La nave Crew Dragon, primera misión conjunta de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) y la compañía aeronáutica SpaceX del magnate estadounidense Elon Musk,
fue lanzada hoy rumbo a la Estación Espacial Internacional, a las 16.22 hora de Argentina.
Cuatro minutos después, el cohete SpaceX Falcon 9 se separó de la capsula y comenzó su regreso a tierra aterrizando en la cubierta de vuelo de un buque, aprovechando su diseño como propulsor reutilizable.
Se espera que el domingo a las 11.29 de Argentina la cápsula Crew Dragon, con los astronautas Bob Behnken y Doug Hurley, llegue a la Estación Espacial Internacional (EEI) para acoplarse a ella, tras lo cual serán bienvenidos por la tripulación de abordo.
Este será el vuelo de prueba final de SpaceX para el programa de tripulación comercial de la NASA y proporcionará datos sobre el rendimiento del cohete Falcon 9, la nave espacial Crew Dragon y los sistemas terrestres, así como de operaciones en órbita, atraque y aterrizaje, informó la NASA.
El vuelo de prueba también proporcionará datos valiosos para la certificación del sistema de transporte de la tripulación de SpaceX para vuelos regulares que transporten astronautas hacia y desde la Estación Espacial.
Los sitios web de la agencia espacial norteamericana y de SpaceX transmitieron el despegue de la nave. También se pudo ver en los canales de YouTube de la empresa de Musk y de la NASA .
El Planetario de la ciudad de La Plata transmitió el lanzamiento también con la conducción de su director, Diego Bagú, y acompañado por Pablo de León, un argentino que colaboró con la NASA.
El lanzamiento de hoy constituye el primero de un cohete espacial tripulado en casi diez años y el puntapié para la intención de realizar viajes civiles fuera del planeta.
Es la primera vez en la historia que una empresa de capital privado lanza al espacio un cohete tripulado, ya que hasta el momento Space X sólo había lanzado suministros. Este lanzamiento es uno de los más importantes en la historia de los Estados Unidos porque si se lleva a cabo con éxito ese país dejará de depender de las cápsulas Soyuz que tienen el sello ruso.
El éxito de la operación confirmaría la opción de reutilizar este tipo de cohetes espaciales después de que las pruebas de despegues y aterrizajes hayan ofrecido un total optimismo. Todo ello, además de suponer una importante reducción de costos, abriría la vía del turismo espacial, un avance económico para el trabajo que se está llevando a cabo en el espacio.
Elon Musk fundó SpaceX en 2002 con el objetivo final de permitir a la gente vivir en otros planetas. La NASA ha sido un socio y cliente clave en cada paso del camino para la compañía con sede en Hawthorne, California. De hecho, una versión de carga de la cápsula Dragón de SpaceX ya hace viajes regulares a la estación espacial.
En 2014, la NASA concedió a SpaceX y a Boeing un total de 6.800 millones de dólares en contratos para impulsar la capacidad de Estados Unidos de volar al laboratorio orbital sin comprar asientos en las cápsulas rusas Soyuz.
Anoche, un prototipo de nave espacial reutilizable de Space X, llamado SN4, explotó durante unas pruebas en Boca Chica, Texas. No se reportaron personas heridas por la explosión, que ocurrió apenas dos minutos después de probar un motor en la base de la nave.