poder terminar de comer algo después de haber vivido una jornada inédita junto a los trabajadores de la UTA. "No somos un gremio acostumbrado a movilizar", reconoció el sucesor de Manuel Cornejo en la conferencia de prensa que dieron en la sede del gremio antes de marchar por las calles de la ciudad, con sus camisas celestes, bombos, trompetas y bengalas, desafiando el aislamiento obligatorio.
En ese sentido, el fiscal en turno de la Unidad Covid-19, Carlos Covani, afirmó que inició una causa penal, sin imputados todavía, por violar la cuarentena. "Dispuse algunas medidas para acreditar la existencia del delito, y en todo caso intentar también identificar a algunos de los autores, porque dada la cantidad de gente que había va a ser imposible identificarlos a todos", dijo el fiscal. "Esto toma una dimensión mayor en este contexto de aislamiento obligatorio, con tanta gente violando las reglas sanitarias. De haber algún contagiado puede desencadenar en un contagio masivo, es lo que el decreto pretende evitar y nosotros tenemos que tratar de hacer cumplir", agregó.
"Entiendo el trabajo del fiscal, él tendrá que cumplir con su trabajo, yo cumplo con el mío. Sería importante ver cuántas obligaciones hay que no se cumplen, por ejemplo pagarnos el sueldo a los que trabajamos. Entiendo la pandemia, pero tenemos la libertad de manifestarnos", planteó Copello. "A la gente le sirvió para descomprimir, así lo expresó. Fue impresionante la cantidad que fue, y sobre todo el comportamiento, no hubo un solo incidente, y después se desconcentró normalmente", explicó.
Sobre el nudo del conflicto laboral, el titular de la UTA consideró que hay "una especulación económica que no se la puede trasladar ni a los trabajadores del transporte ni a la ciudadanía en general, y todos son responsables, los empresarios, la Municipalidad, la Provincia y la Nación. En otras provincias han buscado los recursos para que el servicio se preste, no ha privado de un servicio primordial".
Mientras aguarda con cierta expectativa que hoy retomen el cuarto intermedio acordado con las autoridades de la cartera laboral nacional y los empresarios nucleados en la Federación Argentina de Transportadores de Automotor de Pasajeros (Fatap), Copello dijo que quedan nueve localidades en ocho provincias que tienen el transporte parado: "Poco a poco se va reduciendo el margen que le queda a cada provincia para llegar a un acuerdo. Esperamos que algo propongan mañana (por hoy) porque la sociedad no lo aguanta".
Los cuestionamientos a los empresarios del transporte, que sólo abonaron el 50 por ciento de los sueldos, fueron fuertes. "Esperaron hasta el día de cobro para manifestarnos esto y de la forma que lo hicieron. En otras oportunidades hemos cobrado en dos veces también y sin pandemia. Que saquen un crédito y que nos paguen, hay empresarios que aprovechan la pandemia para pedir una rebaja salarial", se quejó Copello. "En las audiencias, algunos proponen el artículo 223 bis que es para cuando no tenés actividad, no para cuando estás trabajando. A la Fatap no sólo le alcanza con eso, tenés que dejarle dos litros de sangre de cada servicio", agregó.
Los choferes de las tres empresas que operan el sistema en la ciudad --Movi, Rosario Bus y El Cacique-- recibieron este mes el 50 por ciento de los haberes por lo que decidieron realizar un corte de crédito laboral hasta cobrar el total. Unos días más tarde, el municipio depositó un 15 por ciento más pero los trabajadores decidieron mantener la medida de fuerza. "Nosotros no tenemos mal sueldo, pero cuando te lo cortan así te encontrás que no tenés un mango, hay varios compañeros que están así y no nos dan respuestas, todos miran para otro lado", graficó el titular de la UTA.
El dirigente gremial rechazó de plano la idea de estatizar el sistema. "Si la municipalidad hoy no tiene 60 millones de pesos que faltan para pagarnos los sueldos, que debe ser menos, para destrabarnos la deuda salarial, cómo va a tener 700 u 800 millones para aguantar todo el sistema", se preguntó Copello.