Más de uno se sentirá muy, muy viejo: el pasado 23 de mayo se cumplieron 10 años del final de Lost. A través de seis temporadas, el críptico drama se convirtió en un fenómeno televisivo que ganó 10 Emmy y una legión de fanáticos en todo el mundo. Viajes en el tiempo, realidades paralelas, un monstruo hecho de humo: Lost estaba en la vanguardia de un extraño nuevo tipo de ficción conceptual, con casi cada episodio presentando un nuevo misterio. Para el momento en que llegó a su final, el desafío para los productores era anudar esa miríada de cabos sueltos en un todo atrayente. ¿Podrían haberlo conseguido Damon Lindelof y Carlton Cuse? Las reseñas fueron ambivalentes. USA Today señaló que el finale “se ubica entre las mejores series que se hayan producido”, mientras que Los Angeles Times sugirió que las fans quizá estaban deseando “un viaje en el tiempo que les devolviera sus dos horas”. En los últimos cuatro años, Lindelof, Cuse y algunos miembros del elenco han reflexionado sobre el show y el controvertido final. He aquí algunas cosas que dijeron.
El 21 de febrero de 2007 se emitió “Stranger in a Strange Land”, considerado el peor episodio de Lost. En ese momento Lindelof y Cuse se dieron cuenta que era hora de buscar un final.
Carlton Cuse: -Las fuerzas detrás nuestro nos empujaban a fijar una fecha final. Teníamos dos problemas; uno era que no sabíamos cuánto podía durar la mitología. El otro, que nos estábamos quedando sin flashbacks para los personajes. Cuando hicimos el flashback de Jack en Tailandia con Bai Ling –un episodio que no está en mi lista de favoritos- sentimos que era momento de terminarlo.
Henry Ian Cusick (Desmond Hume): -Empecé en 2006 y fueron los recuerdos más vívidos. No el final sino el comienzo. El primer material era el más excitante: cuando tenías que verlo para saber qué estaba pasando.
Carlton Cuse: -Estaba esta extraña paradoja: la gente nos criticaba por ir haciendo las cosas a medida que surgía, pero al mismo tiempo querían influir en el curso del show. Creo que en cualquier emprendimiento creativo el que te diga que tiene todo ya diseñado te está mintiendo. Solo haciendo seis años del programa, atravesar todo ese viaje creativo, nos permitió hacer lo que hicimos. Fue un largo proceso.
Evangeline Lilly (Kate Austen): -No vi el programa de las temporadas 4 a 6. Simplemente fui a trabajar y lo hice. Me encantó la primera temporada, cuando todo se trataba de los personajes; cuando todo se volvió sobre la mitología no me gustó. Aunque haya estado bien para el género.
Carlton Cuse: -Le abrimos la puerta a otro tipo de shows y de televisión cerrada. Tuvimos la suerte de cerrar Lost en sus propios términos. Ahí hay algo revolucionario y significativo. Fuimos el primer show de la era de las cadenas que determinó su propia fecha de finalización. Antes de eso los programas morían en su propia inercia, cabalgabas hasta que el caballo caía muerto. Quizá a algunas personas no les gustó el final, pero al menos le dimos a la audiencia uno bien intencional.
Damon Lindelof: -Lost era sobre misterios, preguntas y respuestas, y tratamos de responder un misterio que hasta entonces no habíamos contestado. Yo pensaba “todos hablan de osos polares, escotillas, la Iniciativa Dharma, Jacob y el Hombre de Negro, pero contestemos el misterio de qué pasa cuando morís y el proceso que tenés que atravesar para alcanzar cierto nivel fundamental de gracia”. Una parte del público dijo “Eh, eso no estaba en mi lista, no me interesa”. Pero a nosotros sí.
Carlton Cuse: -Cuando empezamos a escribir el finale estábamos desayunando en mi oficina y dije “no hay ninguna versión que todos vayan a aprobar, en especial con un show en el que hay tantos misterios”. Ya habíamos arribado a la conclusión de que tratar de responder todas las preguntas era una receta para el desastre. Era didáctico y poco interesante.
Algunas de las escenas finales reunieron a casi todo el elenco en una iglesia que representó una versión del más allá. Fue tan catártico para los actores como para los personajes.
Rebecca Mader (Charlotte Lewis): -Cuando volví para el finale pregunté un montón de cosas para ver qué pasaba pero no liberaron los guiones, ni siquiera a los actores. Solo entregaron páginas con sus diálogos. Estábamos filmando una escena previa a la de la iglesia, el concierto, y Dom (Monagham, quien interpretó a Charlie Pace) y su banda estaban tocando. Estábamos sentados con nuestras páginas, todos un poco entonados y tratando de completar un episodio, “¿Quién está en la página 52?”, y alguien decía “¡Yoo!” y tratábamos de armarlo.
