Los docentes de todo el país vuelven hoy al paro con una medida de protesta que dejará a las escuelas sin clases hasta el jueves. Los maestros reclaman así que el gobierno nacional realice la paritaria federal que ordena la ley de Educación, pero cuya cancelación fue anunciada por el ministro Esteban Bullrich. Junto con el paro de 48 horas, comenzaron además una marcha federal educativa, que ya salió desde las provincias para llegar, mañana, a la Plaza de Mayo. “Si el Gobierno no cumple con la paritaria nacional, va a ser imposible salir de este conflicto. Habría que preguntarles por qué no cumplen con la ley”, planteó en vísperas del nuevo paro la titular de Ctera, Sonia Alesso.
Las primera delegaciones salieron el lunes desde las ciudades más alejadas de la Capital Federal, pero el grueso lo hará a lo largo de esta jornada, para ir recorriendo todo el interior, ya que de la mano de este reclamo de carácter nacional van enganchados los conflictos docentes provinciales, que a diez días del comienzo de las clases siguen irresueltos en veinte distritos.
En rigor, la huelga nacional de 48 horas está vertebrando una semana de protestas: ayer, por ejemplo, hubo paro en la provincia de Buenos Aires, que seguirá también hoy, movilizaciones en el Conurbano y el interior del territorio bonaerense (Lanús, Almirante Brown, Bahía Blanca). Por el centro porteño también hubo una marcha de antorchas de los maestros.
La medida de fuerza es convocada por las cinco federaciones o uniones de sindicatos con representación nacional, para todas las modalidades del sistema. Esto abarca a los docentes estatales y privados. Por esto, la movida va a afectar las aulas de escuelas primarias, secundarios y universidades.
Los gremios la vienen difundiendo con actividades que buscaron sumar la adhesión de las familias, un tema siempre cuesta arriba cuando no hay clases. Lo que ya es seguro es que otros gremios estatales se sumaron y van a participar, el miércoles, de la concentración en la Plaza de Mayo, para expresar su rechazo a la ofensiva contra los sindicatos, así como a la intención oficial de ponerle un techo del 18 por ciento a los aumentos salariales de este año.
“Negarnos el derecho a la paritaria supone una actitud de discriminación, intolerable. Acá alumnos y docentes somos perjudicados, víctimas de un gobierno autoritario”, planteó en este sentido desde el sindicato de los docentes privados del Sadop su titular, Mario Almirón.
Ayer, mientras se preparaba la marcha, la gobernación de María Eugenia Vidal llamó a los gremios bonaerenses a una reunión, la primera en la que se discutió salarios desde el frustrado inicio de las clases. Sin paritaria nacional, Cambiemos ha trasladó a la fuerza al escenario de la provincia de Buenos Aires su pulseada con los gremios.
A la cita –técnicamente, un encuentro de la Comisión técnica salarial– fueron representantes de los nueve sindicatos involucrados en la paritaria. Si bien no hubo anuncios, el resultado fue una distensión de un clima que venía recalentado por el pedido de Vidal para quitarle la personería gremial a los sindicatos que no acataron la conciliación.
Al retirarse del lugar, la representante del Suteba, María Laura Torre, aseguró que los funcionarios “reconocieron” que el año pasado los sueldos tuvieron una pérdida del poder adquisitivo, y que el tema debe tener una respuesta. Para los dirigentes es toda una señal que la discusión no haya estado centrada en el paro sino en los sueldos.
Las partes quedaron en volver a reunirse. También se pondrán en marcha otras comisiones sobre condiciones de trabajo. Con todo, los gremios ratificaron que hoy se suman a la huelga nacional e insistieron en que no habrá una salida para la paritaria provincial sin el estado nacional no interviene.
La paritaria federal es un mecanismo que está en el marco de la ley de Financiamiento Educativo y de la ley de Educación Nacional, que en su artículo 67 inciso “l” habla específicamente de la negociación colectiva “nacional”.
Parte de la negociación define el monto que el Estado nacional pone cada año para el Fondo Compensador, que garantiza que las provincias de menores recursos puedan pagar el piso salarial acordado. En este caso, Cambiemos ya anticipó su intención de ir reduciéndolo progresivamente. En la paritaria nacional también se fija el volumen del Fondo de Incentivo Docente, que luego se reparte como una suma fija, a todos los salarios docentes por igual. En la actualidad, por ejemplo, los sueldos de los maestros tienen 1200 pesos de Incentivo Docente.
Además de reclamar un espacio de negociación que les corresponde por ley para reajustar su piso salarial, los sindicatos plantean que la decisión del gobierno nacional de eliminar la paritaria federal va a profundizar las desigualdades salariales a lo largo del país, porque el piso garantizado, sin el respaldo del estado nacional, dependerá de la situación de cada provincia.