En Pichanal, 27 personas que volvían de trabajar de Mar del Plata siguen esperando poder reencontrarse con sus familiares tras 18 días de aislamiento obligatorio en una escuela del pueblo. El miércoles les realizaron los hisopados pero aún no llegan los resultados. Denuncian maltrato policíal.

Hernán Paredes, uno de los repatriados, le dijo a Salta/12 que estaban trabajando como embaladores de frutas y verduras en la Ciudad costera, pero debido a la pandemia, sus contratistas decidieron cortar los vínculos laborales y tuvieron que volver a su lugar de origen.

Paredes comentó que todos los años viajan a esa localidad a mediados de octubre y trabajan hasta junio o julio, sin embargo, esta vez el trabajo culminó antes por decisión de la patronal. Con los pocos pesos recaudados tuvieron que emprender el retorno y terminaron alojados en la escuela Coronel Apolinario de Figueroa, de Pichanal. “Viajamos cinco días hasta llegar acá, estuvimos parados un día en Güemes y otro en Salta”, relató.

“El miércoles cumplimos 14 días y ya nos podíamos ir”, contó. Pero el resultado del hisopado se hace esperar y nadie les da una respuesta de cuándo llegará. El sábado amenazaron con romper la cuarentena y salir al reencuentro de los suyos, pero “ahí sí apareció la Policía a amenazarnos con llevarnos a todos detenidos”.

Para Paredes, son los últimos de la lista en cuanto a derechos, “no aparece nadie ni del COE ni de Salud a explicarnos nada, los únicos son los policías que nos amenazan con reprimir”, y agregó que a ellos no los dejan salir, “pero el jefe de seguridad que entra a amenazar con encerrarnos, ni barbijo usa”.

Acostumbrados a vivir viajando y con pocas cosas, Paredes no se quejó en principio de las condiciones con las que están pasando el aislamiento. Pero confesó que les llevan de comer dos veces al día, “nada en el desayuno y la merienda” y a veces reciben un solo bidón de agua por día para toda la comitiva. También dijo que los primeros días tenían colchones en el piso, “recién cuando nos quejamos trajeron algunas camas”.

"Ellos dicen que traemos el virus acá, así nos maltratan", afirmó. 

En principio este lunes, cuando cumplan 19 días de encierro, estarían los resultados y recién en ese momento podrán salir. “No damos más, acá no es como en nuestras casas y tenemos hijos chicos y familiares que ya queremos ver”, subrayó el trabajador migrante.

También en Yrigoyen 

Por otro lado, un camionero oriundo de Hipólito Yrigoyen denunció que al retornar a su localidad lo enviaron, junto a otras personas, a una escuela que no tiene las mínimas condiciones para poder vivir los 14 días que implica la cuarentena obligatoria.

Julián Domínguez retornó a su ciudad el pasado jueves, y utilizó las redes sociales un día después para hacer conocer su situación y la de al menos otras tres personas más que están transitando el aislamiento en soledad, con frío y sin siquiera un lugar donde calentar agua y comida. 

En un video que publicó vía youtube, Domínguez mostró que el establecimiento no posee calefacción, que los vidrios de las aulas, que sirven de habitaciones, están rotos y sólo le aportaron una manta para pasar la noche. Tampoco está habilitada la zona de cocina, por lo que deben calentar agua y comida sobre el fuego en el patio de la institución.

Los colchones están todos sucios y con olor”, dijo indignado, y añadió que sólo le dan una botella de agua por día.

El camionero contó que recibió malos tratos por parte del personal policial, “me trataron como si hubiera llegado un narcotraficante”, y como los 27 trabajadores de Pichanal, manifestó que sólo una vez lo visitaron los efectores de salud, “para tomarme la temperatura y la presión, nada más”.