Sam Anderson (Bernard Nadler): Para cuando llegamos a esa última escena de reunión, nos tuvieron separados en nuestros trailers. No vi a nadie. Tenía esta pieza de papel que decía “Vas a un evento muy agradable donde vas a encontrar gente que significa mucho para vos, es todo lo que vamos a decir”. Entonces fuimos al set y realmente estaba esa gente, que era muy significativa, a quienes en algún caso no veíamos desde hacía dos o tres años. Los sentimientos fueron muy genuinos. Había un montón de amor y respeto en ese grupo que nunca olvidaré.
L. Scott Caldwell (Rose Nadler): -No sabía que estábamos en una iglesia porque en realidad no filmamos en una. No tuve el guión de ese último episodio porque no tenía líneas, pero el director Jack Bender les dio a quienes no tenían diálogo cosas en las que pensar mientras esperaban su turno: la idea de que estabas esperando a alguien, pero no estaba claro quién. Sabíamos que iba a ser Locke (Terry O’Quinn) o Jack (Matthew Fox), pero no estaba claro quién. No debíamos tener otra reacción que la que tendríamos si de pronto nos encontráramos. Para cada personaje sería algo específico. Recuerdo que al final estaba muy cansada y me dolían los pies, y me preguntaba cuándo aparecería quien fuera que iba a aparecer.
Sam Anderson: -La iglesia era en realidad una escuela primaria en Honolulu. Trajeron gente diferente en diferentes momentos y les dejaron tener la reacción que quisieran. Para todos fue muy distinto, en varios aspectos. Yo pasé mucho tiempo con Daniel Dae Kim (Jin Kwon); por alguna razón les gustaba ponernos juntos. Tuve una conexión instantánea con Evangeline, y con Elizabeth Mitchell (Juliet).
Rebecca Mader: -Terminaron filmando finales alternativos para que incluso la gente que estaba en la escena no supiera cuál iba a ser. Astuto.
Sonya Walger (Penelope Widmore): -El final fue asombroso. Lo vimos en el Royce Hall de Los Angeles, y fue fuerte estar incluida en ese grupo, decirnos adiós, salir de Hawaii por última vez. Porque cada vez que me iba decía “OK, es todo, probablemente Penny ya no estará”. Tuvimos algunas miradas raras cuando toda la parte delantera del avión apareció ocupada por el elenco de Lost. Veías a los pasajeros algo nerviosos, pensando en las probabilidades de que el avión se viniera abajo, abrochándose rápido los cinturones.
El 23 de mayo de 2010, el finale dividió aguas entre los espectadores, que quedaron pensando –de manera incorrecta- que los personajes habían estado muertos todo el tiempo debido a un error cometido por ABC.
Rebecca Mader: -Hicieron una fiesta privada y nos dieron la locación 45 minutos antes, algo bastante clandestino: todo el elenco, el equipo, algunos productores y una pantalla gigante. Fue una noche divertida, y ver el final juntos dejó a varios llorando.
Jorge García (Hugo “Hurley” Reyes): -Mucha gente malentendió el final, pensó que todos habían estado muertos todo el tiempo. Hubo varias cosas que contribuyeron a eso, pero una de ellas fue que, al terminar y durante los créditos finales –en Estados Unidos, al menos- mostraron imágenes del avión accidentado, pensado como una manera de que la gente se quedara viendo los títulos. Pero lo que pensó la gente fue “Oh, estuvimos en el sitio del accidente todo este tiempo”.
Sam Anderson: -Todos lo vimos por primera vez en esa fiesta, era toda una experiencia verlo así. Pero cuando llegamos al final y mostraron el avión durante los créditos, la mayoría del equipo de guionistas y productores se paró muy enojada porque no era lo que pretendían. Creemos que la cadena lo agregó solo como una manera de mostrar los créditos, pero así le hizo creer a la gente que habían estado muertos todo el tiempo. Y no era lo que querían significar.
Rebecca Mader: -Creo que fue malinterpretado. Mucha gente en la calle me dijo “Eso fue una mierda, estaban todos muertos”, y yo decía “no, no es así”. No fue lo que entendí para nada, así que quizá no fue claro.
Jorge Garcia: -También creo que mucha gente se quedó con la teoría del purgatorio, la primera que apareció. Es posible que se hayan agarrado a eso para al final poder decir “Yo tenía razón”. No sé qué se puede hacer con eso. Cuando la gente se acerca y me dice eso yo aclaro que no es correcto, pero es mucho para meterse cuando estás en la fila esperando un taxi o algo así. En el escaso tiempo que vamos a estar hablando realmente no puedo explicar toda la mitología de Lost.
