La semana que pasó fue hasta el momento la que más incertidumbre trajo con respecto a la barrera de defensa que tiene montada la provincia para evitar que se propague el coronavirus, tanto por las circunstancias del nuevo positivo en Orán, como por el confuso hecho, por ponerle un adjetivo calificativo, que tuvo de protagonista al diputado Héctor Chibán.

Desde aquel primer caso que metió a Salta en cuarentena a mediados de marzo, inclusive antes que el resto del país, los otros 6 positivos se dieron en un marco de control sobre personas que ya eran sospechosas y cumplían cuarentena, por lo que más allá de alguna paranoiqueada vecinal en Rosario de Lerma, azuzada por las redes sociales, no trajeron mayores consecuencias.

Pero en este octavo caso falló el test rápido que le hicieron en Jujuy, que dio negativo, y derivó en un irresponsable exceso de confianza que llevó a que se deba aislar a más de 40 personas, y que Orán y otros dos pueblos retrocedan en la flexibilidad que permite la fase 4. Ahora se está a la espera de conocer los análisis al círculo más cercano del enfermo, por lo que en las próximas horas habrá novedades al respecto.

Por otro lado, el ex peaje de Aunor en el ingreso a la capital salteña, fue el escenario del incidente con Chibán. Ante la prolongada retención que le hicieron a uno de sus hijos que volvía desde Buenos Aires, por incumplir un requisito en la documentación, el diputado provincial sospechó que le podían estar pasando alguna factura por ser opositor al Gobierno y se hizo presente en el lugar, donde se peleó con todos y se retiró diciendo “si quieren que me encuarentene, me encuarenteno”, reconociendo haber tenido contacto estrecho con su reingresado retoño.

Pero solamente dos días después Chibán aparecería en la Legislatura para participar de la convocatoria a tres ministros en el recinto. De los presentes muy pocos tenían conocimiento de lo que había pasado el fin de semana en el ex peaje, por lo que en principio el hecho pasó a desapercibido. Recién a la tarde la versión corrió como reguero en los medios de comunicación, pero sobre todo en la Legislatura.

"La duda es la jactancia de los intelectuales", dijo el filósofo español José Ortega y Gasset, frase que popularizó por estos lados el cualquier cosa menos filósofo Aldo Rico. La Cámara de Diputados se llenó de intelectuales en tan solo 24 horas.

Dudan los empleados sobre si estuvieron o no cerca de Chibán ese día, dudan las autoridades sobre que medidas tomar con Chibán, y duda el propio Chibán, que corrió a hacerse un test que dio negativo, pero que al final aclara explícitamente que ese resultado no lo exceptúa de la cuarentena.

Y en medio de la abundancia de dudas, hasta la Cámara de Senadores, esa hermana callada y bajo perfil de Diputados, alzó su voz, con Silvina Abiles a la cabeza, para sacudirlo al legislador capitalino por irresponsable. En tanto, el Tuti Amat, el presidente de la Cámara Baja, espera qué el Comité de Emergencia salga de su sepulcral silencio sobre el tema y le dé argumentos científicos o mínimamente un respaldo para tomar una determinación. 

Mientras el tiempo corre, sin dudas el eventual positivo de alguno de los Chibán generaría un terremoto en la capital salteña, al extremo que haría revisar la aplicación de la fase 4, ya que solo en el ámbito de la Legislatura, se estima que las personas que podrían haber tenido contacto directo con el diputado serían unas 200.

Extraña parábola la de esta historia, que arrancó en Aunor con un protagonista a lo Batman luchando contra lo que él pensaba era una injusticia, pero que podría terminar con el mismo protagonista siendo considerado más peligroso que el Guasón.

Igualmente, y a pesar de todo, la semana que comienza sería la de la habilitación del turismo interno, gimnasios, pesca deportiva y fútbol 5.

Para los pescadores, que el límite horario sea hasta las 20 les trajo la misma sensación que comer una milanesa de soja, se llama igual que la de carne pero no es lo mismo. Pero así es esta nueva normalidad, un tómalo o déjalo que obliga a la adaptación.

