“Este año estimamos que vamos a producir 90 mil unidades, lo cual está un 35 por ciento por debajo del año pasado. En pick-up, la demanda existe porque el agro y la minería siguieron trabajando relativamente bien y tenemos buena demanda de los países de América latina. En autos, estamos está algo más complicados, pero vamos a mantener el empleo y seguir con nuestra filosofía de crecer e invertir”, indicó a Cash Daniel Herrero, CEO de Toyota Argentina. La empresa japonesa retomó hace dos semanas la producción en su planta de Zárate y ya acumula 3112 unidades producidas, de las cuales el 80 por ciento se destinan a la exportación.

¿Cuáles fueron las principales directrices en materia sanitaria a la hora de retomar la producción?

- Cuando se pone en marcha esta planta, se mueve toda la cadena de valor, que comprende a unas 12 mil personas en total. Comenzamos a trabajar con un solo turno de producción, compuesto por 2300 personas, sobre un total de 6200 personas. La gente que está viniendo a trabajar vive en las localidades más cercanas y en los lugares con menor cantidad de infectados. Además para evitar la concentración, todo el staff administrativo trabaja de manera remota. Junto con el sindicato, empezamos a hacer test de coronavirus a empleados propios y de nuestros proveedores. Hemos sido estrictos en los protocolos, nos servimos de la experiencia de filiales de otras partes del mundo en donde ya estaba más avanzada la situación y recibimos mucho apoyo de gobiernos, municipios y sindicatos.

¿Cómo está la cadena de proveedores después del parate de la cuarentena?

- Está muy bien. Pusimos un equipo de gente que visita a los proveedores, aunque es natural que no sea posible exigir nuestro protocolo a los proveedores del segundo o tercer anillo.

¿Qué previsiones hacen del mercado interno y de las exportaciones?

- Nosotros estimamos que la producción puede llegar a poquito menos de 90 mil unidades, lo cual es un 35 por ciento menos que la capacidad técnica de la planta. En picks-up, la demanda existe porque el agro y la minería siguieron trabajando bastante bien y tenemos demanda en América latina. En autos, está algo más complicado. Los destinos terrestres de nuestras exportaciones, como Brasil, Uruguay y Chile, no muestran problemas para la logística. En el caso de los destinos más lejanos, es bastante más complicado porque se redujo mucho la frecuencia de buques que vienen desde Oriente. Hemos perdido capacidad de bodega para exportar y estamos viendo de hacer despachos con barcos privados. Pero entendemos que es un problema de demora y que no es insalvable. Hay que ver cómo se desarrollan las cosas, porque en los mercados que están saliendo de la cuarentena, como el chino, tienen previsiones de venta por encima del plan original. De todas formas, vamos a mantener el empleo y seguir con nuestra filosofía de crecer e invertir.

¿Cómo está la situación en el mercado de Brasil?

- Vemos falta de alineamiento entre el gobierno federal y algunos estados. Esto hace que sea muy difícil tomar decisiones consistentes y allí el problema de contagios y muertes es mucho mayor. No tenemos la certeza de poder contar con los empleados para volver a trabajar. En este momento estamos pensando en abrir el 22 de junio.

¿Toyota recibió el ATP de parte del Estado nacional?

- Sí. Creemos que el ATP es algo muy bueno en un momento difícil y permite hacer un esfuerzo compartido entre sindicato, empleado y gobierno. El objetivo final es que nadie de la cadena pierda su empleo.

¿Ese beneficio fue obtenido por toda la plantilla? ¿Cómo evalúa la polémica alrededor del pago del ATP para los salarios de los CEO?

- Sí, toda la plantilla. Es entendible la polémica, pero en el fondo se trata de una ayuda a la empresa para tratar de mantener los puestos de trabajo, que es algo muy difícil cuando el ingreso es cero. En nuestro caso, también hemos mantenido la asistencia a proveedores y hemos tomado en el mercado privado 14 mil millones de pesos de deuda para poder seguir adelante.