Sam Anderson: -Un amigo mío estaba furioso conmigo: “¿Qué carajo es eso de que estaban muertos?”. Y yo dije “¿Cómo? ¿Estamos muertos?”. Llamé a mi hijo, que tenía 14 o 15 años y estaba obsesionado con el programa: “Dios mío, ¿estamos todos muertos?”. Y él me tranquilizó, “no, papá, tranquilo”. Le dije que llamara a mi amigo y le explicara.
Rebecca Mader: -Hay un episodio llamado “Lo que pasó, pasó”. Damon y Carlton me dijeron que todo lo que pasó en la isla realmente sucedió. Ben (Michael Emerson) y Hurley se quedaron en la isla. Cuando el avión despegó, toda esa gente realmente despegó. Jack realmente murió, y todo lo que ve en la iglesia era su transición al más allá. Todos los que estaban allí habían significado algo para él, eran parte de su viaje.
Muchos fans también se enojaron por la falta de respuestas a muchos enigmas.
Damon Lindelof: -Creo que la conclusión de Lost es que estoy fascinado por la ambigüedad y las preguntas que nunca serán contestadas, porque así es la vida. Me interesan esas historias, y entiendo que haya frustración e insatisfacción. Pero también creo que hay una nobleza en la exploración, el viaje por esas ideas. No siento que tenga que pedir perdón.
Carlton Cuse: -Yo tampoco. Creo que el viaje de Lost, como la vida, tiene sus fallas y manchas, que pueden ser percibidas de manera diferente por personas diferentes. Pero en la totalidad estoy muy orgulloso de lo que hicimos. El hecho de haberlo hecho y tocado el corazón de la gente es algo increíblemente especial.
Nestor Carbonell (Richard Alpert): -Yo veo las dos caras. Si te interesa el paseo por el misterio y el elemento místico, puedo entender que el final no fuera totalmente satisfactorio, en el sentido de todas las preguntas que no fueron contestadas. A mí me enganchaba el paseo emocional. Carlton me dijo que Lost fue una maravillosa manera de hacer trabajo de personajes. Ver el viaje emocional de Jack llegar a esa conclusión para mí fue muy satisfactorio. Dicho eso, entiendo que la gente quiera más respuestas. Yo no las necesité.
Rebecca Mader: -La gente que la amó era la que se interesaba en el desarrollo de los personajes. Quizá los insatisfechos eran los de una mente más científica, que quería muchas cosas explicadas. Dejaron mucho liberado a la interpretación. Es una razón por la que creo que la TV británica puede ser tan superior: no todo se sirve en bandeja de plata.
Damon Lindelof: -En última instancia siento que la pregunta fundamental, la que más quiero explorar, es si hay un propósito detrás del sufrimiento y, más importante aún, si tenés que sufrir para alcanzar cierto nivel de gracia. Cuando estás terminando un show televisivo, cuanto más largo haya sido –cuanto más han sufrido los personajes-, más satisfactoria tiene que ser su gracia.
Rebecca Mader: -Para mí el finale fue muy emocionante. Me hizo llorar horas, pero también porque lamentaba el final de un capítulo importantísimo en mi vida. Lost cambió todo para mí, y de pronto se había terminado. Fue un poco como un funeral.
Desde el final hubo interminables reportes de un posible reboot de ABC; en junio de 2019, el jefe de programación Karey Burke dijo que era algo que “estaría interesado en ver”.
Henry Ian Cusick: -Creo que estaría bueno. Me gustaría ver si nos llamarían a alguno de nosotros. Imagino que la isla debería ser la gran protagonista, pero nunca se sabe. Creo que lo más obvio sería Hurley y Benjamin Linus en la isla. Y sí, estaría dispuesto. Fue un buen programa, y se hacen reboots todo el tiempo. Estoy trabajando en MacGyver, que fue un éxito en los ’70...
Nestor Carbonell: -Trabajaría con Damon, Carlton y ese elenco en cualquier momento y proyecto, y si encontraran algo con sentido más allá de lo que ya crearon –y sería algo pleno de sentido viniendo de ellos-, sería el primero en sumarme. En muchos sentidos, Lost fue un regalo: cambió mi vida, cambió la vida de mi familia; mi esposa acaba de escribir un libro sobre el show desde su punto de vista. Volver en otra encarnación sería otro regalo.
Carlton Cuse: -Damon y yo hemos resistido la idea de un reboot, pero estamos bastante abiertos a que suceda. Alguien puede venir con una gran idea que suceda en el mundo de Lost. Es propiedad de Disney y quizá quieran hacer algo más con eso. Tenemos la chance de contar nuestra historia.
Algunos de los intérpretes aún tienen sentimientos fuertes por sus personajes, desde cómo se llevó su historia a dónde llegaron más allá de la línea de tiempo del show.
