La decisión estratégica transforma un desfalco planificado al Estado y a miles de productores en un paso hacia la soberanía alimentaria. El grupo Vicentín recibió miles de millones en créditos del Banco Nación de forma irregular durante la gestión macrista cuestión que ya se encuentra en la justicia. Asimismo, se trata del mayor aportante privado a la campaña reeleccionista fallida de Mauricio Macri. Asimismo, les recibió la cosecha a miles de productores sabiendo que no les iba a pagar. Todo ello, sumado a que la modalidad elegida haya sido de la mano de YPF agro, empresa mixta que cotiza en Wall Street, ha resultado en una buena recepción de la noticia por parte de diversas organizaciones empresarias y de productores.
La importancia estratégica de la expropiación de Vicentín se puede resumir en parte citando a Ezequiel Orlando (1) Vicentin se ubica entre las seis cerealeras que más exporta y una de las cinco principales empresas procesadoras de granos, por lo tanto, una pieza vital para el abastecimiento de alimentos y para la acumulación de reservas internacionales que precisa el Ejecutivo en el plan de sustentabilidad de la deuda externa. No es menor el poder de presión de las cerealeras, que le paga a los productores en pesos y vende la soja en dólares a un precio muy superior. Esto las convierte en las más beneficiadas por la devaluación, lo que las lleva a exigir subas constantes en el dólar. Su forma de ejercer esta influencia va por el lado de la retención de granos.
En una nota previa ¿El ambiente en tiempos de coronavirus o el coronavirus en el tiempo del ambiente?
, con el colega Juan Cabrera planteamos una serie de problemas que pueden empezar a resolverse a partir de esta decisión estratégica. Decíamos (…) En Argentina, tenemos la oportunidad de cambiar la escala de desarrollo, de transformar el modelo actual que se basa en grandes explotadores de recursos naturales que se fugan las ganancias al exterior y dejan sólo las migas para repartir en el país. En su lugar, pequeños y medianos emprendimientos locales pueden reemplazar la producción de los grandes consorcios a una escala menor, local, que genere el mismo o más trabajo, pero en otras condiciones y con otra distribución de la riqueza natural de nuestra tierra y nuestras aguas. La producción de hortalizas y frutas en el cinturón hortícola platense o en el cordón más alejado del conurbano bonaerense es un ejemplo. Allí, la suma de pequeños productores de la agricultura familiar produce el 70 % de lo que se consume en los grandes centros urbanos del país. (…). Con el poder de compra, gestión y logística de Vicentín (con silos, depósitos, fábricas, bodegas y puertos propios) puede fomentarse a los pequeños productores, las buenas prácticas agrícolas y una buena provisión de divisas para el país. Asimismo, jugando con las mismas reglas del mercado, puede “obligar” a la competencia a tener que pagar mejores precios a los productores.
En otro tramo de esa nota previa decíamos (…) La transición hacia otro modelo productivo debe ser financiada por las actividades extractivas productivas actuales y es obvio que no es un rumbo rápido exceptuado de disputas y contradicciones. (…) En una reciente nota Mempo Giardinelli pone negro sobre blanco en los intereses que es necesario tocar para que la riqueza de nuestro suelo quede en nuestro territorio y para nuestra gente. La principal fuente de ingresos del país proviene de la exportación de productos agropecuarios, su exportación está totalmente privatizada, sin control estatal y en su mayoría en manos extranjeras. Es evidente entonces que es estratégico que el Estado recupere un rol preponderante en este ámbito (...). El rescate del Grupo Vicentín justamente viene a darle al Estado ese rol estratégico que reclamábamos.
Por otro lado, en diciembre pasado decía, en la nota Ambiente y medio (4), que el nuevo paradigma de desarrollo (del nuevo gobierno) se resumía muy bien en las conclusiones del Encuentro Nacional de Ciencia y Universidad (5) y el Foro Agrario del año pasado (6): (…) Se propuso construir la idea de lo agrario más allá de lo productivo, es decir, que incorpore su valor para la restauración de ambientes, la función alimentaria, su influencia en el desarrollo industrial, su potencia para sostener o recuperar el arraigo y el desarrollo en los territorios. Además, será protagonista la agricultura familiar campesina e indígena y se priorizará la agroecología, la democratización de la tierra y de la comercialización. Basta de repetir la mentira de la producción de alimentos para 400 millones de personas. Solo de granos no se alimenta la población (...). Evidentemente, como ya hemos plateado previamente, el Estado se hace con Vicentín de una caja de herramientas para conducir esta transición económica, ecológica-productiva y social. No es casual entonces que la medida haya sido festejada por cientos de organizaciones de la economía popular y la agricultura familiar campesina e indígena. El rescate e intervención del gigante agropecuario y la proyectada expropiación ratifica el rumbo tomado en dar mayor poder y soberanía al Estado en sus decisiones. Así también allana el camino para un nuevo paradigma de desarrollo inclusivo con cuidado del ambiente. Ojalá como Pueblo podamos lograrlo.
*Manuel de Paz es Investigador de CONICET, Instituto de investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo rural, IRNAD, Universidad Nacional de Rio Negro Cientificxs y Universitarixs Autoconvocadxs Bariloche.
www.almargen.org.ar/2019/12/21/ambiente-y-medio-el-desafio-de-un-modelo-de-desarrollo-inclusivo-con-cuidado-de-nuestro-ambiente/
https://ffcienciayuniversidad.wordpress.com/2019/11/13/iv-encuentro-nacional-de-ciencia-y-universidad/?fbclid=IwAR08Hk-pmx99UKMxKMBRbrToRGoSXe_-0KhKGeGCScJO_ecLosj7EEXLbPc
http://foroagrario.org/documentos/