Gustavo Tanusi imaginó que 2020 iba a ser un año de expansión, después de un 2019 haciendo base en su local de Almagro (el almacén, tal como indica la marquesina sobre Hipólito Yrigoyen 3466) y circulando su festival de origen porteño en algunos lugares del interior, de Miramar a Río Gallegos.
Pero, claro, pasó lo que ya sabemos: pandemia y cuarentena lo obligaron a desarmar las valijas y recluirse en su trinchera. Entonces surgió una idea: ¿por qué no retomar los compilados de Mala Difusión que durante mucho tiempo sirvieron también como catálogos de novedades sobre el punk argentino de la Costa a la Cordillera, de Ushuaia a La Quiaca? El último había salido a finales de 2015.
“Publiqué la convocatoria en redes sociales para ver qué onda, pero empezaron a aparecer bandas de todo el país… y se nos fue de mambo. ¡Me escribieron más de 700!”, dice sorprendido Gustavo. Y asegura: “Las fui escuchando como pude, con tiempo y dedicación, pese a que en simultáneo también mantengo vivo al almacén con ventas online y me tengo que dedicar a empaquetar y hacer los envíos por correo”.
Bajo el título Mala Difusión - Compilado punk 2020, Tanusi ya lleva publicados dos volúmenes durante el aislamiento social. El primero salió en abril (se puede escuchar completo desde este link) y el segundo hace una semana (y está entero acá): cada uno dura una hora y entre ambos reúnen 42 bandas de distintas generaciones y procedencias.
Hay desde experimentados como Ciro Pertusi (bajo el nombre de Obrero), Stuka, Romanticistas Shaolins, Mala Suerte, Sepulcro Punk, Argies o Checha de Superuva en plan solista, hasta producciones de grupos del interior como Puajj López (Trelew), Santo Remedio (Chaco), Qué cobrás? (Puerto Madryn), 4 Sudakas (Rafaela), 13 Puñaladas (Punta Alta), Caos (Santiago del Estero) o Los Iniciales (Mendoza). Una cartografía en la que conviven, además, todos los olores y colores del punk: el melódico de Los Burros, el ramonero de Rewinders, el baladismo de Boas Teitas, el toque femenino de Biruela, la reminiscencia hardcore de Mala Hostia o el ska de Monos Kabrones.
Una escena todavía artesanal
“Recuerdo las épocas en las que las bandas del interior mandaban cosas por casete por carta. Había que esperar hasta que llegara y capaz estaba mal grabado, o la cinta se rompía en el viaje”, evoca Tanu. Ahora, en cambio, ”es todo más rápido”: las canciones le llegaron por mp3, naturalmente con distintas calidades de audio. “No quise ser exigente con el sonido porque sino todo se iba a restringir a bandas de poder adquisitivo, con conocimiento de mezcla o de ciudades con grandes estudios”, aclara. La solución a ese brete quedó en manos de dos expertos: Federico Pertusi y Nicolás Villafañe mezclaron cada uno un volumen del compi.
Las dos recopilaciones fueron compartidas primero en el canal de Mala Difusión en YouTube y la posterior producción física fue, literalmente, artesanal: “Compré cartón, hice el packaging en mi impresora láser, corté con guillotina y pegué con cola y adhesivo de contacto. Hice las copias, estampé la gráfica y las cerré en bolsitas individuales”.
El volumen uno tiene un murciélago y el segundo un mosquito, ambos diseñados por Fer Iannicelli (guitarrista de Pichones, que también participa en el compilado). “La idea era usar imágenes completamente relacionadas con este año. Pero como vienen las cosas, capaz la próxima tapa sea un alienígena que viene a invidarnos”, bromea Gustavo.
Es que, efectivamente, Tanusi ya planea dos volúmenes más para publicar en junio y julio, uno de ellos únicamente con bandas extranjeras. La convocatoria no solo superó las expectativas sino que también da cuenta de la creatividad que el género inspira en todo el país, incluso cuando las nuevas generaciones parecen más atentas a otros sonidos.
“Capaz a los pibes les hinchó las bolas tener que ir a antros a ver bandas punks, hacer la cola y esperar hasta para ir al baño a mear, jaja”, teoriza Tanu. “Aunque también es cierto que la juventud está en otra, tiene consumos más amplios y dispersos, otras costumbres y medio que no se fanatiza con algún estilo en particular. Ya no hay tribus musicales de pendejos. ¿Cuánto tiempo durarán el trap y el reggaetón, por ejemplo? El tiempo lo dirá. Mientras tanto, seguiremos buscando bandas para darles nuestra mala difusión.”