Henry Ian Cusick: -Desmond no tenía mucho tiempo en pantalla, pero tenía una historia muy simple y bella. A su manera, era heroico. No creo que haya trabajado nunca tan fuerte en un personaje, o tan metido en alguien como Desmond. Lo amé. Era Desmond cuando me despertaba y al acostarme. Pensaba en ello todo el tiempo. Extraño eso.
Nestor Carbonell: -Creo que probablemente Richard tuvo tiempos duros al dejar la isla, al dejar esa gran vida y tener que arreglarse. Quizá trabajaría en Los Angeles; siendo del tipo manipulativo –solo hay que recordar cómo manipuló a Juliet-, algún trabajo en Hollywood tendría sentido.
Henry Ian Cusick: No sé qué le pasó a Desmond después que terminó el show. En el momento tuve ideas pero se desvanecieron. Creo que había más historia para Penny y Desmond, terminaron muy pronto. Podrían haber hecho otra temporada. A veces siento que el final fue un poco... todo se terminó centrando en Jack, y podríamos haber sabido un poco más sobre los otros personajes.
Evangeline Lilly: -Siempre encontré odiosa a Kate. No al principio, que era cool. Pero a medida que avanzó el show se volvió más y más predecible. Sentí que mi personaje pasó de ser autónomo –con su propia historia, viaje y agenda- a perseguir a dos hombres por la isla. Eso me irritó mucho. Quería que fuera mejor porque era un icono de fuerza para las mujeres. Trabajé duro para tomar lo que se me daba y siempre encontrar el modo de mostrar esa fuerza, tener sus propios pensamientos y tener momentos que pensaba eran un poco quejosos y hacerlos... no quejosos.
Rebecca Mader: -Se suponía que Charlotte iba a tener su propio episodio de flashback en la temporada 4, pero esa línea fue cortada por la huelga de guionistas de 2007-2008. Después de eso todo fue para mal; deseé de manera egoísta que no hubiera sucedido. Quería ser la hija de Charles Widmore. Hubiera sido brillante que estuviera ligada de manera más intrínseca a todo eso.
Desde el final, Lost mantuvo una fiel legión de seguidores gracias a los servicios de streaming y las altas posiciones en las listas. En 2015, The Hollywood Reporter la incluyó en “Las 15 mejores de todos los tiempos”)
Sam Anderson: -Lo gratificante es que hay personas que se acercan ahora y lo experimentan por primera vez, una generación joven. Una de las razones por las que no me importa hablar con la gente de Lost es por las emociones que involucra de inmediato, tan genuinas que no pueden sino tocarte.
Sonya Walger: -Me encanta que siga teniendo espectadores. Es un lindo pensamiento. Fue un gran grupo y un gran honor ser parte. Hice temporadas y temporadas de otros programas, pero sigo siendo Penny donde vaya. Estaba en lo profundo de la Patagonia, lo más al sur que podés ir, con un sombrero y una bufanda y abrigo mirando un glaciar, y alguien se acercó y dijo “¿Penny?”. Dije “tenemos un glaciar, amigo, ¿no preferís ver eso a una estrellita de TV?”.
Evangeline Lilly: -Lo que me encanta de Lost es que apareció en escena justo cuando explotaban los reality shows. Y yo soy el tipo de persona que, cuando los realities tomaron el control de la televisión, decía “¿Disminuyó tanto la inteligencia que la gente ya no quiere ser desafiada? ¿No quieren tener que pensar?”. Entonces llegó Lost y probó lo contrario: que la gente amaba ser desafiada, que la gente estaba desesperada por entretenimiento inteligente. Y que, cuando se lo das y honrás su inteligencia, no solo pueden entenderlo sino ir más allá, y ver más cosas en lo que estás haciendo de las que podías imaginar. Es increíble.
Carlton Cuse: -Puedo mirar atrás de manera objetiva y decir que Lost fue una especie de cambio de época. Hicimos un montón de cosas que en 2004 no se habían hecho.
Damon Lindelof: -El legado irá cambiando con el tiempo, y no tengo control de eso. Creo que el legado de cuando terminó era diferente a lo que es hoy, y será diferente en 10 ó 15 años. Independientemente de cuánto amaron u odiaron el final, la gente sigue hablando de él, y tiene sentimientos fuertes. Es la intención de cualquier arte: básicamente, durar. Si dura es que estás diciendo algo, aun si hay gente que dice que no necesariamente les gusta. Pienso lo mismo de The Wire. Pero nadie habla de los finales de esos shows porque los finales no fueron tan relevantes como el viaje en sí. Con Lost hay una fijación con el modo en que terminó. Y creo que no deja de ser un interesante legado.
*De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.