El secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar San Isidro (SOEASI), Mariano Cuenca, presentó ante la justicia laboral de la provincia un amparo sindical contra los actuales administradores del Ingenio San Isidro ubicado en Campo Santo, en el departamento General Güemes.

La denuncia principal es por discriminación sindical en las acciones desplegadas por la firma ZADAR SA, en la que participan los grupos empresarios “Rubén Ángel Mansilla” y “Exportadora Ruiz Hermanos SRL”. La empresa se hizo cargo del Ingenio tras la ida del Grupo Gloria, de origen peruano, que en enero de 2018 cerró las puertas del Ingenio y dejó a 730 trabajadores sin su fuente laboral. En septiembre de ese año, ZADAR SA tomó el control del emprendimiento azucarero.

Entre las estrategias empresariales para perjudicar al Sindicato, Cuenca detalló: la condición impuesta a los trabajadores de renunciar al SOEASI para ser reincorporados, el impulso de la “asociación presuntamente sindical”, Unión Trabajadores Azucareros de San Isidro (UTASI), y la oposición de la empresa a potestades del Sindicato. Entre ellas, el impedimento de participación de los representantes del SOEASI en las inspecciones que realizó la Secretaría de Trabajo al predio de la entidad.

También añadió el despido discriminatorio y el pedido de la inmediata reincorporación de cuatro trabajadores que, según el amparo, se afiliaron al SOEASI y fueron despedidos de manera verbal, en lo que para el gremio es una clara muestra de disciplinamiento a sus demás compañeros de trabajo.

Desde la Exportadora Ruiz Hermanos SRL negaron conocer el amparo y por lo tanto, las acusaciones. Indicaron que si hubo acciones impedidas al SOEASI como el ingreso a inspecciones de la Secretaría de Trabajo, fue porque la empresa podía solicitarlo. Y agregaron que la cartera laboral provincial no puso objeciones a ello. “Rechazamos de plano estar interviniendo en la cuestión sindical”, adujeron fuentes de la empresa. Diego Ruiz, empresario a cargo del Ingenio, dijo a Salta/12 que “es inviable el ingenio con 700 empleados”

Estimó que si se creó la UTASI fue porque los trabajadores entendieron que antes “evidentemente” hubo “una mala conducción”, sindical. “Esa conducción es la que lo llevó a la quiebra”, afirmó al culpar al SOEASI por la ida del Grupo Gloria. Sostuvo que en la actualidad la empresa cuenta con 200 trabajadores, llegando a los 350 con los del sector de campo. Al plantel, dijo, se añaden otros 120 transportistas de la empresa y particulares.

“No estamos en la Edad Media”

El primer intento de dar por tierra la acción sindical fue del Grupo Gloria. Así se relata en el amparo sindical al afirmar que al presentar su Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), el grupo peruano expuso como solución para continuar funcionando la reducción de la planta de personal, o descabezar y expulsar al SOEASI, entidad gremial que se opuso siempre a los despidos. En el amparo se indicó que la argumentación de esta empresa para presentar su PPC fue falaz dado que existen pruebas de su solidez económica.

Cuenca afirmó que el objetivo de dejar al SOEASI afuera fue continuado por ZADAR SA. “Las maniobras de ZADAR SA para expulsar de su ámbito al sindicato con personería gremial que represento y reemplazarlo por una construcción teledirigida por la empresa, repugnan al orden constitucional argentino y global”, se indica en el amparo. Añadió como otro manejo la decisión de mantener impagas las “cuotas (sindicales) retenidas desde agosto de 2018”, pese a las gestiones de cobro.

Patrones del Ingenio San Isidro, no estamos en la Edad Media”, indicó por su parte la Corriente Federal de la CGT, que apoyó al SOEASI al entender que los empleadores se sirven de la “complicidad de trabajadores dóciles” para desaparecer al Sindicato.

Un “sindicato amarillo”

Cuenca indicó que la historia del “movimiento obrero” califica a entidades como la UTASI como “sindicatos amarillos, por su falta de independencia y su sometimiento al control de la patronal”.

Carlos Nuñez, titular de la UTASI, negó las acusaciones y, al igual que la patronal, dijo que Cuenca fue en parte “culpable de que dejaran sin trabajo a 730 personas. No supo defender nuestros derechos como socios. Aunque bueno, yo no era socio de ese gremio”, dijo el referente al hablar con Salta/12. Un pedido que persiste es la reincorporación de la totalidad de los trabajadores despedidos. “Hay 500 personas que trabajan y 230 personas” que quedaron sin reincorporar, sostuvo Núñez. Pero afirmó que cuando estaba el Grupo Gloria “había superpoblación en todos los sectores... Adonde íbamos era al abismo”. Apuntó contra Cuenca por no haber gestionado el cobro del 100% de las indemnizaciones de los trabajadores porque, a su entender, no gestionó a tiempo el embargo sobre las posesiones del Grupo Gloria. Sucede que al irse, el grupo peruano sólo pagó el 50% de la indemnización a los trabajadores.

“Nuestro domicilio es sobre la calle Sargento Cabral sin número, en el club privado San Isidro”, afirmó el referente de UTASI. Negó que sea una sede que pertenezca a la empresa.

Cuenca, por su parte, afirmó que “tan ilegal padrinazgo (de la empresa sobre la UTASI), queda patente con solo señalar que, tras obligar a los empleados a renunciar al SOEASI, la empresa desplegó todos sus recursos de amedrentamiento para volcar a buena parte de la fuerza laboral a que se afiliara a la UTASI”. Afirmó que desde ZADAR SA también se costearon “los trámites de renuncia y (la patronal) financió los trámites de constitución de la UTASI. Para reforzar su estrategia de contar con una organización sindical afín, ZADAR SA cedió a la UTASI un inmueble de su propiedad ubicado en las cercanías del Ingenio”, aseguró y acercó pruebas de ello a la Justicia.

Sostuvo que de no tener esa ayuda empresarial, la financiación de la UTASI es “una suerte de misterio”. Pues dijo que “todos los trabajadores que hoy tiene el ingenio están agremiados a UTASI, sin pagar la cuota sindical”. De hecho el mismo Núñez confirmó que hasta el momento sólo cuentan con “aporte solidario” de los afiliados, que actualmente suman 230. “Pero paga el que quiere y son monedas”, afirmó.