Existe una manifestación de la crítica que es casi idéntica a una obra de arte o, más precisamente, un modo de hablar de un material ajeno como si se pudiera componer un arma sensible. Cuando esto se logra con los recursos que tenemos a mano ocurre algo similar a la inmediatez concreta del teatro porque este arte también podría definirse como una forma de crear con lo más cercano .

Entonces Valeria Correa consigue construir un poema visual para transitar de nuevo lo que le pasó en el cuerpo cuando vio 1500 metros sobre el nivel de Jack, la obra que Federico León estrenó en 1999 en el Teatro del pueblo. Ella se siente hoy invocada por esa familia sumergida en una bañera con la mirada en un televisor siempre encendido, y traslada su lectura de esa obra a su realidad actual, encerrada en su casa con su familia, metida en el devaneo de nuevas pantallas con su hijo pequeño.

Para Martina Juncadella El lobo de Pablo Rotemberg puede respirarse en la ropa colgada en la terraza donde descubrimos el talante de una danza. El texto que la actriz y cineasta dice en off es una variante poética del análisis teatral donde la quietud de las cosas, el balcón que la traslada a un mundo de árboles de colores diáfanos, tiene esa conjunción épica que ella repite como un señuelo.

Iván Haidar hace de I am here del coreógrafo Joao Fiadeiro una pieza plástica que indaga sobre el espacio a partir de cubrir el living de la casa en la que pasa su cuarentena con un papel blanco y pintar la sombra de los objetos. Los cambios de luz, la idea de una omisión de las cosas, culmina con la desaparición de todo, hasta de su propia figura en una pintura completamente negra.

En este ciclo pensado por Bárbara Hang y Agustina Muñoz el teatro cobra una dimensión existencial, podríamos decir que las tres piezas que configuran hasta ahora la programación de Archivo Vivo son una especie de filosofía de la puesta en escena como memoria. En lugar de subir estas obras filmadas, lo que Hang y Muñoz le propusieron a lxs artistas fue trabajar con el recuerdo en tiempo presente, convertir ese pasaje por una escena que lxs marcó y que ya no puede regresar, en una trama que su mirada reinventa, en un material flamante que entra en un tenue conflicto con esta realidad.

El afuera aparece en Soplaré, soplaré y la casita tiraré de Correa y Maoel Hayne como un lugar que determina el ritmo de esa casa donde las voces de la radio que traen la actualidad construyen una narrativa que choca con el modo en que la actriz y dramaturga traslada sus impresiones sobre la obra de Federico León a la yuxtaposición de imágenes de cine sobre una bañera, a una vida cotidiana que parece menos fatídica.

Juncadella también piensa un afuera que se espía desde la ventana pero Haidar en Nunca estuve aquí habita la artificialidad de las cosas, hay algo del orden de lo imaginario que se ha tragado a su entorno. Una casa se convierte en una escenografía porque ya no es transitada desde la afectividad de la rutina sino preparada para el reinado de la luz.

“El teatro era un lugar donde yo le podía exigir a la vida lo máximo” señala Juncadella. El teatro, arrebatado del espacio de la vida parece volver en una rara tensión con el trabajo de Haidar donde las relaciones en tiempo presente que él convoca frente la obra de Fiadeiro no pueden ser recuperadas. El artista entiende que ahora lo que sucede es la ausencia, un no estar en el lugar donde nos obligan a permanecer. Archivo Vivo no intenta pasar por encima de la presencia sino asumir este tiempo de retiro de la escena como una estrategia para ir a otra parte y tomar el cuerpo del teatro. Gracias a ese acuerdo la imposibilidad se rompe.

Archivo Vivo puede verse en la plataforma del Centro Cultural Kirchner www.cck.gob.ar/programacion/escenicas