La causa del cura Julio César Grassi llegó a su fin. La Corte Suprema de Justicia dejó firme la condena de 15 años de prisión dictada por el Tribunal en lo Criminal Número 1 de Morón, provincia de Buenos Aires. El máximo tribunal desestimó tanto los recursos presentados por la defensa como los presentados por la querella. 

En 2009, la justicia bonaerense había encontrado a Grassi culpable como autor reiterado de los delitos de abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y guarda del menor-víctima, y por corrupción de menores.

La defensa apeló en reiteradas ocasiones, pero en 2013 la Suprema Corte de Buenos Aires confirmó la sentencia y, por orden del Tribunal Oral de Morón, Grassi quedó alojado en la cárcel de Ituzaingó, para luego ser trasladado a la Unidad Penitenciaria de Campana, donde se encuentra actualmente.

En 2014, la defensa recurrió a la última instancia judicial, la Corte Suprema, a través de un recurso extraordinario, que ahora ratificó la condena del sacerdote.