Otra de las ramas de punta está ligada al desarrollo espacial y de telecomunciaciones. A principio de año, la Facultad de Ingeniería de la UNLP comenzó a dictar la carrera Aeroespacial. De ese modo, se convirtió en la primera casa de estudios del país y de la región con esta oferta académica a nivel de grado. La propuesta vino a reemplazar la carrera de Ingeniería Aeronáutica, iniciada en 1942.
Con casi 250 inscriptos, Ingeniería Aeroespacial tiene una de las mayores demandas, “sólo detrás de Civil, Industrial y Computación”, indicó el vicepresidente del Área Institucional y director del Centro Tecnológico Aeroespacial de la UNLP, Marcos Actis.
Son competencias del ingeniero aeroespacial diseñar, calcular y proyectar aeronaves, vehículos espaciales y toda máquina de vuelo; plantas propulsoras y auxiliares aeronáuticas y espaciales; sistemas de control aeronáuticos; instalaciones aeroportuarias –en aquello que afecte la operación y el funcionamiento de una aeronave y/o sus equipos–, y rutas y líneas de transporte aéreo, entre otras.
“El cambio político hace pensar que esta carrera nos dará la posibilidad de desarrollar cosas en el país”, auguró Actis y enfatizó: “Está claro que Argentina debe ser el líder en Latinoamérica del campo espacial”.
En la misma línea, el director Instituto Balseiro (IB), Mariano Cantero, manifestó que el país es uno de los líderes en el “desarrollo de las telecomunicaciones a nivel regional”. La formación de especialistas en telecomunicaciones es una de las ofertas de grado del Instituto con sede en el Centro Atómico Bariloche, que depende de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
El proyecto de la carrera surgió en 2010 “para satisfacer la demanda de recursos especializados en el área, debido a las necesidades de los grandes proyectos estratégicos de nuestro país: radares primarios, secundarios y meteorológicos, satélites geoestacionarios y de observación de la tierra, Red Federal de Fibra Óptica de ARSAT, Televisión Digital Terrestre y Satelital, y Data Centers de ARSAT, entre otros proyectos del plan Argentina Conectada”. Dos años después comenzaron las actividades de formación, investigación, desarrollo de tecnología e innovación, “en estrecho vínculo con actores de ciencia y tecnología de relevancia, como CNEA, INVAP y ARSAT”.
Las principales áreas de desarrollo asociadas a la carrera son: “óptica no lineal aplicada, redes, sensores de fibra óptica, componentes fotónicos/optoelectrónicos, seguridad informática, comunicaciones cuánticas, radares de control aéreo y meteorológicos, procesamiento de señales”.
“La situación actual de aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus ha expuesto y llevado a reflexionar, entre otros muchos temas, sobre la importancia y centralidad de las telecomunicaciones en el presente y futuro”, aseguró Cantero a este suplemento.
“Nuestro país ha experimentado marchas y contramarchas debatiéndose entre ser un país industrializado o exportador de materia primas e importador de tecnología. Esta dicotomía creo que queda cada vez más claramente resuelta: Argentina debe transformarse si demoras en un país industrializado”, manifestó el director del instituto y subrayó: “Es imprescindible desarrollar políticas de Estado que trasciendan gobiernos y permitan movernos en esa dirección por décadas”.