Angela de Gentile es infectóloga, pediatra y epidemióloga. Se recibió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires con Diploma de Honor e hizo la residencia en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, donde ahora es Jefa del Departamento de Epidemiología. Además, presidió la Sociedad Argentina de Pediatría (2013-2015), el Foro de Sociedades de Pediatría del Cono Sur (2013-2016) y la Comisión Nacional para la Eliminación de Sarampión y Rubeola. Actualmente, integra el comité de expertos que asesora al presidente Alberto Fernández. En esta conversación con Página/12, detalla cómo se manifiesta el coronavirus en niños y cómo cuidarlos. Y advierte sobre una paradoja: uno de los riesgos que esta pandemia podría implicar en los chicos no es el coronavirus en sí, sino la postergación de controles y vacunas. “No sea cosa que por protegerlos de una exposición al covid, que en pediatría es en general leve, desatendamos una apendicitis, una peritonitis, una cardiopatía, que sí son graves”, alerta.
-¿Cuánto hay de cierto en que se trata de una enfermedad que no afecta tanto a los niños?
-Desde que comenzó la pandemia en marzo el Hospital Gutiérrez recibió trescientos casos sospechosos de los cuales se confirmaron 28. Son en su mayoría leves y sólo dos de ellos, moderados. En todos los casos en niños que vimos ha habido siempre un adulto del cual el chico se contagió. Eso también se ve en la bibliografía internacional: en el 75 % de los casos pediátricos el contagio viene de un adulto, generalmente los padres o cuidadores.
-¿A qué atribuye el dato de que en las últimas semanas se haya dado un incremento de los casos registrados de covid-19 en niños?
-En el país el 10 por ciento del total de casos detectados son casos pediátricos, es decir, chicos menores de 15 años. Este porcentaje es superior al detectado en otros países como Italia, Francia y Estados Unidos. Y también superior al detectado hace algunas semanas acá. Se explica por el cambio de estrategia desplegado por el programa Detectar. No se esperan los síntomas sino que se va a los barrios a buscar casos. Así, captamos más cantidad de chicos con muy poquitos síntomas o directamente asintomáticos. En Italia, España y Estados Unidos el porcentaje pediátrico ronda el 4 %. Y en China, el 3 %. Lo mismo se puede aplicar al análisis en general: en los últimos días aumentaron muchos los casos sobre todo en la región metropolitana pero no aumentó la ocupación de las camas de la terapia intensiva. Tampoco tenemos un aumento de la mortalidad en ascenso incontrolable.
-¿Qué pasa con los chicos que dan positivo?
-Es el mismo criterio que para adultos. Son aislados hasta el día 14. Y ese aislamiento puede ser en sus propias casas, algo que muchas veces no es posible hacer en los barrios vulnerables, o sino en hoteles. Siempre junto a su mamá o cuidador. Después de ese periodo se considera que el paciente ya no es contagioso. Hay que ser cuidadosos porque la vuelta al domicilio no se puede hacer si no se garantizan las condiciones que hacen posible el distanciamiento social. Antes de la pandemia nunca se nos hubiera ocurrido internar a un chico porque tiene un cuadro de fiebre con dolor de garganta o tos.
-Uno de los efectos del aislamiento y la suspensión de las clases que mencionan algunos pediatras es que casi no se están viendo otros cuadros usuales en esta época del año.
-Es así. El mes de mayo es cuando empiezan a aparecer las bronquiolitis, que es un virus muy común en los chicos. Este año no hemos detectado en nuestro hospital ni un solo caso de bronquiolitis o virus sincitial respiratorio. Esto se explica por dos motivos. Por un lado, porque desde el punto de vista ecológico, los virus compiten por un nicho. Pero cuando hay un nuevo virus pandémico, éste ocupa el lugar de circulación del virus estacional. Esto ya lo habíamos visto con la gripe H1N1, en 2009. Por otro lado, como los chicos no van a la escuela eso favorece a la disminución de la trasmisión de todos los virus.
-¿Hay cifras con respecto a la mortalidad del coronavirus en la población infantil?
-En Argentina no hay ni un solo paciente pediátrico fallecido, ni un solo paciente con cuidados críticos importantes. Sí hubo un paciente en el Gutiérrez y otro en el Hospital Garrahan con cuidados a los que podríamos llamar críticos, pero sólo por 24 horas y rápidamente tuvieron una evolución adecuada.
-¿Hay alguna franja de edad dentro de los pacientes pediátricos donde se observen más casos?
-Sí, en general a partir de los cinco o seis años. En lactantes y menores de un año se da el menor porcentaje de casos.
-¿Hay alguna hipótesis de por qué en niños y bebés hay menos casos graves?
.El virus tiene unas espículas, unas especies de espinas, que penetran en las células del alveolo pulmonar. Para que el virus logre engancharse esa célula debe tener un receptor. Debido a la inmadurez del sistema inmune propio del desarrollo infantil las células no tienen demasiados receptores. Entonces el virus tiene menos posibilidades de penetrar.
¿La lactancia tiene algo que ver?
-Hasta ahora sólo se sabe que no está contraindicada. Se ha visto que no hay transmisión perinatal ni transmisión a través de la leche materna.
-¿Es verdad que los niños transmiten más el virus que los adultos?
-La transmisión de coronavirus no es como la influenza o como en otras enfermedades en las que el chico es un trasmisor activo. Por ejemplo, en el caso de una enfermedad como el neumococo, los chicos son portadores de una bacteria con ese nombre. Por suerte tenemos una vacuna. Pero antes de la vacuna, los niños portaban neumococo y a lo mejor no se enfermaban tanto pero eran fuente de transmisión para adultos mayores. Y una neumonía en un adulto mayor es grave. Gracias a la inclusión de la vacuna del neumococo en el calendario en los chicos se elimina el estado de portación. Pero con el coronavirus el mecanismo es muy distinto: en este caso lo que pasa es que al haber pocos síntomas pueden pasar desapercibidos y contagian simplemente porque no se los tiene ubicados como covid positivo.
-¿Qué cuidados específicos hay que tener en caso de niños y bebés?
-Las mismas precauciones que tomamos los adultos. Pero hay un tema que nos está preocupando que es el del cuidado integral. Estamos hablando siempre de camas de terapia y respiradores para los adultos. En los chicos esto transcurre como una pandemia silenciosa. Pero se ven afectados de otros modos. Estamos notando que llegan a los centros de atención no de una forma tan oportuna como deberían. A veces, con cuadros clínicos o quirúrgicos avanzados. Hay que entender que el hospital es un lugar seguro. Hay muchas patologías en pediatría que, si bien no son covid, merecen atención. No sea cosa que por protegerlos de una exposición al covid, que en pediatría es en general leve, desatendamos una apendicitis, una peritonitis, una cardiopatía, que sí son graves. En el primer año de vida un chico debe ser pesado, medido y vacunado. No digo que vayan a una guardia donde hay pacientes Covid, pero sí que vayan a los centros primarios y consultorios pediátricos cuando es necesario.