Desde Roma
Italia festejó este martes uno de los días patrios más importantes de su historia: el Día de la República Italiana, nacida después de un referendum en 1946 al concluir la Segunda Guerra y que quiso acabar con las divisiones creadas por el fascismo y con la monarquía. Pero este martes era un Día de la República muy especial, después de los desastres y las angustias repartidas por el coronavirus en todo el país. Y mientras las llamadas “frecce tricolori”, un grupo de nueve aviones militares pasaban por el cielo de Roma dejando estelas verdes, blancas y rojas, los colores de la bandera italiana, y el presidente Sergio Mattarella y el primer ministro Giuseppe Conte, ambos con mascarillas, colocaban la tradicional corona de flores en el Altar de la Patria en el centro de la capital, algunos cientos de exponentes de la derecha y neofascistas manifestaban para hacerse publicidad y contra el gobierno.
Muchos se sacaron las mascarillas y se amontonaron - ambas cosas prohibidas por las medidas de protección emanadas durante la pandemia - en Piazza del Popolo, desplegando una larguísima bandera italiana. Estaban presentes los líderes de los principales partidos de derecha y centro derecha, como Giorgia Meloni de Hermanos de Italia, el ex ministro del Interior anti-inmigrantes, Matteo Salvini, de La Liga y el diputado ante el Parlamento Europeo y vicepresidente de Forza Italia (partido de Silvio Berlusconi) Antonio Tajani.
No es la primera manifestación que la derecha hace contra el gobierno en las últimas semanas, aunque ellos las presentan a menudo como un modo de hacer evidentes las reivindicaciones de los italianos. “Queremos recoger las propuestas de los italianos olvidados, que quieren levantarse. Queremos construir un camino que lleve lejos a Italia, sin tener que esperar las ayudas externas que no llegan. Estamos aquí en nombre de los italianos olvidados y discriminados en estos meses”, dijo Salvini.
“Sirve una gran estrategia para el país -dijo por su parte Tajani - y debe ser construida en el Parlamento por todas las fuerzas políticas, escuchando al mundo de la industria, de los pequeños artesanos, de los comerciantes, de los agricultores. Sirve para hacer que Italia parta nuevamente”, El centro derecha en general brega por acabar con la burocracia (un punto también recomendado por la Unión Europea) y recortar los impuestos para relanzar al país.
“Una vez que termine esta emergencia sanitaria creo que no será este gobierno el que podrá reconstruir a Italia. Para afrontar la crisis económica debe haber un nuevo gobierno elegido por los ciudadanos”, dijo por su parte Meloni. “La nuestra ha sido una iniciativa simbólica, por una Italia que no se declara vencida. Lo hacemos para ofrecer esperanza y para decir que hay mucha gente que no comparte lo que está haciendo el gobierno”, concluyó.
Los manifestantes - entre los que se encontraban muchos “chalecos naranjas”, gente que acuerda con la derecha que ha protestado estas últimas semanas por toda Italia contra el gobierno – no perdieron la oportunidad de lanzar insultos contra el primer ministro Conte pero también consignas como “Libertad, libertad” y “Renuncia, renuncia” refiriéndose siempre al gobierno.
“Es muy doloroso y preocupante que se haya querido incidir en la Fiesta de la República el signo de la división, anteponiendo la protesta a la superior pertenencia a la comunidad nacional”, comentó la vicepresidente del Partido Democrático (PD, centro izquierda), Debora Sarracchiani. Algunos fueron más lejos, acusando a los líderes de la derecha de ser “irresponsables” porque al no respetar las reglas de distancia social y el uso de mascarillas, “trataron de anular todos los esfuerzos hechos por los italianos en estos meses”, escribió en Facebook Matteo Orfini, diputado del PD. “Manifestar es un derecho -continuó-. Pero hay que hacerlo respetando las medidas de seguridad. Las escenas que hemos visto hoy son inaceptables y ponen a riesgo la salud no sólo de quien estuvo en la manifestación sino de todos. Salvini y Meloni son unos irresponsables”.
Sacarse la mascarilla, como hizo Salvini entre otros, equivale a “ignorar todas las reglas e invitar a los italianos a hacer lo mismo. Es un comportamiento innoble, un insulto a los cientos de médicos y enfermeras que han dado su vida o han soportado tantos sacrificios en estos meses”, según la diputada de Libres e Iguales (centro izquierda), Loredana de Petris que prometió presentar una interrogación en el Parlamento para que Salvini explique su comportamiento.
El presidente de Italia, Sergio Mattarella, en su tradicional discurso por el Día de la República, estimuló a los italianos a salir adelante. “Junto al dolor por las pérdidas y por los sufrimientos padecidos, advertimos día a día una creciente voluntad de retomar la vida y de renacer civil y económicamente (…) Este día interroga a todos los que tienen una responsabilidad institucional -empezando por mi mismo- acerca del deber de estar a la altura del dolor, de la esperanza, de la necesidad de confianza (…) Estoy convencido de que juntos lo lograremos, de que la relación que nos tiene unidos será más fuerte que las tensiones y las dificultades”. Mattarella decidió el Día de la República, también visitar Codogno, la localidad de la región de Lombardía (norte del país) donde aparecieron los primeros casos de coronavirus y se vió por eso duramente golpeada. El presidente fue al cementerio de Codogno a rendir su homenaje a los muertos por la pandemia.