Con un llamado a generar una nueva “imaginación democrática” que ayude a la “reconstrucción de un Estado que pueda recuperar su autonomía ante poderes económicos y políticos” para poner su “capacidad de intervención en el cuidado y preservación de la vida de todos los seres que lo componen”, llegó a la escena política pública Comuna Argentina, un colectivo de intelectuales que busca recuperar la tradición de debate de Carta Abierta, pero pensado desde el lugar de la crítica.
“Nuestro interlocutor es especialmente el gobierno nacional, a quien interpelamos críticamente”, remarcó Rocco Carbone, filósofo, docente, investigador del Conicet, uno de los integrantes del flamante colectivo que empujó su surgimiento desde un primer momento. Los primeros cruces sucedieron antes de que la pandemia de coronavirus suspendiera la posibilidad de verse y debatir cara a cara, pero no se detuvieron tras la imposibilidad de encontrarse y charlar. Los debates comenzaron a tomar forma y calor a través de Zoom, una del puñado de plataformas digitales que, desde que rige el aislamiento. Facilitan encuentros, charlas, festejos de cumpleaños y reuniones laborales.
Sucedieron seis o siete hasta que estuvo listo el documento con el que Comuna Argentina inaugura su participación en la escena pública y que está abrazado por una veintena de intelectuales, docentes y militantes de todo el país. Dora Barrancos inaugura el listado de adhesiones. Le siguen Jorge Alemán, Mercedes Barros, Atilio Borón, Stella Calloni, Ricard Forster, Nuria Giniger y Alberto Kornblihtt, entre otros y otras. La idea, no obstante, es mantener las puertas abiertas para poder ampliar “tanto cualitativa como cuantitativamente” el espacio. Especialmente aguardan el contacto e intercambio con los espacios organizados del trabajo, con experiencias de lucha gremiales y con el movimiento feminista y antipatriarcal.
“Queremos ser verdaderamente un colectivo, no una vanguardia iluminada, queremos incidir en la opinión pública y en los debates hacia el interior del Estado”, aclaró Alexia Massholder, docente de Filosofía e Historia de la UBA, investigadora de Conicet y directora del centro de estudios del Partido Comunista. Carbone completó: “La idea no es bajar línea, sino pensar por qué línea se sigue”. Quien se interese en la iniciativa, puede comunciarse con el colectivo a [email protected] .
El Manifiesto liminar para una Nueva Imaginación Democrática
insiste en lo “necesario y urgente (de) abrir un espacio de discusión democrática sobre los grandes dramas que atraviesan la Argentina”: desde la cuestión de la deuda y la precarización laboral hasta los modos de producción y consumo dominante pasando por la educación, las ciencias y las artes, las desigualdades de clase, raza y género, entre otras.
Y se lo abre, ya que en el mismo texto los y las integrantes de Comuna Argentina abogan por una “democracia radical” que “significa igualdad, libertad, felicidad, relaciones armónicas con la naturaleza y la comunidad, el quiebre definitivo de las explotaciones” en la que “el pueblo participa, administra, decide”. “Abogamos por una democracia libertaria, social, plebeya, plurinacional, republicana, hospitalaria, plural, feminista y antipatriarcal”, sostienen.
Además, reclaman una reconstrucción del Estado que “pueda recuperar su autonomía ante poderes económicos y políticos. Con capacidad de intervención en el cuidado y preservación de la vida de todos los seres que lo componen, pero también que pueda ser atravesado por las fuerzas más vitales y democráticas de la sociedad”.
Comuna Argentina, dice Carbone, “recupera muchas tradiciones intelectuales y político militantes: la nacional popular, el peronismo de izquierda, emancipador, y una cultura comunista”, pero, por sobre todo, con una cuota de nostalgia hacia aquello que fue Carta Abierta. Durante los primeros meses del Gobierno de Fernández, “discutíamos de a pequeños grupos la necesidad de cubrir cierta vacancia que había dejado el fin de Carta Abierta --que decidió culminar su funcionamiento colectivo a fines del año pasado--, no para reemplazar esa experiencia, sí para tomar de ella lo mejor”, amplió Massholder.
¿Qué tomaron de Carta Abierta?
La intención de “crear un espacio en donde diferentes enfoques y posturas ideológicas puedan pensar juntos temas que los atraviesan”, respondió. ¿Qué tienen de diferente? El entrecruce generacional, pero sobre todo las aspiraciones a pensar y debatir “desde el conflicto y no desde el consenso”. Carta Abierta surgió en 2008 durante el conflicto con el sector agropecuario por las retenciones para respaldar al gobierno de Cristina Kirchner. En el caso de Comuna Argentina, todos los y las integrantes de Comuna Argentina se declararon en contra del gobierno de Mauricio Macri; de hecho, las ansias de “no perder la energía de la resistencia antimacrista” fueron, en palabras de Carbone, una de las razones del surgimiento del grupo. Pero el espacio no nació enmarcado en el oficialismo, sino que intenta dialogar con el Ejecutivo de Alberto Fernández “desde la crítica y no desde el apoyo irrestricto. Lo miramos con mucha simpatía, de hecho creemos que es también, como nosotros, un producto de la resistencia al macrismo, pero al mismo tiempo apelamos a las mejores herramientas del pensamiento crítico”, puntualizó el filósofo.