El cuerpo mutilado de un niño de entre dos y tres años fue hallado por un transeúnte al costado de la ruta 11, a metros del arroyo La Totora, que divide las localidades bonaerenses de Miramar y Mar del Sur. El cuerpo –cuyo sexo aún no se pudo determinar– apareció sin pies, manos ni órganos. Al no existir ninguna denuncia de averiguación de paradero en las ciudades más cercanas, las primeras hipótesis apuntan a la familia de la víctima. “Es un horror lo que se le ha hecho a la criatura” aseguró Ana María Caro, fiscal a cargo del homicidio.

Diecisiete kilómetros. Esa es la distancia entre las ciudades balnearias de Miramar y Mar del Sur por la ruta nacional 11. Es el trayecto que recorría, en bicicleta, un hombre de 45 años cuando vio a varios perros olfateando algo que parecía un cadáver. Al acercarse, confirmó su sospecha y pedaleó hasta la comisaría más cercana. 

La policía y la titular de la Unidad Fiscal Descentralizada del partido de General Alvarado, Ana María Caro, llegaron al lugar  y descubrieron lo (casi) indescriptible: a metros del arroyo La Totora estaba el cuerpo mutilado de un chico de menos de tres años, sin dientes, manos ni pies. Además, del cadáver se habían extraído todos los órganos y presentaba varios tajos en la cabeza. “Fue un hallazgo muy macabro y shockeante. Por lo que pudimos ver, creemos que a este bebé lo han tirado al arroyo y que los mismos perros que mordían el cadáver lo sacaron. Todo esto parece indicar que la víctima fue asesinada y preservada en otro lugar”, explicó la fiscal Caro.

Las primeras versiones, extraoficiales y oficiales, indicaban que se trataba del cuerpo de un bebé entre los dos primeros años de edad. Sin embargo, la autopsia preliminar arrojó que la edad de la víctima se encuentra entre los dos años y medio y los tres años. Las pericias también permitieron dilucidar otros interrogantes del homicidio: la criatura llevaba “entre siete y diez días muerto”, las heridas que presentaba el cuerpo fueron realizadas con un elemento cortante y se habían extirpado todas las piezas dentales. El sexo de la víctima no se pudo confirmar debido al estado del cuerpo.

Además de la falta de órganos, la mutilación de pies y manos, explicaron fuentes de la investigación, entorpece bastante el proceso de identificación del cadáver de los muy pequeños. En declaraciones al medio local 0223, la fiscal Caro volvió sobre esta dificultad, al señalar que “en las nuevas reglamentaciones que hay de niños al nacer, se los registra con el piecito y con el pulgar del bebé”, y no descartó que “los asesinos le hayan cortado las manos y pies para que no pudiera ser identificado”.

Ni en el Departamento Judicial de Mar del Plata ni en las dependencias de los partidos de General Alvarado y Necochea se registraban denuncias por averiguación de paradero al momento de descubrir el crimen. El Sistema Federal de Búsqueda de Personas Extraviadas informó a la fiscalía que tampoco existe una averiguación activa de un nene o nena de la edad de la víctima. Por eso, antes de la primera autopsia, la propia fiscal ya había apuntado contra los familiares de la víctima: “Se va a seguir extendiendo la búsqueda a otros lugares cercanos. Si el chiquito tiene aquella edad y no tenemos ninguna novedad, puede tener que ver con la proximidad de la familia, que esté implicada en esto”. Por último, Caro abrió otra hipótesis acerca del lugar de origen del/los asesinos: “Este fin de semana hemos tenido la Fiesta Provincial de la Papa –realizada en el pueblo Nicanor Otamendi– que ha trasladado mucha gente por las rutas, no sólo del partido, sino de otras localidades”, indicó.

Informe: Jeremías Batagelj.