La mirada atenta, la mente lúcida, el grito desesperado de gol. Carlos "Chapa" Retegui es un entrenador que transmite entrega dentro y fuera de la cancha. "Me gustan los equipos que van para adelante, que quieren competir y no participar", dice, y por algo fue campeón del mundo con Las Leonas y logró una histórica medalla dorada con el seleccionado masculino de hockey en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Hoy, tras el parate del deporte por el coronavirus, ya sueña con la vuelta y el objetivo firme de Tokio 2021. Hay que tener los pies sobre la tierra y pensar en la preparación. Pero en la Selección hubo un recambio de jugadoras muy grande y es claro que volvimos a estar en la élite mundial", asegura.
–Hace poco dijiste que esta es la primera vez en tu vida que te desconectás del deporte. ¿Seguís así?
–Sí, porque todavía no sabemos cuándo vamos a empezar a entrenar. Si bien es posible que el Gobierno emita una autorización para que los clasificados a Tokio 2021 vuelvan a entrenar, ya hace más de dos meses que los deportistas están fuera de las canchas. Creo que estaría bueno que eso pase porque ya muchos seleccionados del mundo empezaron a prepararse y no podemos darles ventaja estando a sólo un año y meses de los Juegos Olímpicos. Esta cuarentena nos hizo dar cuenta del valor que tiene el deporte en la sociedad. Es muy necesario que esté en agenda por el bienestar mental y físico de todos, y por el bien de los clubes.
–Había mucha expectativa con Las Leonas para los Juegos Olímpicos de Tokio. ¿Cómo se hace para mantener esa llama encendida un año más?
–Y, cuando ves que equipos como Holanda o Alemania ya volvieron a entrenar, te agarra un poco de miedo. Pero hay que estar tranquilos. Con las chicas estamos trabajando a través de Zoom y me sorprende ver lo fuerte que entrenan. Lo bueno es que ya estamos de nuevo en el podio. Hubo un recambio de jugadoras muy grande.
–¿Están para la medalla de oro?
–Yo estoy para empezar a entrenar. Todavía no podemos proyectar una medalla olímpica. Si hacemos eso, cometemos un error, porque después la caída puede ser muy grande. Hay que tener los pies sobre la tierra y pensar en la preparación. Las Leonas es un equipo que transmite y deja la vida dentro de la cancha, por algo la gente se levanta a las cuatro de la mañana para ver un partido.
–Antes de la postergación de los JJ.OO., expresaste tus ganas de ser director técnico de fútbol. ¿Sigue en tus planes?
–Sí, me recibí de entrenador de fútbol el año pasado y ya puedo ejercer, pero hoy mi cabeza está en Las Leonas. Entrenar a un equipo de fútbol es algo que me gustaría, yo sé que va a llegar esa oportunidad y me estoy preparando para eso. Cuando ocurra, quiero poder ser mi mejor versión en una actividad nueva.
–¿Te interesa también el fútbol femenino?
–Sí, me parece alucinante. Argentina es uno de los países que puede generar un proyecto muy serio e importante, porque acá la mujer es muy futbolera. Hay muchas mujeres que llevan el fútbol en la sangre, por eso hay que apuntar ahí, hacer un proyecto global y ambicioso. La AFA dio un paso muy grande el año pasado, y que hay que seguir así para encontrar una igualdad con el fútbol masculino.
–Volviendo a tu rol como entrenador, ¿cómo te sentís cuando dicen que sos el mejor?
–Es un halago, pero no me la creo. Mi viejo decía que si le das mucha importancia a cuando ganás, el día que perdés, el dolor es terrible. El director de orquesta mira a la orquesta, no al público, y lo mismo pasa con los entrenadores. Hay que mirar al equipo.
–¿El director de orquesta sí o sí tiene que ser líder o puede ser un estadista?
–Cuando uno ocupa roles de conducción, tiene que liderar. Los entrenadores tienen que ser líderes. A mí me gusta compartir eso con el cuerpo técnico, tomar las decisiones en conjunto.
–Para vos, ¿ser mejor jugador del mundo, te lleva a ser capitán?
–El capitán tiene que transmitir valores, ser una persona positiva, generosa, que tenga templanza. Hay que entender que el deporte tiene que ver con la entrega y la perseverancia. En el deporte de alto rendimiento, la mente es todo. Un jugador con mucho talento pero poca mente no puede jugar en la alta competencia. Hoy en día, muchos se quejan porque hay que entrenar, por las concentraciones, y esos jugadores no sirven. Los que sirven son los que se entregan por completo. En el deporte se usa mucho la palabra sacrificio y yo la quiero erradicar. El sacrificio tiene que ver con otra cosa. Esto se llama esfuerzo.
–Y cuando un jugador te cuestiona, ¿cómo lo manejás?
–Que cuestionen lo que quieran. El jugador juega, yo lo escucho, pero las decisiones las tomamos nosotros. Mientras fui entrenador, muy pocos me cuestionaron. Hay una frase que dice: "Entrenar duele; no entrenar, duele más". Esto no tiene que ver con el dolor de levantar una pesa, tiene que ver con el dolor de estar afuera, de no pertenecer. El que no se quiere esforzar, no puede estar en mi equipo.