En el caso del fútbol 5 se aclaró que los barbijos serán para antes y después del partido, un alivio para todos los que practicamos este deporte con mucho entusiasmo pero con poco oxígeno. Igualmente el secretario de la Gobernación, Matías Posadas, en el fragor de la conferencia de prensa virtual dijo, detallando el nuevo protocolo, que el único habilitado en la cancha a tocar la pelota con la mano es el arquero.

Todavía no se sabe si eso efectivamente estará en los protocolos o fue un exceso de prevención del funcionario, pero de ser así, a un defensor que se tiente y meta la mano en una jugada dentro del área se le cobrará penal, se le iniciará una causa por violar el código penal, se le aplicará una multa por no respetar el DNU 255 y, si el referí así lo considera, será expulsado por evitar el gol con una infracción alevosa. Ni el estricto ex árbitro Javier Castrilli se animó a tanto.

De viviendas y políticas

Esta semana nuevamente volvió el gobernador Gustavo Sáenz a hablar en público como al inicio de la pandemia. Luego de un período de perfil bajo, quizás alentado por la encuesta que lo puso entre los gobernadores con mejor imagen el lunes condujo nuevamente su “Aló Gobernador”, esta vez acompañado por profesionales de la salud, entre los que se encontraba el ministro de Salud emérito, Bernardo Biella.

Allí Sáenz cargó contra lo que consideró un manejo político de la crisis habitacional y apuntó a organizaciones sociales y, cuando no, a un sector de la oposición por fogonear el reclamo, que terminó con la Policía entrando a palo, gases y bala de goma para despejar las usurpaciones.

El ministro de Seguridad, Juan Manuel Pulleiro, en su raid por Diputados y Senado, señaló que en lo que va del año ya tuvieron 40 tomas de terrenos en toda la provincia, pero que al no ser masivas se resolvieron fácil. Sin embargo, explicó que desde el miércoles 20 de mayo notó un incremento tanto de asentamientos, como de la cantidad de familias que participaban, eso lo llevó a concluir, al igual que el gobernador, que algo político y organizado había por detrás.

Pero más allá del dato concreto de que hay un déficit de 72 mil viviendas y que hace cuatro años que no se hacen loteos sociales, tal como lo reconoció el secretario de Tierras y Hábitat, Esteban Carral, si se trata de buscar un detonante político a la crisis, tal como señalan Sáenz y Pulleiro, habría que remitirse a la última sesión de Diputados.

Allí, el martes 19 de mayo, un día antes de lo que el titular de Seguridad consideró como el punto de inflexión en las tomas, la Cámara Baja casi declara una emergencia habitacional y finalmente aprobó un proyecto pidiendo al Ejecutivo que construya nuevas casas ante la presión social que ocasiona el déficit. Esta noticia salió reflejada al día siguiente en prácticamente todos los medios de capital y el interior, y por lo tanto, fue leída y escuchada por miles de salteños.

Y ahora viene la parte más llamativa de la situación, porque la frustrada emergencia y la aprobada solicitud de casas, fueron impulsadas por el “bloque Justicialista Gustavo Saénz conducción”, oficialismo explícito desde el mismo nombre. Inclusive ambos proyectos llevan la firma como autor del presidente de ese bloque, Germán Rallé.

Durante su tratamiento pidieron la palabra unos 10 diputados saencistas que además de la queja por el déficit habitacional, también anunciaron que podrían venir obras de viviendas gestionadas ante la Nación, justo lo que quiere escuchar alguien que no tiene una casa y que sabe que el IPV puede ser un laberinto de trámites y espera (debido a la escasez de viviendas) del que capaz no se sale nunca.

Más allá de la intromisión que seguramente hubo de agrupaciones o partidos políticos después que se desató la oleada de tomas, el gobernador debería buscar dentro de sus propias filas la génesis de esta movida.

