La curva de contagios se mantiene estable, lo mismo que el tránsito interjurisdiccional, que incluso registró una ligera baja desde que se endurecieron los controles. Ese fue centralmente el panorama que trazaron los funcionarios nacionales, bonaerenses y porteños que se reunieron ayer en la Casa Rosada para comenzar a analizar la prórroga de la cuarentena que se resolverá el viernes. Tanto el ministro de Transporte, Mario Meoni, como el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, adelantaron que lo que se discutirá en estos días será qué actividades se pueden seguir abriendo sin afectar el transporte público ni favorecer aglomeraciones de gente. A tono con los reclamos que busca instalar un sector de la oposición, en la Ciudad se muestran ahora más proclives a habilitar paseos y salidas.
El análisis fue que las actividades que se fueron habilitando tanto en la ciudad de Buenos Aires -vinculadas principalmente al rubro comercial- como en la provincia de Buenos Aires -más que nada pymes e industrias-, no generaron al momento un mayor número de contagios, sino que la curva sigue un camino ascendente pero focalizada siempre en barrios vulnerables y geriátricos. En ese sentido, Meoni informó que el transporte público fue utilizado en la zona metropolitana durante el último mes por un millón de personas por día promedio, sumados trenes, subtes y colectivos.
Por otro lado, tampoco aumentó de manera significativa el traslado de personas desde la Provincia a la Capital, que se mantiene en unas 200 mil por día. Incluso, hubo una baja en la movilidad desde que se endurecieron los controles: "en la última semana la circulación cayó en un 10 por ciento a nivel de autos particulares y en un 8,9 por ciento en transporte público", informó Santilli. Meoni imaginó que ayer, que se puso en marcha el nuevo certificado obligatorio, seguramente la circulación había tenido otra merma, pero todavía no contaba con los números oficiales que le acercarían recién hoy.
Del extenso encuentro en el Salón de las Mujeres, en el primer piso de la Casa de Gobierno, también participaron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro de Salud, Ginés González García, el del Interior, Wado de Pedro, de Seguridad, Sabina Frederic, y de Desarrollo, Daniel Arroyo, por el lado de Nación. El jefe de gabinete, Carlos Bianco, los ministros Sergio Berni, Andrés Larroque, Daniel Gollán y Alejo Supply, se sentaron por el lado de Provincia. Y el jefe de gabinete porteño, Felipe Miguel, junto a los ministros y secretarios Fernán Quirós, María Migliore y José Méndez, por parte de la administración de la Ciudad.
Un tema importante a tratar era el de los barrios vulnerables. Coincidieron en que estaba funcionando bien el operativo para llevar adelante el Plan Detectar, que busca anticiparse a la posibilidad de contagios haciendo un testeo casa por casa. También evaluaron positivamente el funcionamiento de la app Cuidar para los teléfonos, donde va cargado el certificado de habilitación para circular. Respecto al tránsito, convinieron en que deberán mantenerse los controles que regulan el tránsito interjurisdiccional, clave para evitar el traslado del virus de un distrito al otro.
De acuerdo a la evaluación de los ministros de Salud, hubo en los últimos días una disminución de los contagios en los barrios humildes, convertidos en el principal foco de preocupación. Ayer se registraron en total 564 contagios en todo el país, de los cuales 526 fueron en el AMBA. El número marcó una baja con respecto a jornadas anteriores. La conclusión de la reunión fue que si las cifras se mantenían en ese orden, siempre por debajo de los mil casos diarios, podían pensar en habilitar nuevas actividades. Por la mañana, el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, había indicado que como se transitaba el tramo ascendente de la curva probablemente hubiera que dar marcha atrás con la fase de la cuarentena, lo que evidenció que en el gobierno provincial siguen más reacios a aflojar la medida.
En cambio, en sintonía con el reclamo que se busca instalar desde un sector de la oposición, Santilli se mostró comprensivo con quienes sienten "angustia y cansancio" ante el aislamiento prolongado. "No aguantan más estar encerrados", sostuvo. Por eso planteó la posibilidad de avanzar hacia "una cuarentena más inteligente" en la que se sigan hablitando actividades que no comprometan la utilización del transporte público ni que potencien el riesgo de contagios. "Nosotros hace tres semanas teníamos 82 casos diarios y ahora están entre 350 y 400", comentó. Dijo que eran unas cinco veces más, pero con curva "aplanada".
En ese sentido, además de otros rubros comerciales, también imaginan nuevas posibilidades de paseos de padres con sus hijos. Algo que actualmente está permitido sólo los fines de semana y de acuerdo al número de documento. Evalúan que fue una medida que sirvió para descomprimir un poco el clima en los hogares y que no produjo ningún cambio en la situación sanitaria, dado que en reglas generales hubo respeto por el seguimiento de las normas de cuidado.
Más allá de estas diferencias, los funcionarios de los tres ejecutivos destacaron que la reunión fue muy buena y que seguirán con la estrategia del trabajo conjunto como manera más efectiva de enfrentar la pandemia.