La posibilidad de realizar actividades culturales por streaming encendió la ilusión de cientos de artistas que llevan meses con su actividad paralizada y que tampoco tienen perspectivas de retomarla en un largo tiempo. “Estamos muy contentos, esta no es la solución a nuestros problemas, pero sí una bocanada de aire”, dijo a Página/12 Ana Poluyán, presidenta de ACMMA (Asociación Civil de Managers Musicales Argentinos), que estuvo un mes trabajando en un protocolo para poder retomar al menos parte de su actividad. “Es importante mover la cadena de valor, poder hacer productos profesionales y que los técnicos puedan trabajar”, señala.
El protocolo de los managers fue aprobado por el gobierno porteño después de varias reuniones con el ministro de Cultura de la Ciudad, Enrique Avogadro, y otros funcionarios del organismo. El documento permite, trámite mediante, a músicos y técnicos reunirse en estudios de grabación para avanzar con nuevos discos y también ofrecer desde allí espectáculos por streaming. Sin público presente, claro.
Poluyán cuenta que una comisión de ACMMA trabajó durante un mes con especialistas en salud e higiene para armar el primer borrador del protocolo que, luego, derivaron a las autoridades de todos los distritos donde tienen algún socio, además del gobierno nacional. El permiso actual en la capital nacional se suma al de otras ciudades, como Rosario, que ya habían habilitado actividades similares. Ahora desde ACMMA confían en que se apruebe una versión similar a nivel nacional, aunque primero debe atravesar una mesa multisectorial donde integrantes de distintos ámbitos de la cultura debaten con las autoridades del Ministerio de Cultura de la Nación, que dirige Tristán Bauer.
El protocolo incluye una serie de condiciones para músicos y técnicos, que deben ser autorizados por el gobierno, y dará prioridad a los artistas con discos grabados y socios de las distintas sociedades de gestión de derechos de autor o de asociaciones profesionales del sector. Además, a instancias del gobierno, el protocolo también recomienda fuertemente que sea una actividad nocturna, para disminuir la circulación de gente durante el día. “Este protocolo es para lo que en Estados Unidos se llama ‘recording artist’, está pensado para el profesional y no como actividad lúdico-recreativa”, plantea Poluyan. “Nos gustaría abrirlo más, pero hasta que eso pueda suceder, vamos a impulsar la actividad económica, es un primer paso”, reflexiona la presidenta de ACMMA.
“Es importante que el ideario popular entienda que los músicos pueden ser reconocidos o hasta ‘famosos’, pero eso no necesariamente significa ‘ricos’ y que no pueden estar un año y medio sin trabajar. Así que esto es una bocanada desde lo económico, pero también en lo moral, porque les resultaba muy fuerte ver reuniones en la tele y saber que no podían reunirse a tocar”, comenta Poluyán. Hacia el futuro, la manager se esperanza y confía en que podrán incorporar más actividades conforme la situación sanitaria lo permita. “Yo que soy racingista y de Merlo, te digo que este es un paso a paso”.