“Paramos porque somos parte de una lucha colectiva. Toda la lucha de las mujeres es la lucha feminista.” #8M Paro Internacional de Mujeres
La gesta por una vida digna tiene una enorme historia entre nosotras. Son muchas las generaciones de mujeres que en todas las épocas se pusieron de pie para enfrentar la injusticia, la desigualdad y el abuso de los poderosos. Las primeras patriotas que lucharon por la emancipación nacional. Las sufragistas que abrieron el camino del voto y los derechos civiles. Las universitarias que lucharon por ejercer su profesión. Las miles de mujeres de sectores populares que se empoderaron de la mano de Evita. Las jóvenes militantes que dieron la vida por sus ideales. Las que no se resignaron en la búsqueda del placer y la libertad sexual. Las que politizaron la maternidad y dijeron en voz alta la palabra aborto. Las que ampliaron el horizonte de lo posible desde la militancia LGTBI. Las que se animaron al ejercicio de la representación y la conducción en partidos y sindicatos. Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. No es casual que la reivindicación histórica fuera uno de los ejes principales de la convocatoria de este 8 de marzo; las mujeres que nos movilizamos tenemos una hermosa genealogía para levantar como bandera.
Es importante destacar este hecho en el marco de la escalada antidemocrática que estamos padeciendo porque además de ajuste y exclusión, el macrismo es una pedagogía de la desmemoria. No sólo pretende borrar nuestros derechos sino también la conciencia de su surgimiento, eliminando las insurgencias que hacen a la historia popular. Nos quiere reducidas a un puro presente en el que no caben ni la historia, ni los deseos de un verdadero cambio social que hoy está estigmatizado y criminalizado. Miremos por caso la detención de Milagro Sala (presa política desde el 16 de enero de 2016),las amenazas contra los docentes que piden paritarias, la persecución judicial contra Cristina y su familia. Miremos también la violenta razzia policial que detuvo a 20 manifestantes que habían participado de la marcha del 8 de marzo mientras caminaban desprevenidas por el centro porteño.
Más allá de las diferentes visiones que expresamos las miles de mujeres en las calles, este nuevo día internacional nos encontró unidas en defensa de la democracia. Fue una masiva y diversa manifestación exigiendo la continuidad de un rumbo fundado en la ampliación de derechos que no es otra cosa que el rumbo democrático, hoy amenazado con cada retroceso que nos impone la Alianza PRO-UCR. Compañeras de distintas trayectorias y extracciones políticas, alertas ante el proceso actual de restauración de privilegios y afrontando el desafío de llenar de contenido el grito por #NiUnaMenos.
Hoy el movimiento de mujeres da cuenta de la diversidad de violencias que cruzan el género y la sexualidad. Asume la existencia de estrategias que incluso pueden ser contrapuestas, entendiendo que la militancia es un camino con encrucijadas sociales y subjetivas. Pero más allá de las diferencias, entre los numerosos reclamos que confluyeron en este paro y movilización, quedó claro que las mujeres no estamos dispuestas a aceptar un presente injusto porque sabemos, más que ningún otro sujeto social, que podemos transformar nuestras condiciones de vida. Salimos a la calle con el respaldo que nos da nuestra historia, para afirmar que la lucha de las mujeres es también una lucha por la memoria, por los derechos conseguidos y por las victorias que vendrán. Ni la persecución política, la represión policial, ni la violencia machista en todas sus tremendas manifestaciones, van a hacernos cambiar de rumbo.
* Secretaria de la Mujer PJ-CABA.