“El termómetro es un producto que crecerá de manera exponencial porque el mercado es el mundo, realmente no tiene techo. Estamos en camino a ser una de las tres fábricas en el planeta que desarrollará un dispositivo con estas características. Se nos abre una posibilidad inmensa de desarrollo económico, productivo y de puestos de trabajo para los chicos de nuestra provincia”, dice Miguel Sedoff, ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de Misiones.
Frente a la pandemia, las necesidades se han transformado. En la actualidad, los termómetros infrarrojos para medir temperatura en humanos resultan claves porque la fiebre es uno de los principales síntomas de covid-19. Como en el país no había quienes lo produjeran, la Fábrica Argentina de NanoSensores IOT (Fan IOT, “Internet of things”, por sus siglas en inglés) tomó la posta desde marzo y se encargará de ello. El producto ya está listo, fue testeado y validado. De manera reciente, la empresa estatal de Misiones recibió un subsidio de 8 millones de pesos a través de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación que pertenece al MinCyT.
¿En qué consiste la tecnología? Se trata de un termómetro infrarrojo inteligente. Si bien en el mercado global existen sistemas similares desde hace décadas, lo novedoso en este caso es la integración de las capacidades IOT. Tras medir la temperatura de las personas, los datos obtenidos podrían ser enviados vía wifi a un sistema propietario o a aplicaciones de terceros mediante un protocolo abierto. En el marco de la pandemia, será central porque permite la detección temprana de casos y podría contribuir a disminuir las chances de propagación del virus. Los sensores deberían ubicarse en los ingresos y las salidas de colegios, aeropuertos, centros comerciales y hospitales, entre otras instituciones, y conectar con un sistema de alarmas a través de mapas de calor georeferenciados.
“Son termómetros infrarrojos que tienen capacidades superiores a las que estaban en el mercado. Hoy en día los pocos que se utilizan provienen de China y, en general, son de uso industrial, por lo que no son aptos para medir temperatura humana. La novedad reside en que más allá de tomar la temperatura, incorporamos algoritmos muy complejos para calcular la distancia respecto del objetivo y la información que se obtiene es enviada a la nube. Ello significa que nosotros tenemos un panel de control desde el cual podremos elaborar cálculos predictivos para analizar lo que está sucediendo en tiempo real. Asimismo podremos diseñar mapas de calor y seguir bien de cerquita la propagación del virus”, describe Martín Bueno, integrante del directorio de FanIOT.
El 99% de los insumos (electrónica, encapsulado, diseño, impresiones, packaging) para fabricar estos termómetros fueron creados en el ámbito local. A diferencia del valor de los importados que oscila en los 800 dólares, el creado por FanIOT costará alrededor de 150. “Los termómetros similares que vemos en videos que nos llegan y poseen algún grado de reconocimiento facial son muy grandes y mucho más caros que nuestra propuesta. Estamos en presencia de una producción enteramente doméstica y con un valor seis veces más bajo. Tiene capacidades vinculadas a Internet de las cosas que los otros ejemplares no disponen. A partir de junio fabricaremos los primeros 100, a comienzos de julio tendremos 1000 y, más tarde, entraremos en una escala industrial con números mucho más grandes”, asegura Bueno.
FanIOT nació, a fines de 2019, como consorcio de cooperación entre el Gobierno de Misiones, representado por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología; Marandu Comunicaciones SE; PoloTic Misiones y --la empresa de Nano Sensores-- Smartcultiva. Aunque el objetivo inicial era el desarrollo de kits educativos para robótica y sensores para Ciudades Inteligentes, la pandemia los obligó a un golpe de timón que, por la experiencia acumulada, no interpuso demasiados obstáculos. De hecho, desde hace tres años, Smartcultiva provee de nanosensores de última generación a la NASA y su programa Marte 2030.
“Desde que asumí en el cargo (diciembre pasado) me pareció fundamental desarrollar tecnología propia. La primera acción que realicé como ministro fue poner en marcha FanIOT, un consorcio público-privado que reuniera las mejores cualidades que aportan ambos espacios. Me refiero a la innovación tecnológica que aporta lo privado y la decisión estratégica y la visión más general del ámbito público”, relata Sedoff.
En esta línea, desde su gestión, Misiones promueve la puesta en marcha de plataformas digitales educativas --que en la actualidad emergen a partir de un rol protagónico-- y kits de robótica autóctonos para reemplazar a los que tradicionalmente se importaban desde China. “Estoy convencido de que nuestra provincia tiene que apuntar a promover la ciencia y la tecnología como vía indispensable para mejorar su matriz productiva. Con el turismo estacionado durante esta época, es la economía del conocimiento la que nos brinda la chance de un crecimiento exponencial. Como economías regionales y pequeñas tenemos que ser muy ágiles, estar bien despiertas”, advierte Sedoff y concluye: “Misiones es la anteúltima provincia del país en relación a su tamaño y, además, está lejos del centro bonaerense. Lo que nosotros queremos demostrar es que somos capaces, que es posible construir conocimiento sin pasar siempre por Buenos Aires, que estamos en condiciones de disputar un mercado global si tenemos ideas pujantes”.