Policías uruguayos detuvieron esta mañana a Sebastián Romero, el militante del Partido Socialista de los Trabajadores Unificados prófugo de la Justicia argentina, bajo investigación por su participación en las protestas contra la reforma previsional de Mauricio Macri. La imagen de Romero, precandidato a diputado nacional por el PSTU en Santa Fe, disparando frente al Congreso de la Nación con un mortero atado a un palo contra la Policía fue una de las postales más recordadas de las manifestaciones contra el recorte jubilatorio. “El hombre mortero”, fue el nombre con el que lo rebautizaron las redes sociales cuando su foto se volvió viral.
Romero estaba prófugo desde el 18 de diciembre de 2017. Por entonces, el Ministerio de Seguridad de la Nación a cargo de Patricia Bullrich había ofrecido una recompensa de 1.000.000 de pesos para quienes brindaran datos sobre su paradero. Según circuló, Romero fue capturado en un campo en la zona de la ciudad de Chuy en Uruguay, en el partido de Rocha, en el marco de una investigación del área de Interpol de la Policía uruguaya en colaboración con sus pares argentinos de la Policía Federal.
En febrero de 2018, el Ministerio de Seguridad había emitido una circular roja de Interpol, en tanto que la Policía Federal había difundido cerca de diez identikits sobre cómo podría verse Romero para permitir su reconocimiento.
La orden de detención había sido librada por el juez federal Sergio Torres, a cargo de la causa judicial abierta por “intimidación pública y resistencia a la autoridad” en el marco de las protestas. Su defensa había presentado un recurso de apelación en primera y segunda instancia, ambos rechazados, Luego, la Cámara de Casación Penal declaró inadmisible el recurso por el que se había intentado impugnar el fallo previo de la Cámara Federal porteña.
"Estoy siendo perseguido como si fuera un terrorista porque fui parte de los miles que el 18 de diciembre resistimos en las calles contra el robo que estaban haciéndole a los jubilados", había escrito recientemente en una carta el militante profugado.