Críticos de la cuarentena, militantes “libertarios”, comerciantes que quieren reabrir sus negocios, teóricos de conspiraciones diversas y médicos que reclaman derechos laborales, entre otros, confluyeron el sábado en el microcentro porteño para expresar su desencanto. La protesta fue convocada desde las redes sociales con la consigna “por una cuarentena inteligente, libertad para trabajar y movilizarse” y en repudio al “estado totalitario” (sic), e incluyó caravanas de autos desde el norte del conurbano hasta el obelisco. Tres médicas que fueron con un cartel para advertir que “La cuarentena salva vidas” fueron agredidas y debieron ser retiradas por la policía.
Poco después de las 17, con barbijos en su mayoría aunque sin respetar las medidas de distanciamiento social, un centenar de personas cantaron el himno frente al obelisco y con banderitas argentinas en sus manos. Por las redes sociales ya circulaban imágenes de “bocinazos” en avenida del Libertador y en el Tigre, presentadas como “la caravana contra la infectadura”, la última creación de los militantes de Cambiemos que se esmeran en limar la legitimidad del gobierno nacional.
“Esto es un estado de sitio, la cuarentena no es constitucional, no tiene regulación legal”, alertó un hombre mientras se quitaba el pasamontañas. “Los derechos de los ciudadanos están birlados”, explicó, mientras otros se esforzaban para mostrar en cámara fotomontajes del presidente con un pañuelo celeste de los militantes por el aborto clandestino. A pocos metros, para agravar la mezcolanza, se veía una larga bandera argentina con la leyenda “Gimnasios unidos. Queremos trabajar” y otra de “Soros o Perón” (sic).
“Estoy con prisión domiciliaria cuando todavía no se sabe el origen”, bramó un señor al volante con una máscara para filtrar gases sobre su boca. “Cuando se sepa el origen, recién ahí deberíamos tomar medidas”, opinó exaltado, y aseguró que “nunca tuvimos la desgracia de no ser libres como ahora”.
“No todos recibimos un plan del Estado, el 80 por ciento de las economías regionales está sin trabajar”, apuntó una señora a los gritos. “Terminemos con los planes, los punteros políticos se quedan con nuestro sacrificio mientras la comunidad policial tiene sueldos miserables”, agregó, mientras alguien atrás aclaraba: “estoy en contra del gobierno, no de la cuarentena” y reclamaba que "se tienen que ir todos”.
“Es todo un plan orquestado por una elite que quiere dominar el mundo y ya lo está haciendo”, alertó un muchacho con un cartel con la leyenda “Plandemia. Falsa epidemia”. “En la Argentina no hay patriotas. ¿Dónde están los diputados? Los únicos que dicen la verdad son Maldini (sic) y Javier Milei”, agregó. A sus espaldas, una bandera del “Partido Libertario. CABA”.
Una supuesta médica dio su teoría sobre la creación del virus en un laboratorio y explicó que “no se transmite por aire, se transmite por vacunas porque fue inyectada en vacunas”. “Ahora vamos a tener los hospitales llenos. ¿Eso querían? ¡Lo vas a lograr, Fernández, te van a da las estadísticas hasta que venga la vacuna de Bill Gates!”, rugió, y reclamó “soberanía para la Argentina”.
“Estamos reunidos para que el gobierno deje trabajar a la gente”, arrancó otro joven, a quien una anciana silenció a gritos. “¡Lo de grupos de riesgo lo han inventado, yo trabajo en el hospital de la marina!”, dijo para fundamentar su autoridad.
La caravana de médicos se mezcló con sus propios reclamos. “Nuestros derechos están super ignorados, tenemos mucha precarización laboral, la mayoría somos monotributistas, no tenemos aguinaldo ni vacaciones”, explicó una mujer joven desde su camioneta. “A eso se suma que no tenemos protección adecuada y que sufrimos persecuciones judiciales por ejercer nuestro trabajo”, añadió.
Las pocas que se animaron a mezclarse entre los manifestantes para expresar sus diferencias no fueron bien recibidas. “Fuimos dos médicas, una del Argerich y otra del Ramos Mejía, más una compañera de Tigre”, contó una de ellas a Página/12. “Llamamos a la policía, intentamos hacer una denuncia penal por violación de la cuarentena pero no nos la quisieron tomar. Nos paramos con un cartel que decía ‘La cuarentena salva vidas. Quedate en casa’ y empezamos a recibir agresiones. Nos terminó sacando la policía”.