La angustia, la incertidumbre, el temor, y la falta de respuestas concretas son algunos de los síntomas que está provocando el coronavirus en el mundo. En el caso del deporte en particular, las distintas actividades están siendo dañadas severamente a causa de la pandemia. Y más allá de que en Europa se empiezan a activar lentamente algunas disciplinas, el futuro de lo que pueda ocurrir todavía es una incógnita.
Por ese motivo, Iberoamérica acordó crear una plataforma internacional de cooperación para enfrentar al Covid en el deporte, una acción colaborativa que se basa en el intercambio de políticas públicas focalizadas en acciones y estrategias de reactivación.
Andrés Morales, especialista del sector Ciencias Sociales y Humanas de la oficina Regional de Ciencias para América Latina y el Caribe de UNESCO, especializado en el área deportiva, dialogó con Líbero luego de la primera conferencia ministerial que se realizó hace diez días.
-¿Cuál fue el análisis que hicieron sobre el grado de afectación de la pandemia sobre el deporte?
-La pandemia, además de ser una crisis sanitaria, económica, social y global, tuvo en esa medida un fuerte impacto en el deporte, la educación física y la actividad física. Eso va desde la cancelación de eventos deportivos nacionales e internacionales, hasta la rescisión de contratos a deportistas y a todo lo que gira alrededor de la industria deportiva. Por otro lado, la afectación que tiene también en los ciudadanos para la realización de actividad física y de bienestar, naturalmente, con todas las restricciones por el distanciamiento social. Esas son las dos miradas, una relacionada al deporte de alto rendimiento, y otra más sobre el aspecto de la gente que utiliza el deporte como rutina.
-¿Los indicadores que obtuvieron le provocaron mucho asombro?
-Claro. Esto es un impacto muy fuerte e inesperado. Nadie hubiera imaginado hace unos meses que se terminarían suspendiendo los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio. Esto tiene un efecto muy grave e inmediato, porque se habían planeado una serie de actividades que tienen un factor económico y social muy fuerte, en términos de empleabilidad y trabajo. Eso no estaba previsto. El resto es delicado, ya que a corto plazo no se sabe qué va a suceder, y los eventos masivos se siguen suspendiendo.
-Además de los económicos, ¿qué otros aspectos se perjudicaron con la covid-19?
-Mucho en lo social y en lo emocional. Para las personas más vulnerables, que no tienen posibilidades de hacer actividad física en sus hogares. O para los que no pueden conectarse a internet para hacer alguna actividad física, sino que su única alternativa de hacer actividad física es a través de la escuela. Como están cerradas las escuelas es una limitación delicada. Para los jóvenes, el mayor centro de encuentro es a través del deporte, y no tener ese espacio los afecta.
-Y a partir de eso, ¿qué piensan implementar?
-Lo que estamos haciendo es ayudar a que los gobiernos de América Latina y de Iberoamérica, puedan dar a conocer e intercambiar lo que los países vienen haciendo. En estos momentos en donde la pandemia es un fenómeno global, implica acciones muy bien articuladas. La clave aquí es la cooperación. Los países tienen que cooperar entre ellos, de la misma manera que las federaciones, y toda la comunidad deportiva. La UNESCO ha venido haciendo reuniones ministeriales similares, con gente de educación y cultura, y creemos que el deporte no puede quedar afuera de estos ámbitos de cooperación.
-¿La pandemia va a marcar un punto de inflexión en el deporte particularmente?
-Totalmente. Por eso a mí me parece que este espacio que brindamos desde la UNESCO puede ser muy útil, para que todos los actores involucrados podamos ubicarnos sobre la misma página, y buscar así soluciones conjuntas ante esta situación.
-¿Cree que recién cuando esté la vacuna contra este virus se podrá realizar deporte con normalidad?
-Vamos a ver. Parte de lo que necesitamos ver es como adaptarnos a la situación actual, y como el deporte entiende la situación que estamos viviendo, y de alguna manera trata de adaptarse a lo que hay. Se fueron dando algunos pasos para realizar acciones deportivas en el ámbito profesional, y parte de lo que tenemos que ver es en que consisten esos protocolos, y que efecto tienen. Eso es lo que necesitamos conocer entre los países. Pero también tiene que ver en la actividad física de las propias personas, para ver como vamos a promover que se siga haciendo deporte y que los ciudadanos continúen estando activos físicamente. Estos son los desafíos que tenemos y que esperamos poder empezar entre todos a encontrar soluciones, y sobre todo ir aprendiendo sobre la marcha. Todo esto lo vamos ejecutando mientras aprendemos y entendemos la situación en la que estamos viviendo.
-¿Qué le pareció la vuelta del fútbol en Alemania?
-Esas experiencias tendremos que analizarlas y ver como van funcionando. Eso es parte del aprendizaje y creo que es prematuro para hacer balances de como han funcionado. Me parece que sirve para ver como funciona como experiencia, pero todavía es muy temprano para saber el efecto que va a tener. Lo que está claro es que está cambiando radicalmente la forma de entender el deporte como evento masivo. No estamos acostumbrados a ver estados vacíos, ni es parte del espíritu deportivo ver estadios vacíos. En esta circunstancia es uno de los modelos que se ha tomado, y hay que ver como funciona.
-¿No es contradictorio que los futbolistas no se saluden con la mano y luego tengan contacto físico permanente durante el juego?
-Por supuesto. Es parte de las dificultades. Lo que veo es que tanto los gobiernos como las federaciones, en el fútbol y en cualquier otro deporte, están tratando de ser lo más creativos e innovadores posibles para garantizar la salubridad de los protagonistas por un lado, y al mismo tiempo poder garantizar el espectáculo.
-¿Hay que esperar hasta el año próximo para que se pueda enderezar todo esto?
-Es parte de lo que tendremos que ir viendo día a día. Es como la pandemia misma, que todos los días hay novedades y hay que tomar todo con mucho cuidado. No se pueden hacer aproximaciones a largo plazo. Lo que parece cierto es que en el corto plazo no se podrían realizar eventos masivos deportivos, con grandes afluencias de público, como estamos acostumbrados, porque eso va en contra de las medidas de salud que vienen tomando los países.