El ministerio de Educación realizará una encuesta nacional sobre cómo está funcionando la continuidad pedagógica. El relevamiento entre docentes, directivos y familias tiene el objetivo de conocer cuánto se sostuvo la educación a distancia y en qué medida la suspensión de las clases presenciales debido a la pandemia profundizó la brecha de desigualdad en el acceso a la educación. Sus resultados serán empleados como un insumo para diseñar políticas públicas y definir una hoja de ruta para la segunda mitad del año.
La encuesta consultará a 25 mil docentes, 5 mil directivos y 2800 hogares para reunir información sobre lo sucedido en los dos meses que lleva la "escuela en casa".. En la cartera a cargo de Nicolás Trotta explicaron que el interés no está puesto en medir cuánto aprendieron los alumnos, sino en saber en qué medida las políticas del Estado les han permitido acceder a la educación y en qué condiciones están aprendiendo.
Según los datos que ha ido reuniendo el ministerio, hoy apenas el 36 o 37 por ciento de los estudiantes tiene internet con alta velocidad; esto da una idea de una enorme desigualdad en sus posibilidades de seguir clases virtuales o incluso de utilizar los recursos subidos a la plataforma educ.ar o las creadas por las gobernaciones. A esta carencia se suma otra limitación, y es que en los casos en que se utiliza la comunicación por internet, la mayor parte se da a través de aplicaciones como Whatsapp y Facebook que no generan un ida y vuelta. Son útiles para enviar y recibir tareas, pero no para establecer un vínculo de calidad entre docente y alumno, que es lo central para que los alumnos puedan aprender.
El porcentaje de alumnos con conectividad sube al 80 por ciento si se considera a los que usan teléfono celular, una herramienta que no da las mismas posibilidades que una computadora y que está sujeto a contar con dinero para pagar el uso de datos, si se trata de conectarse con el docente, para quienes la conectividad también es un desafío, ya que no todos cuentan con una computadora de uso personal para hacer su trabajo.
Entre los recursos para ayudar a sostener la continuidad del aprendizaje, el ministerio ha generado cuadernillos con actividades, programas de televisión y de radio. Hay que aclarar que ninguna de estas producciones son de uso obligatorio, sino que han sido generadas para ponerlas a disposición de los maestros y las familias.
Varias provincias ya hicieron sus propios relevamientos. Ellos mostraron que hubo una intención alta de mantener el contacto entre las escuelas y las familias, pero con resultados muy heterogéneos. En este sentido, la encuesta nacional va a tratar de reunir información más detallada sobre qué contenidos pudieron ser trabajados y qué se priorizó. El mapa que pueda armarse es considerado clave para repensar metas de aprendizaje, el eventual reencuadre de ciclos lectivos -de manera que parte de los contenidos inicialmente pautados para 2020 puedan ser redistribuidos en un ciclo 2020/2022.
Los resultados de la encuesta estarán disponibles a través de un adelanto en julio, mientras que la información completa se podría conocer en octubre.
Trotta y los pedagogos que trabajan en el ministerio de Educación nacional adelantan que, una vez que las clases presenciales puedan ser retomadas, las escuelas tendrán por delante el desafío de enseñar con aulas aún menos homogéneas que las de antes de la pandemia. La desigualdad se habrá acentuado y esto hará más complejo enseñar. También prevén un desgranamiento -por abandono- en el número de alumnos. Todo indica que la deserción será mayor entre los estudiantes secundarios -que tuvieron apenas cinco días de clases presenciales- y los universitarios -que ni siquiera las llegaron a comenzar-. En el diseño de políticas públicas, estarán contempladas estrategias para lograr que esos jóvenes vuelvan a estudiar.
Otro tema es el regreso de las clases en las provincias, que tienen una situación epidemiológica mucho mejor que la del AMBA. Hay tres distritos -Jujuy, Catamarca y San Juan- que anticiparon su interés en retomar las clases a mediados de este mes, con la propuesta de empezar por las escuelas rurales. El ministerio aún no ha resuelto si les dará su aval. En la cartera consideran que dependerá de la evolución del virus en el territorio, de que se terminen de redactar protocolos sobre qué medidas de distanciamiento implementar en las aulas y del consenso social que pueda ir construyéndose con las familias.