El Plan post pandemia

Sáenz también recurrió en los discursos de esta semana a ese escudo protector y poderoso justificativo que representa "la herencia recibida". Con respecto a esto, los salteños han dado muestra de entender la situación y los resultados de las encuestas así lo indican. Mientras que hoy Sáenz goza de alta popularidad, el ex gobernador Juan Manuel Urtubey tendría que arrancar a los codazos, muy acorde a los tiempos que corren, para ganar  una banca en el Congreso.

Pero los problemas urgentes exigen soluciones urgentes y no conocen de herencia, emergencias, ni pandemias. El que asume a la cabeza de un Ejecutivo, sea presidente, gobernador o intendente, es dueño del combo completo: pasado, presente y, sobre todo, futuro.

Sáenz, aún en este escenario de abrupta caída de la economía, debería aprovechar el crédito abierto por la sociedad para terminar de diseñar de una vez el mentado “Plan para la Post Pandemia” que se esbozó esta semana en la apertura del Consejo Económico y Social, pero del que por ahora no se conoce nada. Con una brújula, explorar lo desconocido se facilita.

El ministro de Economía, Roberto Dib Ashur, advirtió el martes a los diputados que se vienen 10 semanas difíciles en las que se sentirán de lleno la caída de la recaudación y la coparticipación. Seguramente lo mismo le hubiese dicho el jueves a los senadores que lo dejaron esperando a un costado más de una hora mientras estiraban la reunión con Pulleiro. Finalmente Dib Ashur, más o menos, les puso a los senadores la vieja excusa de que "iba a comprar puchos y volvía", salió raudo de la Legislatura con cara de pocos amigos y nunca más regresó.

Por lo pronto el ministro reconoció que entre lo que hay ahorrado y lo que se va reperfilando, por ahora se puede ir tirando con la deuda de la provincia. También señaló que lo que no llega de coparticipación algo se compensa con los Aportes del Tesoro Nacional, como, por ejemplo, los 367 millones de pesos que entraron esta semana. Y además pronosticó que a futuro espera que la economía rebote cuando se reactive plenamente. Traducido en criollo: "Estamos mal, podríamos estar peor, crucemos los dedos para que esto mejore".  

En tanto, el ministro de Infraestructura, Sergio Camacho, dijo que hay 116 obras con fondos públicos en marcha, aunque quedó la sensación que cuenta en ese número hasta cuando se le hace el revoque a una escuela. 

También rescató que la autorización a las obras de construcción privadas genera 30 mil puestos de trabajo en forma directa e indirecta.

Como próximas obras grandes, financiadas por la Nación, adelantó pavimentaciones en las rutas 51 y 40. La ruta 23 que une Rosario de Lerma con Cerrillos también está en carpeta, pero con fondos provinciales. Y sorprendió con un proyecto para un tren urbano hasta La Merced, similar al que va a Güemes.

De crítica y criticones

Y en lo otro que cayó el gobernador en la locuaz semana que tuvo, es en el mito de la “crítica constructiva”. 

La crítica, por definición de la Real Academia, es un análisis o valoración que se hace sobre una situación, que el criticado podrá tomar si la considera pertinente, o desecharla si cree que es errada o sin fundamentos.

Aplicando el modelo de teorema que el actor cómico Alberto Olmedo usaba para los chistes ("no son nuevos o viejos, sino buenos o malos"), se puede concluir que la crítica no es buena ni mala, sino acertada o falsa. Pero lo de constructiva es una argucia inventada por los propios criticones para despacharse a gusto y sin culpas.

Por otro lado, si los integrantes de la oposición, o inclusive del oficialismo, consideran que algo se está haciendo mal y no lo dicen en virtud del “constructivismo”, no solamente se convierten en cómplices, sino que flaco favor le hacen al Gobierno al no marcárselo y dejarlo seguir en errada actitud.

Y en definitiva, como todo en política, y de eso Sáenz sabe mucho, la falta de crítica o el exceso de ella como único recurso, después se castiga en las urnas, para ejemplos de una cosa y otra ahí están el PJ y el Partido Obrero en las últimas elecciones.