“Por favor, no puedo respirar." El pedido agonizante de George Floyd, un afroamericano de 46 años que fue asesinado el lunes por un policía blanco de Minneapolis se convirtió en símbolo de las protestas contra el racismo de Estados Unidos, que se reavivaron luego de que se difundiera el video donde se ve a Floyd suplicando que le quitaran la rodilla de su cuello. Por este hecho fue arrestado ayer el agente Derek Chauvin, acusado de asesinato en tercer grado. La detención se llevó a cabo luego de que se produjeran incidentes en algunas de las manifestaciones en las que se reclamaba justicia. La respuesta del presidente de Estadios Unidos, Donald Trump, fue una amenaza: “Si comienzan los saqueos, comienzan los disparos”.
Trump sumó así un nuevo frente de conflicto interno al panorama de más de cien mil muertos por coronavirus, la crisis de desempleo y la salida de la OMS anunciada ayer. El presidente aseguró que el Ejército acompañaría “hasta el final” al gobernador Tim Walz en la represión a las protestas. “Cualquier dificultad y asumiremos el control, pero cuando empieza el saqueo, empiezan los tiros”, escribió Trump en Twitter. Y calificó a los manifestantes de “matones”.
Twitter le agregó una advertencia al mensaje de Trump, por considerar que violó las reglas de la red social sobre “glorificación de la violencia”. El presidente también tiene una pelea con Twitter que está en escalada: esta semana firmó una orden ejecutiva para restringir sus contenidos.
Trump había criticado a las autoridades locales porque a su entender no habían reprimido con suficiente fuerza las protestas en la ciudad del norteño estado de Minnesota.
El alcalde Tim Frey se defendió asegurando que estaban haciendo “absolutamente todo lo posible para mantener la paz”. Pero luego de las críticas de Trump declaró el toque de queda en Minneapolis. La medida regirá desde las ocho de la noche hasta las seis de la mañana el sábado y el domingo. El personal médico y las fuerzas de seguridad están exceptuados.
Las protestas estallaron el martes, un día después de la muerte de Floyd a manos del oficial Chauvin. El agente había arrestado a Floyd por haber intentado pagar en un supermercado con un billete falso de veinte dólares. Un video tomado por un transeúnte y que circuló ampliamente en las redes muestra a Floyd esposado contra el piso mientras suplica a Chauvin para que le quite la rodilla de su cuello porque no le permite respirar. A medida que pasan los minutos, el detenido poco a poco deja de moverse y de suplicar hasta quedar inmóvil.
El ex presidente Barack Obama publicó ayer un comunicado en el que repudia el asesinato: “Esto no puede ser normal en los Estados Unidos de 2020”.
La muerte de Floyd provocó protestas en varias ciudades del país. En Nueva York también hubo movilizaciones, pese a la prohibición de circular por el coronavirus, lo que llevó a confrontaciones con la policía. En tanto en Denver, Colorado, y en Columbus, Ohio, los manifestantes bloquearon el tráfico. Un día antes, hubo protestas en Los Angeles y Memphis.
Desde que el video del asesinato de Floyd se viralizó una importante cantidad de personalidades del deporte y la cultura, como el fotógrafo Steve McCurry, el basquetbolista de la NBA Lebron James y el ex astro de la NBA Magic Johnson repudiaron el racismo y abuso policial contra los afroamericanos en Estados Unidos.
La Oficina del Fiscal de Estados Unidos y el FBI en Minneapolis dijeron ayer que estaban llevando a cabo “una investigación criminal sólida” sobre la muerte. Chauvin, el oficial que se arrodilló en el cuello de Floyd, fue despedido el martes con otros tres agentes. Recién ayer fue arrestado.
En la madrugada del viernes fue incendiada la Comisaría Tercera de la ciudad. Un video difundido por la cadena de noticias CNN mostró imágenes de los manifestantes entrando al edificio, mientras sonaban las alarmas de incendio y se activaban los rociadores para apagar el fuego.
“Lo que hemos visto en las últimas horas y las últimas dos noches aquí en términos de saqueo es inaceptable”, afirmó el alcalde Frey, quien sin embargo subrayó que es un momento de “mucho dolor y enojo” en la ciudad.
Minutos después del incendio en la Comisaría Tercera, unos 500 soldados de la Guardia Nacional estaban desplegados en el área metropolitana de la ciudad. Armados con rifles de asalto, el jueves a la mañana habían bloqueado una calle cercana a una tienda de la cadena de grandes almacenes Target, que más temprano había sido dañada por saqueadores. La Guardia Nacional dijo que el objetivo del despliegue era asegurarse de que los bomberos pudieran trabajar sin tener que enfrentarse con los manifestantes en caso de ser necesario. Sin embargo, no hubo ningún esfuerzo por apagar el tercer incendio a la tienda.