Nació en Japón hace 53 años, pero ya a los quince mostró personalidad, pateó el tablero y en contra de sus padres se fue a Brasil para aprender a ser futbolista profesional. Jugó una temporada en el Genoa y compitió en la Champions League con el Dinamo Zagreb. Le quedó una espina por no haber jugado una Copa del Mundo con la selección de su país, aunque más tarde se desquitó y con 45 pirulos participó del Mundial de Futsal. Por si fuera poco, en 2005 fichó para el Sydney FC de Australia para sumar el Mundial de Clubes a su abigarrado curriculum, por lo que entre los certámenes más importantes sólo le quedaría por disputar la Copa Libertadores. Actor, bailarín de samba, protagonista de decenas de comerciales y actual delantero del Yokohama FC, la increíble vida de Kazuyoshi Miura, el jugador activo más veterano del mundo que superó el record que hace tres años ostentaba el recordado inglés Stanley Matthews.
Rebelde con causa
En un país en el que poco menos de la tercera parte de su población tiene más de 65 años, y que genera asombro por la cantidad de habitantes en edad centenaria con que cuenta, no podía faltar un representante de la pelota. Miura nació en Shizuoka el 26 de febrero de 1967 y muchos afirman que creció en una familia cuyo padre mantenía lazos con la mafia local, más conocida como Yakuza. Por eso porta el apellido de la madre.
Lo cierto es que tras la invasión cultural norteamericana al terminar la Segunda Guerra, Japón se volcó al béisbol. Sólo en empresas, universidades y colegios se practicaba fútbol con cierta regularidad. Rebelde y ambicioso como pocos, el adolescente Miura se instaló en Brasil para desarrollar su juego, algo que años más tarde inspiraría la serie de manga Supercampeones (Captain Tsubasa en su nombre original).
Miura se convirtió en profesional en Sudamérica con la casaca de Juventus Paulista y fue el primer japonés en debutar en un campeonato brasileño. Tras un paso discreto por Santos y Palmeiras, volvió a Japón y fichó para el Verdy Kawasaki. Pero lo aprendido en Brasil rindió frutos, dado que llegó a meter 45 goles en 97 encuentros. Además dejó boquiabierta a toda una sociedad conservadora con sus bailes de samba cada vez que perforaba la red.
De ese modo se transformó en el alma de la J-League y popularizó la "Kazu Dance". Pero pese a ser idolatrado en su tierra, King Kazu recibiría más temprano que tarde un tremendo revés para una de sus grandes aspiraciones.
Fenómeno de marketing
En 1993 fue elegido futbolista del año en Asia y el Genoa puso sus ojos en este japonés desprejuiciado, al tiempo que una marca nipona de electrodomésticos decidió patrocinar la camiseta del equipo italiano. Pero la fortuna no lo acompañó en su debut ante el Milan, ya que en la disputa de una pelota chocó nada menos que contra Franco Baresi y sufrió conmoción cerebral, además de romperse el tabique nasal. Si bien no se adaptó al Calcio y apenas jugó una temporada, aún se recuerda que Miura fue el autor del único gol en el derbi genovés contra la Sampdoria.
Frustrada la clasificación de Japón para el Mundial de Estados Unidos, en 1995 de tiro libre anotó el único gol de Japón a la Selección Argentina en la goleada por 5-1 del entonces equipo dirigido por Daniel Passarella en la Copa Rey Fahd. Y a partir de su vuelta al Verdy Kawasaki, Miura hizo una gran eliminatoria rumbo a Francia 1998, en la que marcó 12 goles en 14 partidos que le dieron el boleto a su seleccionado. El sueño de participar en una Copa del Mundo estaba a la vuelta de la esquina. No obstante, el DT Takeshi Okada lo dejó afuera de la lista final, en una decisión acaso incomprensible.
Catorce años después, el futbolista samurái no se rindió y al menos se dio el gusto de disputar el Mundial de Futsal en Tailandia junto a Japón. Pero antes cumpliría el sueño de jugar la Champions League con el Dinamo Zagreb y hasta de participar en el Mundial de Clubes con la casaca del Sydney FC. Dos instancias que quedaron para el registro y la anécdota.
Actualmente en el equipo donde Ramón Díaz se retiró como jugador, el Yokohama FC tiene en sus filas a King Kazu desde hace 14 temporadas. "Haré esfuerzos diarios para conseguir el objetivo de quedarme en Primera", prometió el futbolista más veterano del mundo, que en una de sus contadas entrevistas llegó a declarar que quería seguir jugando hasta los 75 años. Acaso exagere, pero quién le quita lo bailado.
El caballero destronado
Sir Stanley Matthews fue un exquisito jugador inglés que se retiró del profesionalismo poco después de cumplir medio siglo de vida. Nacido en 1915 en Hanley, debutó en Primera a los 16 años con el Stoke City y más tarde pasó al Blackpool. Con la selección de Inglaterra disputó los Mundiales de Brasil 1950 y Suiza 1954. Fue internacional en 54 ocasiones y marcó 11 goles.
Pelé llegó a asegurar que Matthews fue el que le enseñó a jugar al fútbol al resto del mundo. Y el legendario Bobby Charlton confesó que le gustaba ir a a ver al Stoke City sólo por ver al "mago del dribbling" en acción.
Pero fue con el Blackpool donde Matthews abrazó la gloria. Ya contaba con 38 años y dos finales perdidas de la FA Cup. La tercera, disputada en Wembley ante Bolton, fue la vencida. Su equipo caía 3-1 pero, a 22 minutos del epílogo, el eterno número 7 se transformó en una pesadilla para sus rivales con sus endiabladas gambetas y llevó al Blackpool a la victoria, epopeya conocida en Gran Bretaña como "La final de Matthews".
Considerado el mejor futbolista nacido en la isla, el disciplinado extremo derecho conservó valiosos registros en su dilatada carrera. Fue el primer futbolista en ser distinguido con el Balón de Oro cuando ya contaba con 41 años. Nunca fue amonestado ni expulsado, y estando en activo se transformó en el primer jugador en recibir el título de Sir, por su contribución al desarrollo del deporte en Inglaterra.
A los 49 años lideró la vuelta del Stoke City a Primera. Fue el último gran aporte de este eximio asistidor, ya que el 28 de abril de 1965 tuvo su merecida despedida en Victoria Ground con un partido homenaje entre un combinado de jugadores ingleses y un equipo de estrellas internacionales. En esa ocasión terminó ovacionado por miles de aficionados y levantado en hombros por Lev Yashin y Ferenc Puskás, dos de los más grandes jugadores de toda la historia.
Como una manera de reconocer su gran trayectoria como jugador profesional, Matthews fue nombrado presidente de honor del Stoke City y vicepresidente honorario del Blackpool, los dos clubes donde prestó servicios.
Murió hace 20 años, más de 100 mil personas se presentaron para darle el último adiós y dejó una huella imborrable en la historia del futbol inglés. Post mortem, Matthews ostentaba también el record de ser el jugador más veterano de la historia. Hasta que apareció el inefable Kazu Miura.