Con una rodilla apoyada en el suelo, cientos de policías estadounidenses intentan mostrarse avergonzados luego del asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un agente de Minneapolis. Las ciudades de Los Angeles, Portland, Miami, Nueva York y Washington, entre otras, han sido escenario de episodios de ese tipo, en los que los agentes tratan de solidarizarse con quienes protestan en las calles contra el racismo y la violencia policial. Mientras tanto, los manifestantes denuncian que la represión y las detenciones no ceden en el país.
Una de las imágenes más populares de las últimas horas la protagonizó el jefe del Departamento de Policía de la ciudad californiana de Santa Cruz, Andrew Mills, al arrodillarse al lado del alcalde Justin Cummings durante una de las manifestaciones convocadas en esa ciudad. "Necesitaba enviar un mensaje a la comunidad y a nuestros agentes: el racismo, el abuso y el asesinato policiales son absolutamente horribles y no deben tener cabida en nuestros departamentos", señaló Mills.
En Los Angeles, un grupo de policías también se arrodilló esta semana junto al alcalde de la ciudad, Eric Garcetti, durante unas protestas convocadas frente a su residencia gubernamental. En el otro extremo del país, en Nueva York, también se vivieron momentos de comunión entre efectivos policiales y manifestantes. Uno de estos sucedió cuando tres oficiales decidieron arrodillarse a pedido de los presentes en el humilde barrio neoyorquino de Queens. Quien grabó ese episodio fue la afroamericana Aleeia Abraham, que en declaraciones a la cadena CNN apuntó que ese acto es de todas formas "insuficiente". "Está genial, es un buen gesto, pero lo que realmente estamos buscando es acción de verdad. Estaré aún más sorprendida cuando no nos pisen el cuello o nos disparen", agregó.
El ahora famoso gesto fue iniciado en 2016 por Colin Kaepernick , exjugador de la liga profesional de fútbol americano (NFL), cuando decidió hacerlo para protestar contra la violencia policial hacia las minorías, mientras sonaba el himno estadounidense antes de iniciar un partido. Esa rebeldía, que fue respaldada por muchos jugadores afroamericanos de la liga, generó a su vez una gran polémica entre los sectores más conservadores y reaccionarios del país y provocó en última instancia que Kaepernick fuese expulsado del equipo y de la competencia.
"Aplaudo a Kaepernick. En este país el abuso policial no ha sido bueno para nuestra nación; necesitamos terminar con el racismo sistémico", opinó Mills, del Departamento de Policía de Santa Cruz. Pese a las buenas intenciones de algunos oficiales, se mantiene el uso de balas de goma y gases lacrimógenos y se multiplican las detenciones en la mayoría de las grandes ciudades de Estados Unidos.